El viaje a Per¨²

( ... ) El presidente Su¨¢rez asistir¨¢ a la celebraci¨®n peruana por algo m¨¢s que por razones protocolarias. Desde hace al menos cuatro a?os, Espa?a intenta aquilatar su papel pol¨ªtico en Iberoam¨¦rica mediante una presencia m¨¢s activa tanto en los pa ¨ªses respectivos como en las organizaciones regionales, ll¨¢mense OEA o Pacto Andino, y esta pol¨ªtica ha producido ya algunos frutos. El compromiso espa?ol con los procesos de democratizaci¨®n en el continente (para algunos excesivo y no siempre prudente) explicar¨ªa la conmoci¨®n inusitada que el golpe boliviano produjo en la opini¨®n, p¨²blica de nuestro pa¨ªs y en los c¨ªrculos gubernamentales. El presidente Su¨¢rez podr¨¢ comprobar in situ, con sus amigos de Colombia, Venezuela, Ecuador y Per¨², hasta qu¨¦ punto las aprensiones expresadas por el Gobierno espa?ol y por el canciller Oreja en torno a la ¨²ltima aventura militar en Bolivia ten¨ªan o no fundamento. ( ... )El viaje del se?or Su¨¢rez se produce, sin embargo, en un momento especialmente delicado para la vida pol¨ªtica espa?ola, lo que sin duda podr¨ªa llevar a ciertos sectores de opini¨®n a calificarlo de ?inoportuno?. La pr¨¢ctica exterior del presidente ha sido objeto de nutridas cr¨ªticas, m¨¢s o menos felices, en cuanto a la utilidad de sus frecuentes -y no siempre bien explicados ante la opini¨®n p¨²blica- viajes al extranjero. En este loco verano del ochenta, y antes de que el presidente tome sus vacaciones veraniegas, ciertos aspectos de la convivencia nacional se est¨¢n deteriorando a marchas forzadas: nos referimos, naturalmente, al terrorismo y a su reciente intensificaci¨®n. La situaci¨®n actual ?justifica y permite este viaje, que algunos motejaron ya de ?protocolario??

27 de julio