Con el 12,5% de aumento salarial a los funcionarios, el Gobierno abre la negociaci¨®n para 1981
La previsi¨®n de un aumento de 0,5 puntos en la productividad de los funcionarios es una de las novedades m¨¢s apreciables de los Presupuestos para el a?o 1981, ya que hasta ahora el sector p¨²blico no hab¨ªa introducido conceptos de este tipo en sus particulares relaciones laborales con sus trabajadores, al igual que suceder¨¢ en el sector privado. Con este porcentaje del 12,5%, el sector p¨²blico manifiesta, por otra parte, cu¨¢l es la conducta que espera ver homologada por el sector privado de cara a las pr¨®ximas negociaciones salariales y a la renovaci¨®n del acuerdo-marco.
Con ocasi¨®n de la presentaci¨®n del proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para el a?o 1981, el titular de Hacienda anunci¨® algunas de las medidas que en el futuro se van a adoptar para reducir los crecimientos de los gastos corrientes, que son en estos momentos el principal caballo de batalla de los responsables de la elaboraci¨®n de los Presupuestos. De hecho, en 1981, el crecimiento de los gastos corrientes va a ser bastante superior -si se cumplen las previsiones del proyecto de ley presentado ayer- al crecimiento nominal previsto para el PIB, ya que los gastos corrientes aumentar¨¢n en principio en un 21,1%, y el PIB nominal lo har¨¢ en torno al 16%.Invertir los porcentajes de crecimiento de ambos es uno de los objetivos de la pol¨ªtica econ¨®mica para los pr¨®ximos a?os, tal y como se?al¨® Su¨¢rez en su discurso de la cuesti¨®n de confianza.
Las medidas que se han adoptado y que se tomar¨¢n en el futuro para lograr el objetivo de reducir el crecimiento de los gastos corrientes son varias. En primer lugar, la culminaci¨®n del llamado presupuesto por programas, que en 1982 afectar¨¢ a la totalidad de los ministerios.
En segundo lugar, la adopci¨®n de las t¨¦cnicas de elaboraci¨®n del ?presupuesto base cero? a un nivel m¨¢s generalizado. El ?base cero? implica elaborar los presupuestos de cualquier departamento u organismo p¨²blico partiendo de cero en vez de a?adir un porcentaje a las cifras del a?o anterior. Con esta t¨¦cnica se puede evitar el ?arrastre? de gastos que han perdido su justificaci¨®n y que deben ser reducidos o incluso anulados.
Este sistema fue empleado este a?o para el 25% del total del presupuesto de cada ministerio, al parecer con escaso ¨¦xito. El a?o pr¨®ximo ser¨¢ extendido al 50% de los gastos de cada departamento ministerial, con objeto de que los Presupuestos del a?o 1982 -cuya elaboraci¨®n, seg¨²n fuentes solventes, se iniciar¨ªa el d¨ªa 2 de enero de 1981- se hagan ya en un 50% con nuevos criterios.
Una tercera medida que pretenden adoptar los responsables de Hacienda es la del establecimiento, como requisito necesario para la tramitaci¨®n de proyectos de leyes o disposiciones administrativas que puedan tener repercusiones presupuestarias o financieras, el que vayan acompa?adas de una memoria financiera y econ¨®mica que eval¨²e y determine dichas repercusiones. Esta medida es consecuencia del proceso de discusi¨®n parlamentaria y aprobaci¨®n de las pensiones para los afectados por la guerra civil.
Los gastos de personal constituyen la partida m¨¢s fuerte del Presupuesto, como es tradicional, ya que representar¨¢n en 1981 el 37,4% del total, con merma ligera respecto a este a?o, en que representan el 38,2%.
El Presupuesto 1981 ha considerado un incremento de sueldos y salarios del 12%, m¨¢s un 0,5% de productividad, que se introduce por vez primera como dato en la elaboraci¨®n de las cuentas de la naci¨®n. El 12% mencionado de aumento salarial se estableci¨® a la vista del objetivo general de un aumento de los precios previsto del 13,5% para 1981, y teniendo en cuenta que los aumentos salariales no tienen por qu¨¦ reflejar la parte del aumento de precios que es imputable a los eventuales aumentos de precios petroleros.
En segundo lugar, las plantillas de funcionarios van a congelarse a su nivel actual. Por otra parte, el Gobierno pretende regular ?de forma rigurosa? las incompatibilidades para el desempe?o de puestos en el conjunto del sector p¨²blico (no s¨®lo de la Administraci¨®n central, sino incluso para las empresas p¨²blicas, como se?al¨® Garcia A?overos expresamente). El principio de puesto de trabajo ¨²nico ?s¨®lo podr¨¢ excepcionarse por ley ?.
