El futuro de Seat se complica
El acuerdo entre la italiana Alfa Romeo y la japonesa Nissan, aprobado ya de forma definitiva por el Gobierno italiano el pasado s¨¢bado, tras meses de discusiones, pol¨¦micas y enormes presiones por parte de Fiat para impedirlo, complica, de forma indirecta, el futuro de la espa?ola Seat. Para ¨¦sta, el posible acuerdo con Nissan queda ahora pr¨¢cticamente anulado, al quedar totalmente cubiertas las aspiraciones de la multinacional japonesa con su instalaci¨®n en Italia. Nissan decidir¨¢, a finales de este mes, si acepta o no las condiciones impuestas por el Gobierno italiano a su acuerdo con Alfa Romeo.El esplendoroso presente de las grandes multinacionales japonesas de la industria del autom¨®vil -Toyota, Nissan y Honda, principalmente- no debe ocultar el complicado futuro pr¨®ximo por el que podr¨ªan atravesar estas empresas si no logran establecerse en Estados Unidos y Europa. De ello depende su supervivencia, y eso lo saben perfectamente los dirigentes nipones.
Porque, aunque los autom¨®viles japoneses compitan con enorme ventaja en los mercados de todo el mundo gracias, sobre todo, a su sensiblemente inferior precio de venta al p¨²blico con respecto a sus competidores europeos o americanos, y sigan incrementando sus respectivas cotas de penetraci¨®n, las medidas proteccionistas de los distintos pa¨ªses podr¨ªan, a corto plazo, controlar de forma dr¨¢stica, si no suspender por completo, las ventas de dichos autom¨®viles japoneses en los pa¨ªses del ¨¢rea occidental.
El tener que competir con una industria en la que los costes sociales son baj¨ªsimos, el nivel de productividad muy alto, lo mismo que el n¨²mero de horas trabajadas al a?o; no existen problemas de orden laboral; se utiliza una tecnolog¨ªa modern¨ªsima en virtud, entre otras cosas, de la mayor juventud de las empresas; el costo de los componentes es igualmente baj¨ªsimo, en raz¨®n de los mismos par¨¢metros, y, finalmente, el precio de exportaci¨®n se ve a¨²n beneficiado por la paridad de una moneda -el yen- a la que el Gobierno japon¨¦s ha colocado intencionadamente baja, para favorecer la exportaci¨®n, es considerado por los fabricantes europeos y norteamericanos casi como una competencia desleal, y -seg¨²n ellos- como tal deber¨ªa ser tratada por los respectivos Gobiernos de los pa¨ªses europeos y del norteamericano.
Esta competencia, adem¨¢s, se produce en un solo sentido, porque los fabricantes de autom¨®viles europeos y norteamericanos encuentran grandes dificultades para exportar al Jap¨®n, y la casi imposibilidad para establecerse con f¨¢bricas en aquel pa¨ªs, con las que poder beneficiarse de todas las ventajas de las que gozan, por ahora en exclusiva, las grandes multinacionales japonesas.
Con las ventajas anteriormente expuestas, los fabricantes japoneses han llegado a invadir los mercados automovil¨ªsticos de casi todo el mundo. T¨¦cnicamente, adem¨¢s, sus coches son robustos, aunque, al menos por ahora, carezcan de una tecnolog¨ªa sofisticada. Pero con las superproducciones de que son capaces las grandes multinacionales niponas, el mejorar a¨²n m¨¢s su tecnolog¨ªa y llegar a soluciones sofisticadas y vanguardistas es s¨®lo un problema de breve tiempo.
En ese breve tiempo, los japoneses podr¨ªan ofrecer coches tan competitivos, frente a norteamericanos y europeos, en el precio como en la actualidad, con m¨¢s equipamiento que ¨¦stos y con una tecnolog¨ªa igual, si no superior. Pero de nada les servir¨ªa si los mercados europeos y el norteamericano les fueran vetados por acuerdos de los respectivos Gobiernos. Y los vetos son ya un hecho en pa¨ªses como Francia , o Italia, y podr¨ªan serlo en otros, como en la Rep¨²blica Federal de Alemania o Gran Breta?a, pa¨ªses en los que los propios fabricantes japoneses han efectuado una autolimitaci¨®n de sus exportaciones para no arriesgarse a una medida gubernamental.
De ah¨ª que la ¨²nica soluci¨®n para las multinacionales japonesas sea instalarse en Europa y Estados Unidos, a base de crear plantas de fabricaci¨®n de algunos componentes y del montaje definitivo, que ser¨ªa completado con los elementos fabricados en Jap¨®n. Porque, aunque la parte de coche fabricada en Estados Unidos o Europa encarezca algo el precio final, el contar con otra mitad japonesa permitir¨ªa a¨²n cierta ventaja frente a la competencia totalmente occidental.
