"Israel no quiere saber nada"

Ni el Consejo de Seguridad de la ONU, en su reuni¨®n de hace unas semanas, ni la Asamblea General convocada con car¨¢cter extraord¨ªnario, ni la nueva reuni¨®n esta misma semana del Consejo de Seguridad, han hecho la menor mella en la resuelta actitud del Gobierno israel¨ª de consagrar la posesi¨®n de Jerusal¨¦n de forma definitiva, de confirmar la ciudad como ?capital eterna? del Estado de Israel, de seguir instalando nuevas comunidades jud¨ªas en las tierras conquistadas en 1967 y, por supuesto, de no retirarse de esas tierras nunca m¨¢s.( ... ) Pues bien, pese a que el documento de la ONU se ha quedado en meras lamentaciones y recomendaciones, que el Gobierno de Beguin ni siquiera va a leer detenidamente, la respuesta de Tel Aviv -o de Jerusal¨¦n, ?de facto?- ya ha llegado a los teletipos. De injusta y unilateral ha calificado el ministro de Exteriores israel¨ª, Shamir, la resoluci¨®n adoptada por el Consejo de Seguridad de la ONU, que, adem¨¢s de las lamentaciones de rigor, recomienda a los Gobiernos que a¨²n siguen teniendo su representaci¨®n diplom¨¢tica en Jerusal¨¦n (Holanda, por los europeos, y media docena de iberoamericanos) que la trasladen a Tel Aviv. Y no s¨®lo no se reconoce la autoridad de la ONU para hacer tales recomendaciones, sino que se expresa, en la respuesta de Shamir, el disgusto por el hecho de que Estados Unidos n.o haya utilizado su derecho al veto a la hora de poner la resoluci¨®n en marcha.

Este es el talante del Gobierno jud¨ªo, desafiante, convencidos como est¨¢n sus hombres m¨¢s representativos de que las resoluciones de la ONU no tienen importancia alguna. Los hechos les dan la raz¨®n. La ONU conden¨® hace tres a?os la apropiaci¨®n de territorios ¨¢rabes, y esos territorios siguen en poder de los jud¨ªos. Ahora, acaba de condenar la ?reunificaci¨®n y capitalidad? de Jerusal¨¦n, y el se?or Beguin sigue adelante con sus proyectos.

Lo que sucede con Jerusal¨¦n es que no se trata de una ciudad cualquiera. La soluci¨®n pol¨ªtica puede ser favorable a unos o a otros, pero Jerusal¨¦n -es la tesis de la Santa Sede, reiteradamente expuesta- pertenece como patrimonio abierto a las tres grandes religiones: la jud¨ªa, la cristiana y la musulmana. La actitud de Israel, apropi¨¢ndose con car¨¢cter exclusivo de la ciudad santa, va contra todos los principios de Jerusal¨¦n, ciudad abierta y de peregrinaci¨®n mundial. Lo que sucede es que, mientras Estados Unidos juegue a la contra, las resoluciones de la ONU seguir¨¢n siendo letra muerta.

22 de agosto