Michel Poniatowski, convocado a declarar sobre el asesinato de De Broglie
El pr¨®ximo d¨ªa 23, mi¨¦rcoles, Michel Poniatowski, amigo personal y consejero del presidente de la Rep¨²blica, Val¨¦ry Giscard d'Estaing, prestar¨¢ declaraci¨®n ante la ?comisi¨®n especial parlamentaria?, que, por iniciativa de los socialistas franceses, concluir¨¢ si el ex ministro del Interior debe o no ser juzgado por el Tribunal Supremo de Justicia, como consecuencia de su eventual implicaci¨®n en el asesinato, en 1976, del diputado giscardiano y ex ministro Jean de Broglie.
Esta audici¨®n determinar¨¢ el nuevo rumbo de la instrucci¨®n de un ?asunto? que, en opini¨®n de la oposici¨®n, afecta al presidente Giscard y, consiguientemente, a su posible reelecci¨®n en 1981.El tenebroso y ya largo litigio en torno al asesinato de De Broglie pod¨ªa ya estar enterrado, como tantos otros, pero cuando, en la Navidad de 1976, el pr¨ªncipe y diputado giscardiano fue muerto a tiros en plena calle, el ministro del Interior, responsable supremo del esclarecimiento del hecho, se llamaba Poniatowski, que, por a?adidura, desde su tierna infancia es amigo y confidente de Giscard, y el estratega n¨²mero uno de la brillante trayectoria del presidente.
El asunto, como otros de la misma naturaleza, nunca se clarific¨® y hab¨ªa entrado en una fase ?muerta?. Pero he aqu¨ª que, en octubre ¨²ltimo, surgi¨® el asunto de los diamantes de Bokassa.
Y Giscard, el arist¨®crata premiado con la inteligencia, la fortuna y el ¨¦xito, dej¨® de ser ?el incorruptible?, por culpa de los diamantes de un ?d¨¦spota sanguinario?. La prensa menos adicta al poder, que lamentaba no haber podido esclarecer el asesinato de De Broglie, aprovech¨® de nuevo esta oportunidad contra el presidente.
La Prensa francesa, celosa de moral p¨²blica y de ese periodismo ?a la americana?, que consigui¨® un d¨ªa cargarse a Richard Nixon, volvi¨® a tratar abundantemente el asunto de Broglie, tras haber descubierto que el entonces ministro del Interior, Poniatowski, pudo estar implicado en el crimen, ya que varias revelaciones dejaron sospechar que ¨¦l sab¨ªa que iban a matar al diputado y no lo impidi¨®, como pod¨ªa haberlo hecho. Los socialistas inmediatamente declararon justiciable a Poniatowski y, para legalizar la acusaci¨®n, crearon una comisi¨®n parlamentaria que, tras otras audiciones, escuchar¨¢ el mi¨¦rcoles pr¨®ximo al ex ministro.
La polic¨ªa inform¨®
En v¨ªsperas de este momento capital del asunto, todo parece indicar que Poniatowski estaba al corr¨ªente de las amenazas que pesaban sobre De Broglie. De ser as¨ª, ?por qu¨¦ ¨¦l y Giscard'd'Estaing -se preguntan los socialistas- permitieron que se consumara la muerte del que hab¨ªa sido su amigo? Poniatowski afirma tener todas las bazas necesarias para probar su inocencia, a pesar de que los principales responsables de la polic¨ªa de aquella ¨¦poca han declarado estos d¨ªas que ellos hab¨ªan informado a sus superiores de lo que se tramaba contra el diputado.En resumidas cuentas: a partir del pr¨®ximo d¨ªa 23, Poniatowski se juega su futuro y, sobre todo, pudiera ?ensuciar? seriamente la imagen de Giscard. Los socialistas se juegan la ¨²nica posibilidad, quiz¨¢, de aproximarse al poder en las presidenciales de 1981.
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