Una salida digna al 28 de febrero
Como el pasado pol¨ªtico del se?or Mart¨ªn Villa se encuentra fielmente recogido en los Boletines Oficiales del Estado, seg¨²n aclar¨® ¨¦l mismo hace pocos d¨ªas en el Congreso, me librar¨¦ muy mucho de eludir a tal cuesti¨®n. Haciendo, pues, abstracci¨®n de su pasado, vi¨¦ndolo solamente como miembro y bar¨®n de UCD, tuve la sensaci¨®n de que llegaba al Ministerio de Administraci¨®n Territorial con la intenci¨®n de planchar Espa?a.Las promesas de Mart¨ªn Villa, hechas en nombre del Gobierno, en cuanto a la igualdad de los techos y contenidos auton¨®micos, m¨¢s bien huele a una nueva uniformaci¨®n de Espa?a en circunscripciones de superprovincias que al respeto, en la igualdad de derecho, a la diversidad real de las comunidades que conforman Espa?a como patria com¨²n.
Como una apisonadora que irradia ya a los gobiernos civiles provinciales, se intenta aplanar las conciencias hasta el punto de que si no andamos prestos el se?or Mart¨ªn Villa aparecer¨¢ prontamente como candidato al Nobel de la autonom¨ªa.
Creo que ya poco m¨¢s se puede a?adir a lo dicho en diversos pronunciamientos sobre la incredulidad e inviabilidad de la f¨®rmula Roca-Mart¨ªn Villa-Rojas Marcos del 144. En todo caso, recordar que por el 144 la comunidad aut¨®noma es mera voluntad del Gobierno ante la falta total de iniciativa de sus corporaciones locales y, en el caso andaluz, ignora ol¨ªmpicamente el 28 de febrero.
Hasta se amenaza ya con que el Gobierno impondr¨¢ su autonom¨ªa aunque la Junta de Andaluc¨ªa, con la mayor¨ªa del pueblo con ella, no admita el cambalache.
Cuando Rojas Marcos afirma que el acuerdo logrado por el PSA es la operaci¨®n pol¨ªtica m¨¢s importante realizada por su partido desde su fundaci¨®n, tiene que pensarse si la pol¨ªtica es una tarea s¨®lo para que la realizen tratantes y pillos que est¨¢n a la que salta.
El sentido de la oportunidad, el saber apreciar la coyuntura, es una de las cualidades que definen a un buen pol¨ªtico, desde luego. Pero tales cualidades no tienen nada que ver con los trapicheos, la compraventa de votos a cambio de mercanc¨ªas ajenas, en este caso, al desbloqueo de la autonom¨ªa andaluza.
Desbloquear mediante el 144 para caerse de boca en el 143, ?para ese viaje no necesita alforjas el pueblo andaluz! Si de verdad el Gobierno desea desempantanar la autonom¨ªa andaluza, ?por qu¨¦ ese salto atr¨¢s?
Reteniendo de todo el tr¨¢fago de opiniones vertidas en el debate para la confianza, el que Su¨¢rez reconoci¨® la necesidad de desbloquear la autonom¨ªa andaluza, junto al dif¨ªcil v¨®mito de Mart¨ªn Villa al reconocer ayer, en el Senado, que Andaluc¨ªa gan¨® moral y pol¨ªticamente el 28 de febrero, es obligado apelar seriamente a la voluntad pol¨ªtica de cuantos tienen algo que decir para hacer progresar la autonom¨ªa.
Es imprescindible que la autonom¨ªa andaluza alcance los techos ya legalizados para Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco. En esta concreci¨®n ya coincidimos todos, pero el camino ha de tener la necesaria credibilidad y claridad de forma que haga inviable las trampas y los cambios de humor pol¨ªtico de unos u otros.
