Ense?ar a los extranjeros

Algo est¨¢ cambiando en la actitud de los espa?oles hacia nuestros visitantes extranjeros. Hace poco le¨ª en EL PAIS una carta de una se?ora americana que se quejaba del trato que les d¨¢bamos; pues bien, este mes de agosto tuve un peque?o golpe automovil¨ªstico con un s¨²bdito alem¨¢n, golpe de los que hay 40.000 a diario y que se arreglan tranquilamente, sin discusiones y sin problemas, pues con el tr¨¢fico que hay hoy d¨ªa es lo m¨¢s normal que suceda.En el caso que me refiero, este se?or, profiriendo insu?ltos y gesticulando, arm¨® la ?marimorena?, no s¨®lo conmigo, sino con la gente que se arremolin¨®, porque le dijeron que la culpa era suya, y ya, en el colmo de la memez, cuando un espa?ol le dijo que hablaba muy mal espa?ol, pero que insultaba muy bien en espa?ol, a este individuo no se le ocurri¨® mas que decir que los que est¨¢bamos all¨ª ten¨ªamos que ponernos de rodillas ante ¨¦l por lo bien que lo hablaba y, claro, hubo que contener a varios, pues quer¨ªan agredirle.

Yo no voy a caer en el error de juzgar a todos los extranjeros por la actitud de este tipo; pero, claro, la gente no es tonta, y eso de ser los hermanitos pobres se acab¨®, y lo que antes eran sonrisas mucho me temo que se est¨¢ transformando en antipat¨ªa, ya que m¨¢s de uno sabemos por experiencia cu¨¢l es el trato que a nosotros nos dan en el exterior. Sucede que a lo largo de la historia los espa?oles hemos demostrado que ?pasamos? de eso de las razas superiores, tal vez porque tenemos mezcla de muchas; pero de lo que ya no pasamos es de que nos destrocen el pa¨ªs y encima vengan a insultarnos a nuestra casa; por eso, desde estas l¨ªneas me atrevo a hacerle una recomendaci¨®n al

Pasa a p¨¢gina 10