Actitud cr¨ªtica del ni?o ante la televisi¨®n
La ense?anza de la lectura de programas de televisi¨®n y los distintos usos de la televisi¨®n en la pedagog¨ªa fueron analizados por Mariano Cebri¨¢n Herreros, doctor en Filosof¨ªa y Letras y profesor de la facultad de Ciencias de la Informaci¨®n, dentro del curso Televisi¨®n y educaci¨®n: la televisi¨®n en el aula, que se est¨¢ celebrando en la Universidad Internacional Men¨¦ndez y Pelayo, de Santander.El profesor Cebri¨¢n Herreros dijo que la ense?anza de la lectura de programas de televisi¨®n es ?una nueva dimensi¨®n y un reto a la pedagog¨ªa. Una necesidad social ante el hecho de que el ni?o, durante su formaci¨®n, pasa semanalmente m¨¢s horas ante el televisor que en las aulas?. La situaci¨®n, partiendo del dicho de que el ni?o ve cualquier programa, y no s¨®lo los espec¨ªficamente infantiles, fue calificada de preocupante por el conferenciante, ?no tanto por los posibles efectos negativos inmediatos, sino por lo que inciden a largo plazo en la construcci¨®n y desarrollo de la propia personalidad?. Precis¨® tambi¨¦n que este contacto con la televisi¨®n dura toda la vida, por lo que ?hay que dotar al hombre actual, como ante cualquier otro peligro, de un sistema que le sirva de autoprotecci¨®n?.
Para ello, en opini¨®n del conferenciante, se impone la necesidad de crear un espectador selectivo y cr¨ªtico, mediante la coordinaci¨®n educativa del entorno familiar y social, de la televisi¨®n y de los centros escolares. ?No es tan importante?, dijo, ?el n¨²mero de horas que se pasen ante el televisor, sino la actitud que se adopte frente a los mensajes. De ah¨ª la importancia que para la familia y el medio social tiene el educar al ni?o para exponerse a la peque?a pantalla, a la abuela electr¨®nica, en relaci¨®n con los horarios, h¨¢bitos familiares, etc¨¦tera?.
Se?al¨® tambi¨¦n que los centros escolares deber¨ªan orientar al ni?o para enfrentarse con el mundo de las im¨¢genes, percibido a trav¨¦s de la televisi¨®n. ?Hay que introducir en las aulas el an¨¢lisis del lenguaje y de la ideolog¨ªa que difunde la televisi¨®n. Es necesario adem¨¢s?, dijo el profesor Cebri¨¢n, ?que se le ense?e a expresarse con los medios que van siendo de uso com¨²n en la sociedad: c¨¢maras fotogr¨¢ficas, magnet¨®fonos, etc¨¦tera, como un sistema m¨¢s y, a veces, de mejor y m¨¢s r¨¢pida y clara intercomunicaci¨®n?.
Respecto al uso de la televisi¨®n con fines educativos, el conferenciante se?al¨® que la ?fugacidad e irreversibilidad? del lenguaje de la televisi¨®n dificulta ?el ejercicio de la reflexi¨®n y retenci¨®n de contenidos?. Por el contrario, la televisi¨®n ?ofrece una funci¨®n informativa motivadora y audiovisualizadora. Para que los contenidos sean comprensibles, se exige una claridad de conceptos y de expresi¨®n, un vocabulario suficientemente conocido o explicado, sintaxis sencilla y ritmo adecuado de exposici¨®n?. El programa educativo?, resumi¨® el conferenciante, ?debe de emplear aquellas combinaciones de los componentes audiovisuales que vayan dirigidas a reforzar la atenci¨®n, concentraci¨®n, atractivo e inter¨¦s del educando?.
La nueva tecnolog¨ªa en televisi¨®n y las diferentes opciones que ofrece para la funci¨®n educadora (television abierta, cerrada, por ca ble, videocasete, videodisco, etc¨¦tera) fueron analizadas asimismo por el profesor Cebri¨¢n Herreros. ?Mientras la televisi¨®n ofrece rapidez informativa pero fugaz, el videocasete permite fijar, conservar, reproducir y repasar los contenidos, seg¨²n las necesidades individuales o de grupo. La televisi¨®n?, dijo el conferenciante, ?est¨¢ programada seg¨²n unos horarios para una audiencia amplia y heterog¨¦nea en su aprendizaje. El videocasete permite?, a?adi¨®, ?la autoprogramaci¨®n seg¨²n las conveniencias del alumno o del profesor en cada aula; admite la concentraci¨®n de conocimientos y, sobre todo, de aquellos que tengan valor documental perdurable. El uso de uno u otro medio, no es, sin embargo, opuesto, sino combinable; depende del planteamiento did¨¢ctico y de las posibilidades econ¨®micas?.
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