Eso es lo que ha hecho ya Honda, el tercero de los grandes fabricantes nipones, al llegar a un acuerdo con British Leyland, que dar¨¢ sus primeros frutos el pr¨®ximo a?o. De esta forma, Honda cuenta ya con un pie en el Mercado Com¨²n Europeo, y para la CEE resultar¨¢ muy dif¨ªcil impedir la competencia de una empresa japonesa cuando ¨¦sta tenga una rama en Europa.
El acuerdo Alfa Romeo-Nissan afecta negativamente a Fiat
La misma pol¨ªtica ha querido seguir Nissan en Italia con el acuerdo con Alfa Romeo, que, en virtud de las presiones realizadas por los Agnelli -propietarios de Fiat-, cuyo peso en la pol¨ªtica italiana es muy grande -aunque, por lo visto, no lo suficiente-, ha tenido que esperar much¨ªsimo tiempo para contar con la imprescindible aprobaci¨®n gubernamental.
Las primeras reacciones de la aprobaci¨®n no se har¨¢n esperar. Fiat mantiene discusiones con los sindicatos, en un intento de despedir a 14.000 de sus trabajadores, a lo que los dindicatos y el ministro de Trabajo italianos se oponen rotundamente. Las distintas posiciones se han ido endureciendo en el curso de las negociaciones, en un intento, por parte de Fiat, de presionar al Gobierno para que ¨¦ste no aceptase el acuerdo Alfa-Nissan. En su cl¨¢sico estilo, mezcla de amenaza y de paternalismo, el mayor de los Agnefli ha llegado a utilizar el acuerdo Fiat-Peugeot para fabricar conjuntamente motores como otro m¨¦todo de presi¨®n, al quedar la incertidumbre de d¨®nde quedar¨¢ ubicada la nueva f¨¢brica, si en Italia -?caso de que el Gobierno, los sindicatos y los trabajadores se porten bien?, como ha comentado el propio Giovanni Agnelli- o en Francia.
Pero ahora, una vez ratificado el acuerdo Alfa-Nissan por parte del Gobierno italiano, una: vez que los japoneses han colocado su segunda cabeza de puente en Europa -Y precisamente en Italia-, la respuesta por parte de Fiat, que atraviesa una grave crisis, de la que no se adivina su posible salida, puede ser sonada.
Pero el acuerdo Alfa-Nissan tambi¨¦n tendr¨¢ su repercusi¨®n en Espa?a. Las conversaciones que Seat manten¨ªa hasta ahora con Toyota y Nissan para resolver su futuro, en un ingenioso y ambicioso plan ideado por el presidente de la empresa espa?ola, Juan Miguel Anto?anzas, quedar¨¢n reducidas exclusivamente a Toyota, al quedar Nissan -una empresa muy agresiva- desbordada con sus acuerdos europeos con Motor Ib¨¦rica, en Espa?a -para veh¨ªculos industriales-, y Alfa Rorneo, en Italia (para autom¨®viles de turismo).
La idea de Anto?anzas es llegar a una especie de join venture riesgo compartido o aventura conjunta- con una multinacional japonesa y crear un coche, en parte fabricado en Jap¨®n y en parte en Espa?a, con una producci¨®n anual de 150.000 unidades. Dos terceras partes ser¨ªan destinadas a la exportaci¨®n desde Espa?a, y el resto para el mercado nacional. La materializaci¨®n de esta idea quedar¨¢, en virtud del definitivo acuerdo entre Alfa Romeo y Nissan, en manos de Toyota.
El problema para la empresa espa?ola es que, adem¨¢s de la cl¨¢sica lentitud en las negociaciones por parte de los japoneses, ahora Toyota ha recibido una propuesta parecida por parte de la multinacional norteamericana Ford. A trav¨¦s de Ford, Toyota, la mayor de las empresas automovil¨ªsticas japonesas -y segunda del ranking mundial, por detr¨¢s de General Motors, despu¨¦s de haber desbancado de ese lugar precisamente a Ford-, y la ¨²nica que, al menos por ahora, queda fuera de Europa, podr¨ªa solucionar su problema de supe rvivencia futura. Las discusiones entre Ford y Toyota se centran ahora en llegar a un acuerdo sobre la cifra de producci¨®n, enormemente dispar por el momento, lo que permite a¨²nconcebir esperanzas a Seat de ser ¨¦sta la que solucione la necesidad de Toyota (la cifra espa?ola est¨¢ acorde con la japonesa, mentras que lo que exige la multinacional norteamericana es cinco veces mayor).
De cualquier forma, en el acuerdo Alfa Romeo-Nissan no todo es negativo para Seat. Pese a hab¨¦rsele cerrado una de las dos ¨²nicas opciones que maneja, por el momento, se ha eliminado la presi¨®n al Gobierno espa?ol por parte del Mercado Com¨²n para impedir la entrada de una multinacional japonesa en este pa¨ªs. Con Honda en Gran Breta?a,de la mano de British Leyland, y ahora Nissan en Italia asociada a Alfa Romeo, la CEE no puede argumentar nada para tratar de impedir la de Toyota en Espa?a vinculada a Seat.
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