Washington se niega a devolver al soldado sovi¨¦tico, refugiado en su embajada en Kabul

A pesar de la insistencia de las autoridades de Mosc¨², Estados Unidos no accede a devolver a los dirigentes afganos el soldado sovi¨¦tico refugiado desde hace cuatro d¨ªas en la Embajada de EE UU en Kabul. ?Mantenemos contacto con las autoridades de Afganist¨¢n, la Uni¨®n Sovi¨¦tica y el Alto Comisariado de Refugiados de la ONU, para encontrar una soluci¨®n satisfactoria al problema?, declar¨® en Washington John Trattner, portavoz del Departamento de Estado

La firmeza de los norteamericanos para sostener el deseo del soldado sovi¨¦tico -del que no se ha facilitado el nombre- de emigrar a Estados Unidos u otro pa¨ªs, peligra de enturbiar el contacto previsto para el pr¨®ximo jueves 25 de septiembre en la ONU, entre el secretario de Estado norteamericano, Edmund Muskie, y su hom¨®logo sovi¨¦tico, Andrei Gromiko.Todo empez¨® cuando, en la ma?ana del pasado lunes, un soldado sovi¨¦tico, de los 85.000 estacionados en Afganist¨¢n desde finales del pasado a?o, se dirigi¨® a la sede de la Embajada de Estados Unidos en Kabul con el prop¨®sito de solicitar asilo pol¨ªtico.

Inmediatamente se congregaron fuerzas de la polic¨ªa afgana en los alrededores del recinto diplom¨¢tico, ocupado por dieciocho miembros, de los cuales seis son marines responsables de la seguridad del personal diplom¨¢tico.

En el curso de una entrevista celebrada ayer en Washington entre David Newson, subsecretario de Estado, y el embajador de la URSS en Washington, Anatoli Drobynin, Estados Unidos pidi¨® a la URSS que vele por la seguridad del personal diplom¨¢tico norteamericano residente en Kabul. Dobrynin, por su parte, solicit¨® que Estados Unidos devuelva al soldado desertor.

Desde que se produjo el incidente, las medidas de seguridad por parte de tropas afganas y sovi¨¦ticas en torno al recinto diplom¨¢tico se han incrementado notablemente. No obstante, seg¨²n se?al¨® un portavoz del Departamento de Estado, los diplom¨¢ticos norteamericanos efect¨²an sus entradas y salidas de la embajada con entera libertad.

Aunque el soldado habla s¨®lo ruso y un poco de alem¨¢n, quedan perfectamente claras sus intenciones de salir de Afganist¨¢n. El Departamento de Estado aleg¨®, provocando cierta sorpresa, que ning¨²n diplom¨¢tico norteamericano en Kabul ?habla correctamente ruso?. La petici¨®n de Washington para enviar un miembro de su embajada en Mosc¨², con perfecto conocimiento del idioma ruso, para entrevistarse con el desertor, choca con las reservas de Afganist¨¢n para conceder el visado.

Tambi¨¦n existen dificultades, siempre seg¨²n el Departamento de Estado para establecer contactos telef¨®nicos entre Kabul y Washington, con el fin de facilitar una conversaci¨®n entre el soldado sovi¨¦tico e int¨¦rpretes norteamericanos.

No se excluye en la capital norteamericana que los hechos obedezcan a una provocaci¨®n de los sovi¨¦ticos con vistas a forzar el cierre de la Embajada de Estados Unidos en Kabul, centro, sin duda, de informaciones de primera mano para Washington sobre lo que ocurre en Afganist¨¢n desde la intervenci¨®n militar sovi¨¦tica.

Alegando el riesgo de peligro f¨ªsico y la ?libertad de declararse refugiado pol¨ªtico?, los medios oficiales norteamericanos confirman que el soldado sovi¨¦tico podr¨¢ permanecer indefinidamente en la sede diplom¨¢tica estadounidense en Kabul, caso de que las autoridades afganas no autoricen su salida.