El ex sha de Ir¨¢n fue enterrado con gran ceremonia en la mezquita Al Rifai de El Cairo
Cairo En medio de majestuosas exequias, dignas de un emperador, fue inhumado ayer el cad¨¢ver del ex soberano iran¨ª. En el centro de la capital, la multitud gritaba ?Al¨¢ es el ¨²nico Dios?, mientras sonaba una salva de veinti¨²n ca?onazos y el impresionante ritmo de los tambores que preced¨ªan al f¨¦retro, colocado sobre un arm¨®n de artiller¨ªa y recubierto por la bandera iran¨ª, llenaba el aire de la ciudad. En el cortejo no figuraba ning¨²n jefe de Estado, a excepci¨®n de Sadat, y s¨®lo Marruecos hab¨ªa enviado un representante especial.
Por fidelidad a su amigo, al que hab¨ªa concedido asilo en Egipto, el presidente Sadat acompa?¨® el cad¨¢ver hasta su ¨²ltima morada. Por el ex sha de Ir¨¢n, el presidente egipcio desafi¨® todas las medidas de seguridad y camin¨® durante cuarenta minutos por las calles de El Cairo a merced de un eventual francotirador.
Honores militares
Sadat ha concedido al ex rey de reyes unas exequias oficiales con todos los honores militares. Los actos f¨²nebres comenzaron a primera hora de la ma?ana, cuando el presidente Sadat, su esposa y sus hijos, y la familia imperial iran¨ª, recitaron la fatiha (primera sura del Cor¨¢n) ante los restos de Reza Pahlevi.
M¨¢s tarde, el propio Sadat encabez¨® el cortejo f¨²nebre, vestido con uniforme de gala, acompa?ado por el pr¨ªncipe heredero Reza Ciro. Detr¨¢s segu¨ªan la esposa del presidente y el resto de la familia del ex soberano. Tambi¨¦n integraban el cortejo el ex presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, el ex rey Constantino de Grecia, el pr¨ªncipe V¨ªctor Manuel de Saboya, el conde de Aosta y el enviado especial de la corte marroqu¨ª, general Hafez Alaui. Entre la limitada representaci¨®n diplom¨¢tica extranjera se encontraban los embajadores de Estados Unidos, Francia, Gran Breta?a, Jap¨®n, Australia, Israel y Espa?a.
Bajo un sol que ca¨ªa como plomo derretido, todos han seguido al fer¨¦tro, transportado sobre un arm¨®n tirado por seis caballos, a lo largo de los dos kil¨®metros que separan el palacio presidencial de Abdin de la mezquita Al Rifai, donde se ha Ilevado a cabo la inhumaci¨®n.
A lo largo del recorrido, 100.000 personas gritaban ?Al¨¢ akbar? (Dios es grande), los altavoces emit¨ªan frases del Cor¨¢n y sobre pancartas adornadas con el retrato de Sadat se pod¨ªa leer: ?Oh, sha, tus hijos y tu familia est¨¢n ahora bajo protecci¨®n del pueblo egipcio?.
Importantes medidas de seguridad
En la plaza Ahmed Maherla, la multitud segu¨ªa el cortejo subida sobre autom¨®viles y autobuses. Las medidas de seguridad eran muy importantes. A lo largo de todo el recorrido soldados armados con metralletas estaban acostados cada dos metros. Delante del cortejo, polic¨ªas, vestidos de paisano y equipados con transmisores, vigilaban a la multitud, mientras un helic¨®ptero sobrevolaba constantemente la zona.
El presidente Sadat se enjugaba el rostro frecuentemente, y en un par de ocasiones el cortejo tuvo que reducir el paso para permitir a las personalidades asistentes recobrar el aliento.
Al llegar a la mezquita Al Rifai, el presidente Sadat, Reza Ciro y Al¨ª Reza Pahlevi han seguido al cad¨¢ver hasta el interior, donde el im¨¢n chiita Taleb el Hussein ha orado brevemente. A continuaci¨®n, el cuerpo del ex emperador ha sido transportado hasta la sala f¨²nebre.
Los dos hijos del ex sha han descendido acto seguido hasta la cripta para depositar el fer¨¦tro. La ex emperatriz esperaba en el exterior de la mezquita sin apenas poder contener las l¨¢grimas, acompa?ada por Ashraf, la hermana gemela del ex soberano, que ha sufrido un desvanecimiento.
Salva de veinti¨²n ca?onazos
Al concluir la ceremonia fue disparada una salva de veinti¨²n ca?onazos y, tres unidades de soldados dispararon a continuaci¨®n tres salvas de honor con fusil antes de que un clar¨ªn hiciese sonar el Adi¨®s al m¨¢rtir.
A la salida de la mezquita, el presidente Sadat tuvo que ser ayudado a descender la escalinata. Despu¨¦s acompa?¨® a la familia del ex emperador hasta el palacio de Kubeh, donde, a partir de ahora, residir¨¢n la ex emperatriz Farah y sus hijos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.