Temma Kaplan: "El anarquismo andaluz es una forma racional de organizaci¨®n obrera"
La historiadora norteamericana prepara un nuevo libro sobre Espa?a
Temma Kaplan, profesora en la Universidad de California, en Los Angeles, public¨®, en 1977, una obra sobre Los or¨ªgenes sociales del anarquismo en Andaluc¨ªa, 1868-1903 (Editorial Cr¨ªtica), en la que, a partir de un estudio sobre el caso del campo jerezano, formulaba la tesis, sumamente heterodoxa, de que el anarquismo, lejos de ser un movimiento milenarista o protorreligioso, constituy¨® una forma racional de resistencia obrera. La historiadora y feminista norteamericana (que fue militante de la nueva izquierda norteamericana en los remotos tiempos en que hab¨ªa una izquierda nueva en Norteam¨¦rica) ha pasado ahora varias semanas investigando en Espa?a sobre el tema de su pr¨®ximo libro, antes de regresar a Estados Unidos, donde permanecer¨¢ durante el curso 1980-1981 como profesora visitante en la Universidad de Princeton.
Pregunta. La conclusi¨®n de su estudio del anarquismo andaluz es que ¨¦ste constituye una forma racional de organizaci¨®n obrera, y no un movimiento milenarista, como tantas veces se ha afirmado. ?C¨®mo lleg¨® usted a esta tesis?
Respuesta. El problema del que yo part¨ª fue el saber c¨®mo pod¨ªa haber resistido tanto a la represi¨®n un movimiento con bases sociales supuestamen,te muy atrasadas, como ser¨ªa el anarquismo andaluz. En primer lugar, busqu¨¦ rastros de milenarismo, pero no los encontr¨¦. Estudiando los sindicatos y los movimientos de lucha llegu¨¦ finalmente a la conclusi¨®n de que no exist¨ªa ese supuesto atraso: el anarquismo era una forma de organizaci¨®n y de lucha racional frente a una situaci¨®n determinada. En realidad, muchas veces se acus¨¢ de milenarismo a un movimiento social por la ¨²nica raz¨®n de no haber triunfado.
P. ?No se plantean las luchas anarquistas en torno a valores precapitalistas, reaccionarios?
R. Se plantean en torno a valores anticapitalistas, pero no socialistas. El capitalismo liquida, en el siglo XIX, las tierras abiertas y los campos comunales (en buena medida por necesidades de liquidez del Estado para financiar las guerras de Am¨¦rica), y los peque?os campesinos encabezan la lucha contra esa desaparici¨®n de sus condiciones de subsistencia, al igual que los artesanos se enfrentan a la exproplaci¨®n. No son los braceros el origen del movimiento anarquista, sino los peque?os propietarios.
P. Usted sostiene que el movimiento anarquista pasa de organizar la lucha colectiva de los trabajadores a formas de movilizaci¨®n de toda la comunidad, las huelgas generales. ?C¨®mo se produce ese paso?
R. En la lucha contra el capital, que hab¨ªa quitado a los campesinos las tierras que a?os antes ellos consideraban como tierras de su propiedad. Creo que todas las tierras comunales son la clave no s¨®lo en Andaluc¨ªa, sino en toda Europa. Los campesinos pensaban que las tierras comunales les pertenec¨ªan, porque generaciones de campesinos las hab¨ªan utilizado, all¨ª alimentaban las mujeres los animales para sus familias.
P. ?Cu¨¢l es el papel de las mujeres en el movimiento?
R. Las mujeres, generalmente, no se movilizan por razones ideol¨®gicas, ni por reivindicaciones econ¨®micas particulares en el campo o en la f¨¢brica. Pero intervienen muy activamente cuando lo que est¨¢ enjuego son las condiciones generales de subsistencia de sus familias: la posibilidad de alimentar a los animales en las tierras comunales, por ejemplo, o los precios del pan. Las mujeres siempre hab¨ªan trabajado como criadas o en la recogida de la aceituna. Esto no cambi¨®, pero desapareci¨® cualquier oportunidad de ganarse la vida fuera del trabajo para otros. Y cuando los salarios bajan o no hay trabajo, y al mismo tiempo los precios del pan suben, las mujeres se movilizan.
P. ?Se movilizan porque no pueden alimentar a sus familias o porque esa situaci¨®n ofende sus valores tradicionales, su econom¨ªa moral, como dir¨ªa Edward Thompson?
R. Ante todo, porque piensan que la comida, la vida de una persona son m¨¢s importantes que la propiedad privada. Yo no estar¨ªa de acuerdo con Thompson en llamar a esto econom¨ªa moral: es un c¨¢lculo mucho m¨¢s racional que el de la econom¨ªa, no un puro problema de valores morales.
P. ?Es muy alto el nivel de movilizaci¨®n de las mujeres en estas luchas?
R. En mi opini¨®n, s¨ª. Creo que la movilizaci¨®n de las mujeres siempre es mayor en los movimientos descentralizados, como el anarquismo andaluz; en los movimientos que adoptan formas de organizaci¨®n m¨¢s flexibles, m¨¢s localistas o regionalistas. Pero las mujeres siempre se plantean ante todo el problema de su familia, de la supervivencia, de la conservaci¨®n de la vida, lo que lleva en muchos casos a que se las vea como simplemente conservadoras. Lo que eso supone, en realidad, es que en cierto sentido, son mucho m¨¢s profundamente socialistas que los hombres, ya que lo que se proponen es cambiar la vida, cambiar el modo de vida. Eso, a veces, las hace luchar m¨¢s duramente y forzar a sus maridos a sostener la lucha.
P. ?Es generalizable la experiencia del campo de Jerez, que usted ha estudiado, a toda Andaluc¨ªa?
R. S¨ª y no. En primer lugar, el movimiento en esta zona fue especialmente importante y radical, especialmente por el empe?o que pone el Estado en acabar con ¨¦l a causa de la importancia del comercio internacional del vino. Adem¨¢s, las relaciones sociales entre las personas que se ven en este caso probablemente se pueden generalizar: en alg¨²n sentido, son universales Pero hay grandes diferencias en la organizaci¨®n de la propiedad y de la producci¨®n que impiden generalizar el caso del campo jerezano a toda Andaluc¨ªa.
P. ?Es el anarquismo un anacronismo hist¨®rico, una supervivencia?
R. En parte s¨ª, ya que no es posible pensar ahora en hacer frente al capital multinacional o a las organizaciones interestatales sin hacer pol¨ªtica, sin partidos pol¨ªticos. Pero conserva plena actualidad en su b¨²squeda de peque?as comunidades due?as de sus propios destinos, en su lucha por formas m¨¢s humanas y racionales de vida. Eso es algo que debe conservar el nuevo movimiento socialista.
P. ?En qu¨¦ trabaja usted actualmente?
R. En un estudio que se titular¨¢ Ciudad roja, analizando la cultura de izquierda en Barcelona, desde 1890 hasta el fin de la dictadura de Primo de Rivera. Es parte de un inter¨¦s m¨¢s general sobre las razones que hacen que algunas ciudades desarrollen una cultura de izquierda antes que otras, la conserven o la pierdan. Porque ni la econom¨ªa ni la represi¨®n lo explican todo.
Babelia
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