"Shogun", un nuevo serial norteamericano sobre el Jap¨®n medieval
El serial televisado de doce horas de duraci¨®n Shogun es el tema que ha captado esta semana pasada la atenci¨®n de los norteamericanos. Producido por la cadena de televisi¨®n NBC, tercera en importancia a escala nacional, despu¨¦s de CBS y ABC, Shogun logr¨® acaparar casi el 50% del total de la audiencia nacional, lo que supone alrededor de cien millones de telespectadores. Su ¨¦xito s¨®lo es comparable con las series Ra¨ªces y Holocausto.Shogun, t¨ªtulo nobiliario del Jap¨®n medieval, concedido al m¨¢ximo l¨ªder militar, se basa en la historia novelada por James Clavell de las aventuras de un marino ingl¨¦s en el Jap¨®n feudal del siglo XVII. La violencia, el contraste de tradiciones, el sutil enfrentamiento entrejesuitas y protestantes y, naturalmente, el romance entre el aventurero brit¨¢nico (interpretado por el actor Richard Chamberlain) y la princesa nipona (la actriz Yoko Shimada), forman el eje de la acci¨®n.
?Estoy asustado de la visi¨®n simplista que pueden sacar de Jap¨®n los telespectadores norteamericano declar¨® uno de los miembros de la Embajada de Jap¨®n en Estados Unidos, en comentario al fen¨®meno social que suscita la serie. ?Se ha exagerado en los aspectos violentos de los samurais?.
La cadena NBC gast¨® doce millones de d¨®lares (unos 850 millones de pesetas) en la realizaci¨®n de 125 horas de filmaci¨®n, que moviliz¨® a treinta actores norteamericanos y 130 japoneses en los escenarios naturales o en los estudios cinematogr¨¢ficos de Tokio, Osaka, Kyoto y otras poblaciones del ex imperio del Sol naciente. Durante los seis meses de filmaci¨®n, productores y actores debieron afrontar dos tifones nada ficticios en comparaci¨®n con los desastres naturales, tempestades o terremotos escenificados en el filme.
?La vida y la muerte es lo mismo. El ma?ana no existe, s¨®lo cuenta el momento actual?. Son algunas de las frases m¨¢s repetidas, como contraste de culturas y religiones, entre el h¨¦roe europeo, progresivamente captado por el encanto oriental, y la princesa japonesa.
James Clavell escribi¨® las novecientas p¨¢ginas de la novela ¨¦pica con ayuda de profesionales japoneses. La adaptaci¨®n de la serie televisada, por la que el autor cobr¨® un mill¨®n de d¨®lares (setenta millones de pesetas), conserva incluso algunas dificultades ling¨¹¨ªsticas, dando al espectador un sinf¨ªn de expresiones directas en japon¨¦s, no siempre traducidas, con gran sorpresa para el espectador norteamericano, acostumbrado a digerirlo todo en ingl¨¦s.
El impacto popular de la serie es analizado bajo todos los aspectos, inclu¨ªdo el econ¨®mico y comercial, en un momento de tensi¨®n entre Washington y Tokio, por el creciente ¨¦xito de los productos nipones en Estados Unidos, autom¨®viles en particular.
Se han distribuido 2.500.000 ejemplares de la edici¨®n de bolsillo de la novela Shogun en la cadena de supermercados norteamericana Safeway. La Prensa anuncia productos japoneses en grandes almacenes e incluye propaganda para cursos de ikebana, arte floral japort¨¦s, o ?ceremonia del t¨¦?. No falta tampoco la direcci¨®n de ?niportadores o tiendas especializadas donde comprar r¨¦plicas de espadas de samurai, largas (katana) o cortas (wakizash¨ª), muchas de ellas made in Spain.
En definitiva, todo un montaje para una serie magistralmente bien hecha, con no m¨¢s violencia que la ofrecida en muchos westerns, aunque al ?gustojapon¨¦s?, que pronto iniandar¨¢ las televisiones de todo el mundo.
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