La final con la India se perdi¨® por el conservadurismo inicial

El preparador espa?ol anunci¨® antes del encuentro que no ¨ªbamos a ver un bonito partido, porque hab¨ªa estudiado una t¨¢ctica especial para ganar a la India. Efectivamente, al comienzo del ecuentro no vimos a la seleccion espa?ola con posibilidades de ganar el partido. Toda la estrategia estaba basada en defender a ultranza para buscar la oportunidad de un contraataque. Fue un gran error. Mientras Espa?a se sujet¨® a esta f¨®rmula defensiva estuvo absolutamente dominada por la India. Cuando se decidi¨® a atacar; aunque con el marcador con tres goles en contra, se demostr¨® que pod¨ªa inquietar al equipo favorito.Horts Wein se lo jug¨® todo a la baza del contragolpe afortunado. O m¨¢s bien a la posibilidad de esos penaltis-c¨®rner que tan magistralmente remata Juan Amat. Ante una selecci¨®n como la India, que domina la bola extraordinariamente, que posee una gran velocidad en el ataque y que cuenta con tres hombres de una clase casi inigualable, como Surinder, Mohamed y Tobal, ceder parte del terreno voluntariamente es poner el triunfo en bandeja.

La India se hizo con el mando del partido desde el inicio y Garc¨ªa Meseguer tuvo que multiplicarse para evitar los peligrosos remates de los indios. El equipo espa?ol, reducido a dos hombres en el ala delantera, apenas pudo pasar de la m¨ªtad del terreno de juego. El guardameta asi¨¢tico ni se enter¨® de qu¨¦ iba la cosa.

En la segunda mitad, con todo perdido, se produjo una reacci¨®n vibrante de los espa?oles. El cambio de Juan Arb¨®s por Coghen fue fundamental, porque atr¨¢s se sujet¨® mejor a los delanteros clave indios y al tiempo se empuj¨® con m¨¢s acierto.

Aunque Espa?a no consigui¨® trenzar el juego como lo hizo India en la primera parte, domin¨® insistentemente.

En los minutos finales, el agobio para la India fue constante. En los momentos decisivos falt¨® alguna fortuna para nivelar el marcador, pero quiz¨¢ otro resultado hubiera sido injusto. Epa?a hizo todos sus m¨¦ritos cuando el encuentro pr¨¢cticamente ya estaba definido.

De cualquier manera, la India ha sido la selecci¨®n que mejorjuego ha hecho. Los mejores hombres del campeonato han sido suyos. Mohamed es una aut¨¦ntica maravilla. Juega con una rapidez endiablada y quiebra a los contrarios como si llevara la bola con la mano. La derrota espa?ola, con todo, puede considerarse digna. Aqu¨ª se vino a por la plata y se ha conseguido. No puede interpretarse el segundo lugar como una decepci¨®n.