Fern¨¢ndez Ord¨®?ez abog¨® por una justicia eficaz y la modernizaci¨®n en de las leyes
La necesidad de una justicia eficaz, viva y al servicio del hombre, por la que clama la sociedad espa?ola, y la modernizaci¨®n de leyes, a veces arcaicas, que siguen vigentes en una sociedad que ya es distinta, son dos de las m¨¢ximas preocupaciones del nuevo ministro de Justicia, Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, expuestas ayer en el acto de apertura del a?o judicial 1980-1981, a lo largo de un discurso, que representa la primera toma de posici¨®n oficial del nuevo ministro.
Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, que inmediatamente antes hab¨ªa asistido a una misa junto con los m¨¢ximos representantes de la magistratura, de la judicatura y del ministerio fiscal, celebrada en uno de los espaciosos vest¨ªbulos del palacio de Justicia madrile?o, ech¨® sobre las espaldas de jueces, magistrados y fiscales la tarea de ?alcanzar los valores que est¨¢n en el coraz¨®n mismo de cualquier Estado democr¨¢tico. Pero, en cualquier caso?, precis¨®, ?¨¦sta va a ser, a partir de ahora, la gran responsabilidad del poder judicial ante todos los ciudadanos que conf¨ªan en la promesa constitucional y esperan que la rapidez, la eficacia, la objetividad, la independencia y la responsabilidad configuren la vida diaria de la justicia espa?ola. En esta tarea estar¨¢ tambi¨¦n presente el Gobierno?, a?adi¨® el ministro de Justicia, ?en su preocupaci¨®n m¨¢xima para que la sociedad espa?ola cuente con unos instrumentos de justicia seguros, eficaces y adecuados a los problemas reales de este momento hist¨®rico?.?El Gobierno?, manifest¨® Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, ?ha de incluir prioritariamente en su programa el objetivo de que la justicia disponga de los medios personales, materiales y t¨¦cnicos necesarios, con las limitaciones que imponga la grav¨ªsima situaci¨®n econ¨®mica. El Gobierno tiene el deber de presentar a las Cortes las leyes destinadas a perfeccionar los procedimientos, a purificar los instrumentos y los resortes decisivos del aparato de la justicia, y, en definitiva, aportar todo aquello que suponga un est¨ªmulo a este problema esencial para el Estado. Y quiero decir que en esta tarea, en la medida de mis fuerzas, en el ¨¢mbito de competencias del ministerio, est¨¢ empe?ada, ni m¨¢s ni menos, que toda mi voluntad pol¨ªtica?.
Aparte de esta tarea, que el ministro de Justicia incluy¨® en el ¨¢rea de responsabilidad de su departamento, de ?auxiliar, impulsar y defender una justicia fuerte al servicio de las libertades del hombre?, Fern¨¢ndez Ord¨®?ez se refiri¨® en su discurso a una de las vertientes m¨¢s importantes, ?y para m¨ª m¨¢s queridas?, dijo, ?del Ministerio de Justicia, es decir, la culminaci¨®n del proceso de desarrollo constitucional, con el fin de que este pa¨ªs pueda tener cuanto antes ?un conjunto de leyes coherentes, armonizado y adecuado con nuestras necesidades. Tenemos ante nosotros?, manifest¨®, ?una tarea de modernizaci¨®n, de adaptaci¨®n de leyes a veces arcaicas a una sociedad que ya es distinta. Tenemos que inscribir en nuestras normas y en su aplicaci¨®n diaria los principios de progreso, justicia y libertad que hemos aprobado en la Constituci¨®n?.
Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, al que no se le pas¨® en su discurso la importancia del cambio hist¨®rico que est¨¢ a punto de producirse en el ¨¢mbito de la justicia por mandato de la Constituci¨®n, por la que se establecen, por primera vez en Espa?a, las bases para un efectivo autogobierno de la magistratura y una aut¨¦ntica independencia del poder judicial respecto del ejecutivo, resalt¨® tambi¨¦n el papel del ministerio fiscal en una adecuada organizaci¨®n de la justicia, que no puede ser -dijo- s¨®lo el de un ¨®rgano de relaci¨®n con el Gobierno o un sistem¨¢tico acusador formal. ?Su misi¨®n esencial?, precis¨®, ?va a ser la de la defensa de las libertades, de los derechos fundamentales y del inter¨¦s social?.
Con anterioridad al ministro, cuyas palabras fueron acogidas con moderados aplausos por los magistrados y por el p¨²blico que asist¨ªa al acto, el fiscal general del Estado, Juan Manuel Fanjul Sede?o, hizo unas breves consideraciones sobre la libertad y la seguridad, con ocasi¨®n de presentar la memoria sobre la actividad judicial y el desarrollo de la delincuencia en el ¨²ltimo a?o, que todos los a?os env¨ªa la Fiscal¨ªa General del Estado al Gobierno. El se?or Fanjul, que present¨® el tema de su disertaci¨®n ?como el m¨¢s preocupante de cuantos se presentan a nuestra contemplaci¨®n?, mantuvo la necesidad de establecer en estos momentos ?un pacto de cesi¨®n de libertad por seguridad, y es indispensable cumplirlo?. ?Ni m¨¢s seguridad que la precisa, ni m¨¢s libertad que la tolerable?, fue el lema propuesto por el fiscal general del Estado para el establecimiento de dicho pacto. La tarea arbitral de buscar el dif¨ªcil equilibrio entre seguridad y libertad fue atribuida por el se?or Fanjul al poder judicial. ?Es llegada la hora?, concluy¨® su intervenci¨®n, ?de recordar dos verdades sin las que es imposible que en el dram¨¢tico mundo actual se mantenga el anhelado equilibrio de las libertades humanas y seguridad colectiva: primera, que tan s¨®lo un equipo de jueces equitativos y fiscales ponderados est¨¢ en condiciones de competencia e imparcialidad para preservar aquel equilibrio, y segunda, que todos los ciudadanos deben ser conscientes de que el riesgo de transgredir la soberan¨ªa de esa parcela constitucional puede consistir, sencillamente, en perderla?.
Durante la celebraci¨®n del a?o judicial en Las Palmas de Gran Canaria se recibi¨® una amenaza de bomba que oblig¨® a desalojar la audiencia. La amenaza result¨® falsa.
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