Jerusal¨¦n, a punto de ser destru¨ªda
El Gobierno israel¨ª, y principalmente su facci¨®n m¨¢s derechista, no ha tenido en cuenta las llamadas y decisiones de diversos organismos internacionales en los que se han condenado agresiones constantes al paisaje urban¨ªstico y arquitect¨®nico de Jerusal¨¦n y la progresiva destrucci¨®n del patrimonio hist¨®rico de la ciudad.La instalaci¨®n de las nuevas colonias, construidas en territorio ocupado, y la anexi¨®n de tierras en lasque se levantan rect¨¢ngulos de cemento, han conllevado un deterioro de la ciudad de Jerusal¨¦n..., ?perteneciente a toda la humanidad?.
?No es el argumento religioso, el que millones de personas confieran a Jerusal¨¦n un especial significado?, sino su historia; en ella e simbolizan y est¨¢n presentes tres religiones: la cristiana, la isl¨¢mica y la judaica. Jerusal¨¦n, ciudad p¨¦trea de milenarios vestigios, con esa est¨¦tica de piedra y del relieve, es de un valor excepcional en tesoros.
Posteriormente a la guerra de los seis d¨ªas, en que el Estado de Israel se anexion¨® territorio de tierras palestinas, las autoridades gubernamentales decidieron el comienzo de excavaciones, demoliciones y comenzaron en su lugar las horrendas construcciones con la perspectiva de remodelar la ciudad a imagen y semejanza de las anodinas colmenas urbanas. Bloques de apartamentos uniformes son la novedad que reemplaza a una arquitectura milenaria: peor, las llamadas de las Naciones Unidas y de diversos organismos no han hallado eco en un mundo que contempla sin mover los labios la devastaci¨®n de un ?patrimonio due?o de la Humanidad?.
?No es la reconstrucci¨®n de Jerusal¨¦n la que quieren llevar a cabo..., la presencia -que nada bueno augura- de excavadoras y bulldozers en el casco de la ciudad han continuado las excavaciones, derrumbes de monumentos, iglesias, etc¨¦tera?, manifest¨® un catedr¨¢tico ingl¨¦s residente hace doce a?os en la ciudad y profesor de Urbanismo en la Universidad de Jerusal¨¦n Tal es el caso del antiguo cementerio de Mamilah; all¨ª, los nuevos estetas pasaron, dejando s¨®lo escombros. ?Ahora? el proyecto consiste en edificar un centro que albergue oficinas y similares. Hechos que incluso han motivado la protesta de la prensa local.
Igualmente, la prensa occidental, y en concreto The Times, de Londres, escrib¨ªa: ?Jerusal¨¦n es una ciudad de especial importancia, tanto pol¨ªtica, como cultural, hist¨®rica y religiosamente ?, y a?ad¨ªa: ?Los responsables del plan urban¨ªstico han demostrado, de. manera continua, su falta de respeto a las resoluciones internacionales y a todas aquellas que han hecho un llamamiento para que se frene esta destrucci¨®n?.
Si tanto las Naciones Unidas como la Unesco han puesto de manifiesto sus respectivas resoluciones y condenas contra la judaizaci¨®n de Jerusal¨¦n, el Gobierno israel¨ª parece hacer caso omiso de ¨¦stas. Las repercusiones y las continuas advertencias no parecen detener los prop¨®sitos urban¨ªsticos. Lo que se defini¨® como ?horrendo? (casas y monumentos milenarios...) fueron sustituidos, en la mayor parte de los casos, por hoteles con el american style, apartamentos y oficinas.
"Kibutzim", sobre ruinas
Las autoridades, y en concreto aquellas de Jerusal¨¦n, ante las constantes denuncias por sus actuaciones manifiestan: ?Los ¨¢rabes carecen de patrimonio cultural, en Palestina, no han dejado una huella civilizadora?. Un solo punto: ?acaso los kibutzim no se edificaron sobre las ruinas, reconocidas por autoridades en la materia, de una arquitectura particular, la palestina?
A finales de 1978 el Gobierno israel¨ª convoc¨®, con el fin de presentar su proyecto urban¨ªstico y arquitect¨®nico para Jerusal¨¦n, a un n¨²mero de prestigiosos arquitectos y urbanistas. La resoluci¨®n, aprobada por pr¨¢ctica unanimidad, fue la de calificar el plan de las autoridades como una ?terrible violaci¨®n est¨¦tica?. El prestigioso arquitecto italiano Bruno Zeddi manifest¨®: ?Esta pretensi¨®n me parece que es un harakiri colectivo?.
Dicho proyecto propon¨ªa ?rodear? la zona ¨¢rabe de edificaciones de cuatro a siete plantas, complejos comerciales y modernizar la existencia de l¨®bregas viviendas. En definitiva, kilos de cemento y fresca pintura cubren lo ?l¨®brego?...; en su lugar, una moderna y sosa urbe.
Poco antes de su muerte, Arnold Toynbee expres¨®: ?El hecho de que tal vandalismo pueda concebirse y as¨ª ser acordado por quienes dicen hablar en nombre del pueblo jud¨ªo es asombroso... y rotundamente deprimente. No podemos olvidar que de la suerte de Jerusal¨¦n depender¨¢ del lado en que se incline la balanza, bien del lado de la guerra, bien del lado de la paz... La balanza determinar¨¢ la suerte del mundo?. Igualmente el doctor Julius Magnes, jud¨ªo y ex rector de la Universidad Hebraica, ardiente defensor del ?esp¨ªritu jud¨ªo?, manifest¨® ante estos hechos el temor que le inspiraba lo que llam¨® ?totalitarismo sionista?.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.