Los farmac¨¦uticos ofrecer¨¢n informaci¨®n automatizada sobre los riesgos de los medicamentos
Los servicios farmac¨¦uticos espa?oles podr¨ªan contar en breve con un servicio inform¨¢tico que permitir¨ªa a los clientes de las farmacias consultar sobre las interacciones entre los medicamentos que consumen y los peligros de mezcla de ¨¦stos. La pr¨®xima clausura, en Madrid, de un congreso internacional de profesionales de la farmacia ha servido de marco para un destacado proyecto del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmac¨¦uticos de Espa?a, seg¨²n el cual la clase farmac¨¦utica espa?ola reclama un papel m¨¢s activo en la atenci¨®n a los ciudadanos enfermos.
El farmac¨¦utico puede brindar, gracias a la autom¨¢tica y la inform¨¢tica, un servicio de alto valor informativo. El enfermo que se dirige a la farmacia, en muchas ocasiones, porque no puede o no quiere ir al m¨¦dico encontrar¨ªa una atenci¨®n en el campo de la medicaci¨®n que el m¨¦dico no est¨¢ en posibilidad de ofrecerle.Gracias a terminales de un ordenador central, el paciente puede conocer los riesgos de la interacci¨®n entre todos los f¨¢rmacos o medicamentos que est¨¢ empleando, e incluso del tipo de alimentaci¨®n que lleva.
Ante un masivo recurso por parte de numerosos ciudadanos en todo el mundo a productos qu¨ªmicos de todo tipo, los peligros de un empleo inadecuado o contraproducente de algunos de estos productos aumenta. Frente a esta amenaza, los farmac¨¦uticos ofrecen los servicios internacionales de la inform¨¢tica para atender a sus clientes.
Gracias a ello, si una persona, por ejemplo, est¨¢ empleando productos antirreum¨¢ticos o sedantes, y necesita tratar alg¨²n nuevo mal con cortisona, preguntar¨¢ a su farmac¨¦utico (que adquiere con ello un poder creciente) acerca de la oportunidad del empleo de un nuevo f¨¢rmaco. La pantalla inform¨¢tica, conectada a una enorme memoria internacional, brindar¨¢ entonces los datos solicitados. Ello permitir¨¢ al sufrido ciudadano que acude a la farmacia conocer toda la complejidad de interacciones de 'los f¨¢rmacos que est¨¢ consumiendo y los riesgos que adquiere al combinar unos con otros productos recetados o autorrecetados.
El Consejo General de Farmac¨¦uticos, desde la d¨¦cada de los setenta, comenz¨® a elaborar un cat¨¢logo de especialidades para facilitar al farmac¨¦utico la informaci¨®n m¨¢s completa posible sobre cada medicamento.
Desde principio de este a?o se ha dispuesto un ordenador en el que se ha introducido una serie de programas e informaciones, ?sobre todo, de car¨¢cter farmacol¨®gico?, seg¨²n afirman fuentes del Consejo General de Farmac¨¦uticos, ?que tiene como finalidad la creaci¨®n de un centro potente de informaci¨®n y documentaci¨®n al servicio del farmac¨¦utico?.
El Centro de Documentaci¨®n e Informaci¨®n Farmac¨¦utico se propone, seg¨²n las mismas fuentes, la ?elaboraci¨®n de fichas farmacol¨®gicas y terap¨¦uticas; la creaci¨®n de ficheros de documentaci¨®n; propiciar educaci¨®n sanitaria; organizar cursos de formaci¨®n; elaborar el cat¨¢logo de especialidades farmac¨¦uticas y del panorama actual del medicamento, y organizar la creaci¨®n y mantenimiento de ficheros de especialidades farmac¨¦uticas?.
Gracias al centro de documentaci¨®n va a ser posible el an¨¢lisis riguroso de la interacci¨®n de medicamentos, un aspecto de la pr¨¢ctica farmac¨¦utica relativamente descuidado en la actualidad, que escapa muchas veces de las posibilidades del m¨¦dico y que los profesionales de la farmacia reclaman para s¨ª.
Cuando una persona que ?se siente mal? o que experimenta la necesidad de recurrir a un f¨¢rmaco acude a una farmacia, dirige su petici¨®n de apoyo al farmac¨¦utico, o al dependiente que se encuentra en el local, con la misma actitud con la que se dirige al m¨¦dico. Se trata, en estos casos, de personas que tienen miedo de acudir al m¨¦dico a consultar sobre una molestia, herida, etc¨¦tera, tal vez por la complejidad institucional del que se rodean muchas veces los m¨¦dicos: solicitud de hora para la consulta, ambiente tenso y expectante en la sala de espera, cierta aureola m¨¢gica de la que se rodean algunos consultorios, etc¨¦tera.
Todo ello queda solventado para el ciudadano que entra en una farmacia y solicita, con sencillez de cliente, ayuda para su mal. Los farmac¨¦uticos son conscientes de este poder creciente de su rol profesional y exigen, frente a las dificultades y oposici¨®n de otros estamentos, e incluso de algunos sectores de la Administraci¨®n, un papel m¨¢s activo en la atenci¨®n sanitaria a los ciudadanos.
La puesta en marcha del Centro de Informaci¨®n y Documentaci¨®n Farmac¨¦utica supondr¨ªa, en el caso de ser aceptada, y si las posibilidades de este pa¨ªs lo soportan, un paso importante en el creciente y deseado poder del farmac¨¦utico como responsable de la salud. Este poder parece l¨®gico, por otra parte, en un mundo en el que la bioqu¨ªmica adquiere tambi¨¦n una influencia creciente o, dicho en otras palabras, en el que los productos org¨¢nicos (las drogas de todo tipo, las anfetaminas al alcohol, o los sedantes a los estimulantes) adquieren una influencia creciente en la vida de los ciudadanos. La instalaci¨®n de terminales de ordenador en las farmacias abrir¨ªa in¨¦ditas posibilidades de poder informativo al an¨®nimo consumidor de f¨¢rmacos en masa.
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