A El Inclusero le funciona la cabeza
Hay una creencia muy extendida de que el secreto del toreo est¨¢ en el valor y de que basta para circular con ¨¦xito en estas lides con arrimarse a los toros y no echarse para atr¨¢s ante sus problemas.Sin negar la importancia y la necesidad del coraje, no puede perderse de vista a la inteligencia. Al torero tiene que funcionarle el coraz¨®n, pero tambi¨¦n tiene que marchar acorde la cabeza. Porque delante de la cara del toro hay que pensar y saber resolver las cuestiones que la lidia plantea.
Gregorio T¨¦bar pudo, gracias a que supo hacer funcionar el cerebro, construir sus faenas en funci¨®n de las condiciones de sus toros. A su primero, que se qued¨® totalmente agotado tras el castigo en varas, lo mulete¨® con suavidad por alto y a. media altura, llev¨¢ndolo a los terrenos m¨¢s apropiados. No pudo lucirse y se libr¨® de ¨¦l de una estocada en el rinc¨®n.
Plaza de toros de Las Ventas
Seis toros de Hijos de Tom¨¢s Frias Piquer, el cuarto devuelto por inv¨¢lido y un sobrero de Luis Fr¨ªas lidiado en su lugar. Los de Hijos de Tom¨¢s Fr¨ªas desiguales de presentaci¨®n, pelearon bien con los caballos. y fueron nobles para los toreros. El sobrero de Luis Fr¨ªas, serio, con presencia, manso sin problemas, Gregorio T¨¦bar El Inclusero: Ovaci¨®n y vuelta al ruedo. Ireneo Baz El Charro: Ovaci¨®n y silencio. Jos¨¦ Mar¨ªa Mart¨ªn El Salamanca: Confirmaba la alternativa (palmas y ovaci¨®n). Presidi¨® con acierto el se?or Carc¨ªa Conde.
M¨¢s inter¨¦s y categor¨ªa tuvo su labor en el cuarto bis, el sobrero manso de Luis Fr¨ªas. El toro hab¨ªa quedado con escaso castigo y llab¨ªa que poderle. El Inclusero pudo, porque supo, y as¨ª la faena fue construida en el terreno necesario, con los muletazos justos y apropiados a cada momento. En algunos derechazos brill¨® el arte junto a la inteligencia.
Con el capote lance¨® con mando y buen gusto. Su buena colocaci¨®n en el ruedo le permiti¨® salvar a los banderilleros en apuros.
Los otros espadas. pusieron enorme voluntad, pero su inexperiencia y desentrenamierito eran evidentes. El Charro estuvo torp¨®n y codillero en sus nobles enemigos, y El Salamanca no consigui¨® el triunfo que buscaba. Es un torero tosco, que empieza sus faenas logrando apoderarse de sus toros, para dejarlos ir despu¨¦s, por una inexplicable falta de mando. Los carteIes de agosto est¨¢n por hacer. Creemos que El Inclusero se ha ganado la repetici¨®n.
A la plaza acudieron tan pocos espectadores que hubi¨¦ramos cabido todos, sin apreturas, en un par de tendidos. Parec¨ªamos una familia bien avenida que hab¨ªa acudido, en amplio y nutrido clan, a pasar una tarde de toros. Todos nos conoc¨ªamos, todos nos mir¨¢bamos con complicidad, todos nos re¨ªamos con complacencia mutua.
Los toreros hac¨ªan sus cosas. buenas y malas, para?un selecto grupo de ind¨ªgenas y for¨¢neos que los ve¨ªamos hacer c¨®modamente instalados y conscientes de nuestra selecci¨®n.
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