En materia de pensiones tambi¨¦n se establecen medidas para aquellos casos en los que concurra el cobro de m¨¢s de una, estableci¨¦ndose un aumento del 12% para la principal y crecimientos menores para las dem¨¢s. Las pensiones m¨ªnimas ¨²nicas aumentar¨¢n en un 14%.
Todas estas medidas en relaci¨®n con los gastos de personal no impiden, sin embargo, que tales gastos aumenten en 182.090 millones de pesetas, lo que convierte a esta partida en la de mayor importancia presupuestaria, por su aumento en t¨¦rminos absolutos. Es m¨¢s, el aumento de los costes de personal es superior al aumento de las inversiones del sector estatal en unos 20.000 millones de pesetas.
La moderaci¨®n de los gastos corrientes globales tiene, por otra parte, mucho que agradecer a la compra de bienes y servicios, que aumenta muy moderadamente, un 6,4%, y que ascender¨¢ en 1981 a unos 110.800 millones de pesetas.
Gastos congelados
Todas estas medidas no eran, sin embargo, suficientes para frenar el aumento de los gastos corrientes, por lo que los autores del Presupuesto han debido recurrir a otras dos de car¨¢cter excepcional.
La primera de ellas es la relativa a los gastos militares. Se suspende la aplicaci¨®n de la modernizaci¨®n de las Fuerzas Armadas, que ten¨ªan previsto haber incrementado sus presupuestos de defensa en un 31%. Las medidas adoptadas en esta materia consisten en diferir el gasto de 10.500 millones de pesetas, destinando adem¨¢s otros 9.000 millones de pesetas adicionales a reembolsar anticipos del Tesoro efectuados a?os atr¨¢s. Tras este recorte de casi 20.000 millones de pesetas, el presupuesto del Ministerio de Defensa para comprar bienes y servicios aumentar¨¢ en t¨¦rminos reales tan s¨®lo el 1,2%.
La segunda medida se refiere al pago de las pensiones derivadas de la guerra civil. Se va a aprobar un real decreto-ley por el que se fracciona el pago de los atrasos de estas pensiones. El pago de estos atrasos, aprobado en las Cortes, obligaba al Estado a abonar durante el pr¨®ximo ejercicio la cantidad de 130.000 millones de pesetas, lo que representaba, por s¨ª s¨®lo, el equivalente a m¨¢s del 7% de los gastos corrientes de este a?o. Para evitar este pago de una sola vez y las consiguientes perturbaciones sobre el presupuesto, el Gobierno ha decidido fraccionar el pago del atraso a lo largo de un per¨ªodo de cuatro o cinco a?os, con devengo de intereses, lo que producir¨¢ un alivio sobre el presupuesto del a?o pr¨®ximo de unos 70.000 millones de pesetas, cuyo pago se aplaza y se fracciona. Seg¨²n manifest¨® ayer el titular de Hacienda, el fraccionamiento para cuatro a?os afectar¨¢ a las pensiones de menos de 500.000 pesetas, y para las que superen esta cifra anual, el plazo de pago ser¨¢ de cinco a?os. En ambos casos, el inter¨¦s devengado ser¨¢ del 8% anual.
Escasos l¨ªmites a las subvenciones
Dentro del cap¨ªtulo de los gastos corrientes, las subvenciones y transferencias representan el segundo rengl¨®n en importancia, y lo mismo sucede a nivel de todo el presupuesto de gastos, ya que esta partida absorbe el 31,2% del total de gastos previstos para el a?o pr¨®ximo, porcentaje casi igual al del a?o en curso. El Estado se gastar¨¢ en este concepto 879.300 millones de pesetas en 1981, con aumento de 162.116 millones de pesetas sobre el a?o 1980. Este aumento es incluso superior al aumento previsto para la inversi¨®n p¨²blica, de modo que el Estado se va a gastar m¨¢s dinero en subvencionar durante el a?o pr¨®ximo que en invertir. La diferencia a favor de las subvenciones ser¨¢ de unos 200.000 millones de pesetas. En este cap¨ªtulo se incluyen tambi¨¦n las transferencias a diversos organismos con finalidades concretas.
