Importaci¨®n superflua

Una comedia de personaje ?simp¨¢tico?: Bernard Slade la escribi¨® para Jack Lemon, y Arteche la ha adaptado para Arturo Fern¨¢ndez. Un personaje superficial, bromista, apayasado, que parece in¨²til, pero que cumple en la vida una funci¨®n, la de dar a los dem¨¢s lo mejor de s¨ª mismo y facilitarles una visi¨®n optimista y l¨²dica de la vida.La oposici¨®n dram¨¢tica la encuentra en el personaje de su hijo, v¨ªctima del famoso trauma del divorcio de los padres, que en este caso se muestra a la inversa del t¨®pico: reh¨²ye la broma y la superficialidad, y no se interesa m¨¢s que por el estudio. De lo cual, l¨®gicamente (la l¨®gica del rev¨¦s), su padre trata de apartarle, por lo menos provisionalmente. Si se a?ade que el protagonista est¨¢ en trance de muerte y los dem¨¢s empiezan, por tanto, a advertir su verdadero valor, se tendr¨¢ el toque sentimental para acompa?ar el humor.

El autor ha abandonado toda clase de precauciones en el uso de las normas -arbitrarias y salidas de personajes, escenas cuya preparaci¨®n se ve a distancia, etc¨¦tera- o, por lo menos as¨ª sucede en la versi¨®n espa?ola.

Lo ha confiado todo al di¨¢logo y a la actuaci¨®n: Arturo Fern¨¢ndez y la compa?¨ªa que dirige lo llevan con la fluidez y la campechan¨ªa de siempre, a una considerable velocidad, lo que no impide que la obra se alargue demasiado para lo que es el uso en el teatro espa?ol.

Todos se empe?an en desarrollar la simpat¨ªa obligada, y el p¨²blico se r¨ªe y aplaude. No parece una importaci¨®n muy necesaria.