Destacados l¨ªderes de la oposici¨®n democr¨¢tica, acusados de conspirar contra el Gobierno
A pesar del escepticismo con que fueron acogidas, dentro y fuera del pa¨ªs, las acusaciones contra los dos grupos de oponentes al r¨¦gimen de Marcos, los tribunales militares parecen decididos a seguir adelante con los respectivos procesos. Un alto mando militar declaraba, por otra parte, el pasado d¨ªa 20, que se han dictado ya 85 ¨®rdenes de detenci¨®n contra presuntos conspiradores.El principal dirigente de la oposici¨®n, Benigno Aquino, de 47 a?os, se encuentra en Estados Unidos, reponi¨¦ndose de una operaci¨®n de coraz¨®n. Aquino pas¨® siete a?os y medio en la c¨¢rcel y fue condenado a muerte, pero, hace siete meses, se le permiti¨® viajar a Norteam¨¦rica para recibir tratamiento m¨¦dico. El antiguo senador ha adoptado posturas de oposici¨®n m¨¢s moderadas en los ¨²ltimos tiempos y se mostr¨® dispuesto a aceptar la prolongaci¨®n de la ley marcial hasta 1983, as¨ª como a negociar una transici¨®n paulatina hacia la normalidad democr¨¢tica.
Otro senador exiliado en Estados Unidos, Ra¨²l Manglapus, aparece como la principal preocupaci¨®n del r¨¦gimen de Ferdinand Marcos. Manglapus, que encabeza una organizaci¨®n llamada Movimiento para unas Filipinas Libres, ha sido acusado tambi¨¦n de conspiraci¨®n contra el Gobierno, en el ?compl¨® de A?o Nuevo?, donde aparecen implicadas 35 personas, entre ellas la ex senadora Eva Estrada Kalaw y el ex senador Emesto Rond¨®n.
Estas acusaciones est¨¢n basadas en el testimonio hecho por Jos¨¦ Reyes, de 57 a?os, un coronel retirado que, seg¨²n la versi¨®n oficial, iba a tomar, al mando de un peque?o grupo de soldados, Camp Aguinaldo, el cuartel general de las Fuerzas Armadas filipinas, y a de tener al jefe del Alto Estado Mayor, general Romeo Espino. Despu¨¦s, y siempre seg¨²n las acusaciones del fiscal militar, los conspiradores pensaban tomar el palacio presidencial de Malaca?ang, obligar al presidente Marcos a dimitir y proclamar en seguida un Gobierno revolucionario, que ser¨ªa presidido por Ra¨²l Manglapus, llegado directamente del exilio.
Todos los presuntos implicados niegan rotundamente las acusaciones, que califican de rid¨ªculas. Tanto la ex senadora Kalaw como el ex senador Rond¨®n (ambos per
Destacados l¨ªderes de la oposoci¨®n democr¨¢tica, acusados de conspirar contra el gobierno
dieron sus esca?os cuando Marcos disolvi¨® el Congreso, en 1972) han declarado que todo obedece a un ardid del actual presidente para acallar las peticiones crecientes de que sea levantada la ley marcial y de que el pa¨ªs retorne a la normalidad constitucional.Aunque no lleg¨® a cit¨¢rseles directamente, el ex presidente Diosdado Macapagal ha sido relacionado tambi¨¦n con este grupo, a lo que ¨¦l ha respondido con la amenaza de querellarse contra quien haga tales acusaciones. Macapagal, que encabeza un grupo de oposici¨®n llamado Uni¨®n Nacional por la Libertad y la Democracia, ha criticado p¨²blicamente a su sucesor en la presidencia y, a finales del a?o pasado, advirti¨®, en una conferencia pronunciada en Washintong, sobre los peligros de que Filipinas siga un proceso similar al de Ir¨¢n, con antiamericanismo incluido, si Estados Unidos no retira su apoyo a Ferdinand Marcos.
El otro grupo de presuntos conspiradores, compuesto por veinte personas, tambi¨¦n destacadas por su oposici¨®n al r¨¦gimen de Marcos, fue identificado con los autores de una serie de incendios registrados en Manila en 1979. Conocido como Light-a-fire movement, el grupo, seg¨²n la acusaci¨®n, ten¨ªa un plan de desestabilizaci¨®n del Gobierno en veinticinco etapas. Se les culpa de los incendios provocados en una serie de hoteles de lujo de Manila y del que destruy¨® el famoso casino flotante, anclado en la bah¨ªa de la capital.
Un ciudadano norteamericano, Steve Psinakis, amigo de Ra¨²l Manglapus, aparece como el principal encartado, aunque est¨¢ a salvo en Estados Unidos.
Los tribunales militares no han hecho, hasta ahora, ning¨²n intento de conectar a los dos supuestos grupos de conspiradores contra el Gobierno. Sin embargo, la figura del ex senador Manglapus es la ¨²nica que aparece en ambos, si bien s¨®lo indirectamente en uno de ellos. Los abogados y ex senadores Jos¨¦ Diokno y Lorenzo Tanada, que defienden a los acusados de incendiarios, han alegado que la jurisdicci¨®n militar no tiene competencia en este caso.
Un comp¨¢s de espera se ha abierto, mientras prosiguen las investigaciones y no se producen, por el momento, nuevas detenciones. Observadores pol¨ªticos independientes, basados en Manila, pusieron en duda la verosimilitud de los intentos golpistas, que no hubieran tenido, de ser reales, ninguna posibilidad de ¨¦xito. Las vagas acusaciones contra una ?superpotencia extranjera?, que habr¨ªa apoyado a los conspiradores contra Marcos, s¨®lo merecen un comentario un¨¢nime: ?Si ha habido alguna superpotencia implicada, desde luego no ha sido la Uni¨®n Sovi¨¦tica?.
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