Maestro de ge¨®grafos
La cultura catalana est¨¢ de luto. Acaba de morir, en Barcelona, cuando estaba pr¨®ximo a cumplir los cien a?os, el maestro de ge¨®grafos Pau Vila. A pesar de su edad, todav¨ªa estaba, hace unas semanas, en plena actividad. Incluso el d¨ªa antes de su muerte su nieta le proporcion¨® la satisfacci¨®n de entregarle un ejemplar de su ¨²ltima obra sobre los viajes del obispo Mart¨ª, de origen catal¨¢n, que acaba de publicarse en Venezuela. Hace apenas un par de meses, la Universidad de Barcelona le tribut¨® un homenaje complementario del nombramiento de doctor honoris causa de la Universidad Aut¨®noma, al que ni tan s¨®lo ten¨ªa el t¨ªtulo de bachiller.Premio de honor de las Letras Catalanas, medalla de oro de la ciudad de Barcelona, miembro del Institut d'Estudis Catalans, un¨ªa a estos y otros muchos t¨ªtulos honor¨ªficos los acumulados en Am¨¦rica, sobre todo en Colombia y especialmente en Venezuela, que le hab¨ªan otorgado las m¨¢s altas distinciones. Profesor universitario de Barcelona y Am¨¦rica, hab¨ªa creado dos escuelas de geograf¨ªa y, por eso, sus disc¨ªpulos catalanes y americanos le reconocen como maestro de ge¨®grafos.
La vida de Pau Vila es altamente curiosa y llena de ense?anzas, dif¨ªciles de sintetizar en un breve art¨ªculo. Nacido en Sabadell, en 1881, de una modesta familia de artesanos tejedores, fue ¨¦l mismo tejedor, sin poder completar apenas los estudios de primeras letras. Trasladado luego a Barcelona por exigencias laborales, se siente atra¨ªdo por la lectura y el ambiente creado por los ateneos obreros; en aquella inquieta Barcelona de principios de siglo, tal como acaba de describirnos el libro de Jos¨¦ Mar¨ªa Sol¨¦ Sabat¨¦. A trav¨¦s de ellos entra en contacto con la escuela moderna del anarquista Ferrer i Guardia. Pero pronto le repugnan sus dogmatismos y decide fundar un centro escolar propio, la Escuela Horaciana, que se?ala una etapa hist¨®rica de la pedagog¨ªa catalana y es un¨¢nimemente reconocida como la primera escuela activa de Catalu?a, que dar¨¢ lugar, con el tiempo, a la magn¨ªfica floraci¨®n de la escuela p¨²blica barcelonesa de los a?os 1920 a 1936. Luego es profesor de la Escuela Normal de la Generalidad y de otros centros docentes.
Aquel obrero, que ni tan s¨®lo era bachiller, supo crear una escuela mod¨¦lica y pasar a ser profesor en centros de alta cultura. Para ello le bast¨® la estancia de un a?o en Ginebra, en el Instituto Rousseau, hoy facultad de Pedagog¨ªa, gracias a una pensi¨®n concedida por la Junta de Ampliaci¨®n de Estudios. Luego pasa a extender su apostolado en Colombia, en el reci¨¦n creado Gimnasio Moderno de Bogot¨¢ (1915-1918).
Pero, a sus treinta y siete a?os, su vida no ha hecho m¨¢s que empezar. Vuelto a Barcelona, otro gran pedagogo, Alejandro Gali, le hace notar la necesidad de tener un ge¨®grafo, y en 1922 pasa al Instituto Alpino de Grenoble, bajo la direcci¨®n de una gran personalidad, Raoul Blanchard. A su regreso, despu¨¦s de un a?o, es ya un ge¨®grafo de cuerpo entero y publica, en colaboraci¨®n con ¨¦l, su ensayo sobre la geograf¨ªa humana de la monta?a, y a continuaci¨®n, el resumen de geograf¨ªa de Catalu?a y sus monograf¨ªas regionales sobre la Cerda?a y el Vall¨¦s, que abren un nuevo giro, no s¨®lo a la geograf¨ªa catalana, sino en toda Espa?a, paralelo al dado entre otros por Dantin Cereceda, Hern¨¢ndez Pacheco, Manuel de Ter¨¢n, Urabayen, etc¨¦tera. En otras regiones espa?olas. La geograf¨ªa ha dejado de ser aquella enojosa disciplina memor¨ªstica para pasar a ser, gracias a ellos, la ciencia moderna que establece las relaciones del hombre con el medio, siguiendo las ideas de la escuela francesa, impregnada de un profundo sentimiento human¨ªstico.
Es imposible seguir, aunque sea sucintamente, la trayectoria bibliogr¨¢fica de Pau Vila a trav¨¦s de la veintena de libros y de los casi trescientos art¨ªculos publicados, entre ellos el gran volumen de unas quinientas p¨¢ginas sobre Barcelona, escrito a sus ochenta a?os. El lector interesado puede seguirla en el tomo de homenaje publicado en 1975 por la Societat Catalana de Geograf¨ªa.
Pero la obra de Pau Vila no termina ni como ge¨®grafo ni como pedagogo. Se halla bien representada en multitud de empresas desinteresadas, en el maduro estudio sobre la divisi¨®n territorial de Catalu?a, en sus obras sobre imaginer¨ªa popular. Pero, ante todo, es un ejemplo de dignidad ciudadana, que actu¨® siempre de una forma ejemplar, cuando le fue posible, en su tierra y, m¨¢s tarde, en los pa¨ªses a que le oblig¨® el exilio.
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