Si, como afirmamos muchos, la cuesti¨®n auton¨®mica es una cuesti¨®n de Estado y se necesita el concierto de la inmensa mayor¨ªa, la f¨®rmula 144 ha nacido muerta, aun sin contar siquiera con la incertidumbre legal, adem¨¢s de que su plasmaci¨®n hurtar¨ªa a la Asamblea de Parlamentarios andaluces defender su estatuto, quedando siempre a expensas, unilateralmente, de la mayor¨ªa moment¨¢nea que se d¨¦ en el Parlamento.
Por la v¨ªa del 151 la plenitud auton¨®mica se consigue con el Parlamento, pero no s¨®lo desde el Parlamento, puesto que la Constituci¨®n reserva un importante papel a las fuerzas pol¨ªticas implantadas en la comunidad en cuesti¨®n.
Constitucionalmente, la autonom¨ªa plena solamente se contempla en el art¨ªculo 15 1, y todo lo dem¨¢s, aun con buena voluntad, no pasar¨ªa de ser una autonom¨ªa otorgada que humillar¨ªa a la conciencia andaluza. Pienso que ning¨²n pragmatismo, por muy pedestre que sea, puede olvidar este dato, m¨¢xime cuando se trata de una tierra como la andaluza, que secularmente vio marginados a sus hombres y mujeres.
Se trata ahora de encontrar una f¨®rmula jur¨ªdica que s¨¦ sustente reciamente sobre la voluntad pol¨ªtica del 28 de febrero y que evite lo que UCD entiende como humillaci¨®n, aunque otros lo entendamos como simple reparaci¨®n hist¨®rica para los almerienses; o sea, que evite repetir el refer¨¦ndum en Almer¨ªa.
Se trata de encontrar una f¨®rmula que con meridiana claridad facilite tramitar un estatuto por la v¨ªa del 151 con tal claridad que nadie pueda tener dudas, que no quepa trampa ni cart¨®n.
En este sentido es en el que han trabajado seria y tenazmente los especialistas en derecho constitucional colaboradores del Grupo parlamentario Comunista, un pu?ado de parlamentarios sin esca?o, como familiarmente los llamamos.
En s¨ªntesis, se tratar¨ªa de a?adir un punto cinco al art¨ªculo octavo de la ley de Diversas Modalidades de Refer¨¦ndum, en el sentido, mediante cl¨¢usulas precisas, de que Andaluc¨ªa pueda proseguir la tramitaci¨®n del Estatuto por la v¨ªa plena del 151, pero obligando a que en el refer¨¦ndum de ratificaci¨®n se entienda simult¨¢neamente aprobado el Estatuto y la propia iniciativa auton¨®mica en Almer¨ªa cuando los s¨ªes de aquella provincia superen la mitad m¨¢s uno de los electores.
Estamos convencidos de que, en buena lid, Almer¨ªa superar¨¢ con creces el mandato constitucional que obliga a que la autonom¨ªa plena est¨¦ respaldada por la mayor¨ªa absoluta de los electores; pero con la f¨®rmula que ahora propugnamos evitar¨ªamos repetir el refer¨¦ndum de iniciativa en Almer¨ªa, al mismo tiempo que garantizar¨ªamos con total claridad la voluntad popular andaluza.
Podemos negociar todo, incluso los puntos y las comas de la mencionada propuesta, con tal de que consigamos lo esencial: que en todo el trayecto hacia la autonom¨ªa plena se respete meridianamente la voluntad andaluza, expresada -el 28 de febrero. La voluntad pol¨ªtica tambi¨¦n se demuestra andando.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- I Legislatura Espa?a
- Rodolfo Mart¨ªn Villa
- Constituci¨®n de las Autonom¨ªas
- MAT
- UCD
- Gobierno de Espa?a
- Comunidades aut¨®nomas
- Estatutos Autonom¨ªa
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Legislaturas pol¨ªticas
- Ministerios
- Andaluc¨ªa
- Gobierno
- Administraci¨®n Estado
- Partidos pol¨ªticos
- Espa?a
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Estatutos
- Normativa jur¨ªdica
- Legislaci¨®n
- Justicia