Buena acogida a la "Lis¨ªstrata" de Mart¨ªnez Mediero, en M¨¦rida

En el teatro romano de M¨¦rida tuvo lugar, en la noche del lunes, la primera representaci¨®n de Lis¨ªstrata, de Manuel Mart¨ªnez Mediero, basada en la obra del mismo t¨ªtulo original de Arist¨®fanes, puesta en escena bajo la direcci¨®n de Antonio Corencia. La obra se representa hasta el pr¨®ximo d¨ªa 16.

El estreno de Lis¨ªstrata hab¨ªa levantado en estas latitudes cierta expectaci¨®n, fundada l¨®gicamente en el hecho de ser una creaci¨®n de autor extreme?o y tambi¨¦n porque gran parte de la estructura teatral, excepto la direcci¨®n, ha sido realizada aqu¨ª por personas que quiz¨¢ por vez primera en su vida se enfrentan a un trabajo de esta envergadura. Con ello se ha roto una tradici¨®n largamente mantenida que ven¨ªa a considerar a los extreme?os in capaces de montar una obra en el teatro romano de M¨¦rida, que tiene evidentes dificultades para los inexpertos. Jos¨¦ Tamayo ser¨ªa el director teatral que m¨¢s veces ha utilizado el teatro romano para las representaciones de las grandes obras cl¨¢sicas.Sin entrar en detalles pormenorizados, hay que decir que Lis¨ªstrata ha dado una adecuada respuesta a la expectaci¨®n que hab¨ªa despertado y que se mostr¨® patente en el numeroso p¨²blico que asisti¨® a su estreno, encontr¨¢ndose entre ¨¦l prestigiosos directores de teatro hispanoamericano y hombres de las artes y las letras de nuestro pa¨ªs. Mediero, con su lenguaje, y Corencia, con su direcci¨®n, supieron atraer la atenci¨®n desde el primer momento, fundamentalmente porque en Victoria Vera pusieron la responsabilidad del principal papel, que fue representado en algunos momentos con maestr¨ªa.

La obra no era ?apta para menores?, por lo que no es de extra?ar los comentarios entre el p¨²blico de gradas, en cierta medida escandalizado con el lenguaje claro y rotundo de Mediero, que evita siempre las medias palabras. Se trataba de exponer claramente la situaci¨®n de la mujer actual, que no se aparta mucho de la que ten¨ªan en tiempo Arist¨®fanes, cuando concibi¨® la obra; se trataba de decir que la mujer tiene que buscar sus propios caminos sin la dependencia del hombre, que ¨²nicamente ve en ella la hembra en la que descansa el instinto.

La primera parte transcurre quiz¨¢ con cierta lentitud, pero en la segunda el ritmo es vivo las situaciones se desenlazan con fluidez. Se advierten los nuevos m¨¦todos que Antonio Corencia ha adoptado, diferentes (tambi¨¦n porque la obra as¨ª lo requer¨ªa) de los habituales en las obras de corte cl¨¢sico. Lo hace en t¨¦rminos generales acertadamente.

Lis¨ªstrata tuvo en la actriz Victoria Vera su personificai¨®n, estando a la altura que el papel requer¨ªa, bien secundada por Manuel de Blas. Los restantes personajes del reparto, extenso, cumplieron perfectamente.

Manuel Mart¨ªnez Mediero estaba sorprendido porque no esperaba que la primera representaci¨®n de su obra transcurriera en los niveles en que lo hizo, sobre todo porque han dispuesto de muy poco tiempo para los ensayos generales. En los estrenos siempre es de prever alg¨²n fallo que con el avance de los d¨ªas se va limando, pero para ¨¦l la primera vez ha resultado perfecta y s¨®lo espera la superaci¨®n. Corencia se expresar¨ªa en los mismos t¨¦rminos, aun cuando ¨¦l, como t¨¦cnico, apreciaba ciertos detalles que deb¨ªan perfeccionarse.