Sibilio, un feliz hallazgo para la selecci¨®n de baloncesto
La incorporaci¨®n del dominicano -ahora espa?ol- Chicho Sibilio a la selecci¨®n espa?ola se ha convertido en tema de actualidad no s¨®lo en el mundo del baloncesto espa?ol, sino en Santo Domingo. El jugador de color del Barcelona ha sido un feliz hallazgo para el conjunto espa?ol a trav¨¦s de una cautelosa y silenciosa gesti¨®n de Raimundo Saporta, m¨¢ximo responsable de las selecciones nacionales de baloncesto, y de Antonio D¨ªaz-Miguel, que desde hace catorce a?os dirige t¨¦cnicamente a la selecci¨®n. Sibilio, que ni siquiera estuvo en el preol¨ªmpico de Ginebra, se incorpor¨® para los Juegos Ol¨ªmpicos y fue el m¨¢ximo encestador del equipo y uno de los mejores jugadores en Mosc¨².
El baloncesto, como tantos otros deportes amateurs, ha roto con todos los moldes y no hay el menor prejuicio a ning¨²n nivel para conseguir triunfos al precio que sea. Espa?a no iba a ser una excepci¨®n y, despu¨¦s de comprobar que en Ginebra todos los equipos ten¨ªan nacionalizados, oriundos, naturalizados y dem¨¢s, D¨ªaz-Miguel puso en ¨®rbita la idea de contar con Sibilio. Conversaciones, comidas y compensaciones en torno a las que se ha guardado el mayor silencio, cristalizaron en que Sibilio, que hab¨ªa dicho que no quer¨ªa jugar con la camiseta nacional, terminara por formar parte del equipo de D¨ªaz-Miguel.En Santo Domingo, a ra¨ªz de los Juegos, hubo opiniones para todos los gustos. Unos dijeron que hab¨ªan perdido unjugador, y otros, que de no haberse enrolado en las filas del equipo espa?ol nunca habr¨ªa llegado internacionalmente a donde ha llegado, ya que tan s¨®lo tres jugadores -lan Davies (Australia), Stanislav Kropilak (Checoslovaquia) y Oscar Daniel Smidt (Brasil) sumaron m¨¢s puntos que ¨¦l en Mosc¨². En l¨ªneas generales las opiniones vertidas en la Prensa dominicana son bastante radicales y han aprovechado para hacer de Sibilio ?una cuesti¨®n de honor?. Se han llegado a decir cosas como ?adem¨¢s de ser un modelo de esposo y padre, ayuda a sus padres y al resto de su familia. Por tanto, su triunfo le ha permitido no s¨®lo resolver de por vida su problema, sino el de toda la familia. Y pensar que algunos quer¨ªan obligarle a quedar con el est¨®mago vac¨ªo, la barriga llena, de lombrices, sin saber leer y escribir y viviendo bajo un techo agrietado... Hoy, es rico y con su futuro y el de su familia garantizado ?.
Todas estas versiones llegadas a trav¨¦s de las agencias desde Santo Domingo hacen pensar que all¨ª est¨¢n mejor enterados de lo que Chicho Sibilio ha recibido por jugar en la selecci¨®n, pues aqu¨ª nada o casi nada se ha dicho. Quiz¨¢ -s¨®lo quiz¨¢- alg¨²n d¨ªa se pueda saber lo que le ha costado al baloncesto espa?ol ese cuarto puesto en Mosc¨². Resolver de la noche a la ma?ana el futuro de una familia y garantizarlo merced a que un se?or en unos d¨ªas se ponga la camiseta espa?ola debe suponer un dinero que convendr¨ªa saber de d¨®nde sali¨®.
Al margen de todo este tinglado no cabe duda de que, como en tantas otras ocasiones, el baloncesto espa?ol no ha querido perder el tren y se ha ?apuntado?, como todos, a lo irremediable. Si para conseguir un cuarto puesto ol¨ªmpico hace falta jugar con un oriundo, Juan Domingo de la Cruz, nacido en Argentina; un nacionalizado, Wayne Brabender, y otro con doble nacionalidad, Chicho Sibilio, se hace y ?el esp¨ªritu ol¨ªmpico juzgar¨¢?. La gesti¨®n de Saporta y D¨ªaz-Miguel ha sido eficaz (no interesaba que fuera brillante) y lo suficientemente habilidosa como para que no haya saltado a la palestra. Cierto es que al baloncesto espa?ol no se le da?a con esto. Se trata simplemente de un hecho a se?alar.
Hecho que se ve rodeado de la siempre inevitable paradoja..Por un lado, no hay que olvidar que en su d¨ªa se le ?prohibi¨®? la entrada en la selecci¨®n a Charles Thomas, m¨¢s que nada y pese a lo que se dijo porque era un hombre de color y su incorporaci¨®n, junto a Luyk y Brabender, parec¨ªa ?escandalosa?. Por otro, es justo significar que si la selecci¨®n senior se ayuda con hombres como Sibilio, en categor¨ªas inferiores, sin oriundos ni nacionalizados, se consiguen no s¨®lo triunfos, sino medallas, lo que permite predecir un futuro halag¨¹e?o para el baloncesto espa?ol.
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