Las mayores partidas de las transferencias corrientes tienen una finalidad asistencial. Por ejemplo, las que tienen por destino la Seguridad Social se incrementan en un 50%, con objeto de abaratar el coste del empleo para las empresas en un porcentaje que los autores del presupuesto han estimado en torno al 0,5 %, con lo que esperan reducir ?el coste real del factor trabajo, facilitando la generaci¨®n de empleo?.
El seguro de desempleo se llevar¨¢ 100.000 millones de pesetas el a?o 1981, con cargo al Estado, con aumento del 25%. El Estado deber¨¢ asumir en el futuro el 40% del coste de este seguro. La subvenci¨®n a la gratuidad de la ense?anza se incrementa en un 12%. Y, finalmente, las transferencias a las corporaciones locales crecen de modo sustancial, alcanzando el 52% de aumento la participaci¨®n de los ayuntamientos en los ingresos del Estado y otras asignaciones. Por otra parte, los impuestos directos ya cedidos aumentan en un 25% (contribuci¨®n urbana y cuota de licencia fiscal). El trasvase de fondos desde el Estado a las corporaciones locales es el de mayor aumento entre todos los cap¨ªtulos de las transferencias.
Por lo que se refiere a la subvenci¨®n de los d¨¦ficit de explotaci¨®n de empresas, Hunosa se llevar¨¢ el a?o pr¨®ximo unos 17.500 millones de pesetas, aunque el montante de la subvenci¨®n depender¨¢, a partir del a?o pr¨®ximo, de la cantidad de toneladas producidas, lo que implica establecer un cierto l¨ªmite a la cobertura de sus p¨¦rdidas.
La inversi¨®n p¨²blica
El conjunto de las inversiones p¨²blicas aumenta en un 31,1% sobre el presupuesto de 1980, siendo la inversi¨®n de car¨¢cter civil la que crecer¨¢ m¨¢s fuertemente (un 32,5%) respecto a la militar (un 23,4%).
El ministerio m¨¢s inversor, con el 27% del total, ser¨¢ el de Obras P¨²blicas y Urbanismo, con 179.2 10 millones de pesetas, y aumento del 32% sobre este a?o. Los entes territoriales son los que mayores crecimientos experimentan en sus programas de inversi¨®n, cifr¨¢ndose dicho aumento en un 156,4% en t¨¦rminos relativos. Las prioridades inversoras del sector p¨²blico han sido fijadas en los sectores de la construcci¨®n, agricultura, transportes y obras de ¨¢mbito local, adem¨¢s del sector energ¨¦tico.
De forma adicional, las dotaciones en poder del cr¨¦dito oficial van a experimentar un aumento sensible, lo que permitir¨¢ mejorar el volumen de fondos disponibles por las empresas en las entidades oficiales de cr¨¦dito. Las dotaciones del Tesoro al cr¨¦dito oficial se incrementar¨¢n en un 30%, ascendiendo a 230.000 millones de pesetas. Alrededor de la mitad de esta cifra (unos 115.000 millones de pesetas) ser¨¢ financiada con la emisi¨®n de c¨¦dulas para inversiones, y el resto, mediante anticipos del Tesoro. Las disponibilidades de cr¨¦dito de las entidades oficiales podr¨¢n as¨ª atender a la mayor demanda que se producir¨¢ en el sector de la construcci¨®n de viviendas, en la ejecuci¨®n del Plan Energ¨¦tico Nacional y en el apoyo financiero a empresas necesitadas de reestructuraci¨®n de los sectores en crisis.
El d¨¦ficit y su financiaci¨®n
La previsi¨®n de d¨¦ficit para los pr¨®ximos Presupuestos Generales del Estado es de 435.609 millones de pesetas, de los que 120.000 millones de pesetas ser¨¢n financiados con emisiones de deuda p¨²blica, unos 70.000, con cr¨¦dito exterior, y los restantes 245.609 millones, con recurso al Banco de Espa?a.
Sin embargo, el recurso total al banco emisor ser¨¢ del orden de los 330.000 millones de pesetas, en t¨¦rminos monetarios. La apelaci¨®n real ser¨¢ de unos 245.000 millones, lo que supondr¨¢ un 11,7% de las disponibilidades l¨ªquidas en el a?o pr¨®ximo, inferior al 16,1% previsto para este a?o.
Para el Ministerio de Hacienda, ?el comportamiento monetario previsible del sector p¨²blico, as¨ª definido, es perfectamente compatible, tanto con un crecimiento moderado de las disponibilidades l¨ªquidas como con una financiaci¨®n adecuada del sector privado?.
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