Siete funcionarios municipales fueron despedidos en un a?o por corrupci¨®n o negligencia
Siete funcionarios del Ayuntamiento de Madrid fueron despedidos de los empleos que ocupaban durante el primer a?o de gobierno municipal democr¨¢tico, como consecuencia de los setenta expedientes disciplinarios que fueron abiertos. La tendencia actual de los responsables municipales pretende eliminar el pluriempleo entre los funcionarios, como f¨®rmula para llegar a una mejor gesti¨®n administrativa.
Desde el d¨ªa 19 de abril del pasado a?o hasta la fecha, el ayuntamiento madrile?o ha resuelto setenta expedientes disciplinarios y mantiene abiertos un centenar de casos. A consecuencia de estas medidas disciplinarias, siete funcionarios han sido despedidos y 63, autores de faltas graves, han sufrido sanciones consistentes en la suspensi¨®n de empleo y sueldo durante un tiempo que va desde los tres a?os y un d¨ªa hasta los cinco d¨ªas, dependiendo de la gravedad de la falta, seg¨²n han informado a EL PA?S el presidente de la Comisi¨®n de Personal, el concejal socialista Emilio Garc¨ªa Horcajo, y el jefe de la secci¨®n de Disciplina y Control, Enrique Mezquita. Pese a la resoluci¨®n de los expedientes, los funcionarios afectados pueden presentar todav¨ªa recurso de reposici¨®n y utilizar la v¨ªa contencioso-administrativa.Los tres primeros funcionarios municipales despedidos a consecuencia -en lo que a materia disciplinaria se refiere- de la reforma administrativa emprendida por la nueva corporaci¨®n fueron dos vigilantes nocturnos y un polic¨ªa municipal, despedidos los tres en septiembre del pasado a?o.
El polic¨ªa municipal Manuel Avilero, cajero de la Cuarta Agrupaci¨®n, se apropi¨® -seg¨²n consta en el expediente- de 498.000 pesetas, producto de la recaudaci¨®n de las multas cobradas el d¨ªa 4 de mayo de 1979.
?l caso de los dos vigilantes nocturnos Marcelino Collar y Felipe P¨¦rez Espinel -seg¨²n Garc¨ªa Horcajo, un ejemplo de lo que debiera ser la colaboraci¨®n ciudadana- se basa en una apropiaci¨®n indebida de dinero. El expediente se?ala que una se?ora conduc¨ªa un coche Seat 600 y, al girar por una esquina, se le abri¨® la puerta del veh¨ªculo y se le cay¨® el bolso al suelo. La se?ora dio la vuelta y pregunt¨® al propietario de una tienda situada frente al lugar en el que cay¨® el bolso ?si lo hab¨ªa visto?. Y el tendero hab¨ªa sido testigo de c¨®mo los dos vigilantes nocturnos cog¨ªan el bolso, sacaban de ¨¦l las 1.800 pesetas que hab¨ªa en el billetero y tiraron el bolso, con toda la documentaci¨®n, a una papelera.
El juez instructor no consider¨® la exigua cantidad con que se hab¨ªan quedado los vigilantes, sino que se castig¨® con la m¨¢xima, severidad la actuaci¨®n: el incumplimiento de funciones y de deberes c¨ªvicos.
A primeros de julio de este a?o, el pleno de la corporaci¨®n, aprobaba el despido de Jaime Hacar, perito industrial, y de Juli¨¢n Armero, operario de parques y jardines. En el expediente del primero consta ?que se aprovech¨® de su cargo para negocios particulares?, la instalaci¨®n de aparatos de aire acondicionado. Una de las empresas que denunci¨® el caso, por sufrir supuestas presiones, es la Compa?¨ªa Telef¨®nica Nacional de Espa?a.
Juli¨¢n Armero falt¨® a su puesto de trabajo durante m¨¢s de un a?o, sin ninguna clase de justificaci¨®n.
Los otros dos despidos se produjeron por las mismas causas que este ¨²ltimo funcionario. Un ayudante del departamento de parques y jardines, Angel Lumberos Bilbao, estuvo sin trabajar desde febrero de 1978 hasta abril de 1979, sin causas justificadas y cobrando su n¨®mina ¨ªntegra.
Por ¨²ltimo, Luis Dur¨¢n Mart¨ªn, operario de limpiezas, falt¨® a su trabajo desde primeros de enero de 1979 hasta el d¨ªa 30 de julio del mismo a?o. La ¨²nica respuesta que dio cuando le fueron pedidas explicaciones fue que ?se iba a separar de su mujer y que estaba muy nervioso?.
