"El ¨²ltimo d¨ªa de Garc¨ªa Lorca en Madrid"

Aunque a veces lo parezca, EL PAIS no es la Revista Garc¨ªa Lorca y por ello contestar¨¦ lo m¨¢s brevemente posible a la carta de Rafael Mart¨ªnez Nadal (23 de julio) acerca del ¨²ltimo d¨ªa del poeta en Madrid.

1. Ram¨®n Ruiz Alonso. Como demostr¨¦ en la nueva edici¨®n de mi libro sobre la muerte de Lorca (1979), Ruiz Alonso no pod¨ªa volver a Granada en el mismo tren que el poeta por el simple hecho de hallarse ya en la ciudad andaluza. All¨ª se repon¨ªa de un accidente de coche, bastante espectacular, ocurrido en Madridejos unos d¨ªas antes (Noticiero Granadino, 12 de julio de 1936).

El se?or Mart¨ªnez Nadal, insisto en ello, me asegur¨® a m¨ª, a Marcelle Auclair, y supongo que a otras personas, que el ?diputado de la CEDA por granada? que tanto asust¨® a Lorca aquella noche era Ram¨®n Ruiz Alonso. Era normal, por consiguiente, que en la primera edici¨®n de mi libro (1971) siguiera la versi¨®n suya, tanto impresa como oral, as¨ª como lo hab¨ªa hecho antes que yo Marcelle Auciair. Varios a?os despu¨¦s, en la carta que me escribi¨® el se?or Mart¨ªnez Nadal el 19 de diciembre de 1977 ( y que s¨®lo reproduce en parte EL PAIS), ¨¦ste termina diciendo: ?Lo que pasa es que si dos y dos son cuatro... suma los datos y te dar¨¢n Ram¨®n Ruiz Alonso al menos, me lo dan a m¨ª?. Todo se reduce, pues, a una suposici¨®n de Mart¨ªnez Nadal, y creo que es perfectamente leg¨ªtimo que uno llame p¨²blicamente la atenci¨®n sobre su equivocaci¨®n.

2. La fecha. En su art¨ªculo de 1963 sobre el ¨²ltimo d¨ªa de Lorca en Madrid, Mart¨ªnez Nadal, al comentar una frase de Lorca (?Rafael, estos campos se van a llenar de muertos?), nos dice: ?Si no hubiera comentado aquella misma noche la frase con mi familia y, sobre todo, si unas horas m¨¢s tarde no hubiera anotado toda la conversaci¨®n de aquel d¨ªa, hoy no podr¨ªa afirmar que esta frase no es invenci¨®n m¨ªa? (el subrayado es m¨ªo). Estas palabras dan a entender, a mi juicio, que, al redactar su art¨ªculo, Mart¨ªnez Nadal tiene delante las referidas notas de 1936. Pero no es as¨ª, puesto que, seg¨²n me ha dicho ¨¦l, el diario de bolsillo en el cual las apunt¨® se extravi¨® durante la guerra y nunca ha sido posible encontrarlo. Lo cual quiere decir que el art¨ªculo de 1963 se redact¨® s¨®lo a base de recuerdos posteriores y, por tanto, puede incurrir f¨¢cilmente en peque?as inexactitudes e incluso omisiones, tanto en lo que

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