El presidente de la comisi¨®n de personal, Garc¨ªa Horcajo, asegura que, salvo en estos dos ¨²ltimos casos, los jefes de departamento no dieron ninguna clase de informe o parte, pese a lo reiterado de las faltas. ?Pienso que ellos tambi¨¦n deben ser objeto de sanci¨®n?, opina Garc¨ªa Horcajo, ?bien por encubrimiento, bien por negligencia?.
En el tema concreto de las ausencias, hay expedientes abiertos -de funcionarios cuyos nombres todav¨ªa no se pueden revelar- que entran ya en la leyenda tragic¨®mica municipal. Es el caso de un funcionario, sacerdote de una extra?a religi¨®n, en cuyo apartamento apareci¨® muerta una mujer y que lleva un a?o en la c¨¢rcel, a la espera de que se esclarezca el caso. Durante ese tiempo estuvo percibiendo la n¨®mina completa sin que nadie denunciara su ausencia del puesto de trabajo. Cuando alguien le acus¨® de estar loco, su respuesta fue: ??Loco yo? Locos los del ayuntamiento, que no voy a trabajar y me siguen pagando?.
Otro caso es el del operario Angel Garc¨ªa Guzm¨¢n, acusado de parricidio y absuelto por alteraci¨®n de sus facultades mentales, actualmente internado en un hospital psiqui¨¢trico. No se le ha separado del cuerpo de funcionarios para que sus tres hijas, todas menores, puedan recibir dos tercios del salario del padre.
La f¨¢cil p¨¦rdida de las pistolas
En general, los expedientes, tanto los abiertos como los ya concluidos, afectan a funcionarios de la Delegaci¨®n de Saneamiento y Medio Ambiente y a la Polic¨ªa Municipal, porque, como asegura Garc¨ªa Horcajo, son las dos delegaciones, especialmente en Polic¨ªa Municipal, donde la disciplina se ha aplicado con mayor rigor. ?No se puede asegurar?, prosigue, ?que en oficinas, por ejemplo, no se cometan m¨¢s irregularidades, pero aqu¨ª hay menor colaboraci¨®n y control, mientras que Barrionuevo -concejal responsable de Seguridad y Polic¨ªa Municipal- est¨¢ actuando con todo el rigor posible?.
As¨ª, una de las faltas cometidas por la Polic¨ªa Municipal que pueden llamar m¨¢s la atenci¨®n es la p¨¦rdida de pistolas.
En estos momentos hay seis expedientes abiertos a otros tantos polic¨ªas por p¨¦rdida de armas. La falta cometida es ?no conservaci¨®n de material? y la sanci¨®n correspondiente que les espera est¨¢ entre los cinco y veinte d¨ªas de suspensi¨®n de empleo y sueldo.
Garc¨ªa Horcajo reconoce que la sanci¨®n no est¨¢ a la altura de la falta, pero que la legislaci¨®n que pueden aplicar est¨¢ totalmente desfasada, ya que el ¨²ltimo reglamento de la Polic¨ªa Municipal actualmente en vigor es de 1923. La de bomberos, por su parte, es de 1933.
El concejal pone como ejemplo el caso de dos polic¨ªas municipales que durante las pasadas Navidades se encontraban de servicio en el mercado central. En un momento de aburrimiento decidieron entrenarse disparando sobre unas cajas. Una de las balas se incrust¨® en una de las casetas, y el propietario de la misma denunci¨® el caso. La sanci¨®n consiste en veinte d¨ªas de suspensi¨®n de empleo y sueldo.
Eliminar el pluriempleo y las "propinas"
Para Garc¨ªa Horcajo, el mayor problema es el pluriempleo que practica un 40% del funcionariado y que impide un rendimiento pleno de los funcionarios. Seg¨²n asegura, pr¨¢cticamente la mayor¨ªa de los m¨¦dicos municipales tienen otros trabajos, y se ha dado el caso de que dos funcionarios del laboratorio municipal trabajaban de cajeros en los bancos Bilbao y Central, con el consiguiente abandono de uno de los trabajos, obviamente, el municipal.
El concejal mantiene que, si se acabara con el pluriempleo, una gran parte del paro madrile?o acabar¨ªa y que, en este sentido ha habido ya un acuerdo con las centrales sindicales para aclarar el tema. Ese acuerdo tendr¨¢ que pasar por un aumento de los salarios en las escalas m¨¢s bajas y por una regulaci¨®n del horario de trabajo -especialmente en oficinas- que impida, al menos, la presencia de un mismo funcionario en dos cargos p¨²blicos, tal como ocurre ahora.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.