Los Presupuestos, en las Cortes

EN EL ¨²ltimo d¨ªa del plazo, los ministros de Hacienda y de la Seguridad Social han enviado sus respectivos presupuestos a las Cortes.Las grandes l¨ªncas del Presupuesto del Estado muestran una modificaci¨®n en la tendencia de los gastos corrientes y de inversi¨®n que crecer¨¢n, respectivamente, el 21 % y el 31 %. Ahora bien, ambos tipos de gasto p¨²blico aumentar¨¢n m¨¢s deprisa que el valor total de la producci¨®n de bienes y servicios (PIB), que se ha estimado en torno a un 16,3%, del que un 2,5 % constituir¨¢ un aumento real en volumen y un 13,5% ser¨¢n aumentos de precios. Los gastos de la Seguridad Social, por su parte, aumentar¨¢n en un 19,3%, tambi¨¦n por encima del crecimiento total del PIB. Contin¨²a as¨ª la continua e inexorable progresi¨®n del sector p¨²blico, lo que no guarda congruencia con las teor¨ªas proclamadas por el partido en el poder.

En cualquier caso, debe destacarse el menor porcentaje de crecimiento de los gastos corrientes, gracias a una, reducci¨®n de casi 20.000 millones de pesetas en gastos, militares y de 70.000 millones de pesetas mediante el fraccionamiento en varios plazos de las compensaciones por los perjuicios causados por la guerra civil. Esta reducci¨®n, por la novedad con que se presenta, parece de muy ¨²ltima hora y pone de manifiesto la ligereza de los elaboradores del presupuesto en medio del fragor de la crisis econ¨®mica. Merecen destacarse los buenos prop¨®sitos de administraci¨®n de los asuntos p¨²blicos, que suponen, por un lado, que s¨®lo se revalorice la pensi¨®n principal cuando existan varias acumuladas y, por otro, que sean congeladas plantillas y se aplique un mayorrigor en el r¨¦gimen de incompatibilidades. Se cancelan adem¨¢s todas las compatibilidades concedidas a partir del 1 de enero de 1981, con el corolario de que ser¨¢ preciso renovarlas para hacerlas efectivas. La congelaci¨®n de plantillas podr¨¢ flexibilizarse mediante una mayor movilidad de los funcionarios, asign¨¢ndolos a los sitios de mayores necesidades administrativas. ?Ser¨¢ esta la oportunidad para que, por ejemplo, el Ministerio de Justicia aprovisione los juzgados de nuevos efectivos humanos?

Y, sin embargo, a pesar de estos esfuerzos loables, el presupuesto sigue ofreciendo un radical conformismo respecto a la crisis y un aire de fatalismo a la hora de articular una estrategia para superarla. En un momento que pretende ser de inflexi¨®n, el crecimiento de los salarios de los funcionarios se mantiene en un 12% y las pensiones crecen muy por encima de la tasa de aumento del valor de la producci¨®n. Se debilita as¨ª la posibilidad de inducir un aumento de los salarios en torno a un 10-12 %, como ser¨¢ la t¨®nica de los pa¨ªses competidores, y, consiguientemente, nuestra inflaci¨®n tambi¨¦n ser¨¢ superior. Pero, adem¨¢s, el crecimiento de los gastos corrientes impide que a finales de 1981 el ahorro del sector p¨²blico sea positivo y obliga a que el sector privado o el sector exterior financien la totalidad de la inversi¨®n p¨²blica espa?ola. En estas condiciones, los crecimientos previstos en la inversi¨®n privada y el comportamiento estimado del sector exterior, con unas exportaciones en alza y unas importaciones en cuesta abajo, no es muy probable que se cumplan.

Finalmente, no resulta f¨¢cil aceptar que el recurso del sector p¨²blico al Banco de Espa?a suponga s¨®lo un 11% de la cantidad de dinero (las conocidas disponibilidades l¨ªquidas), coino tampoco es veros¨ªmil que la reducci¨®n de un 0,5% en el tipo general de la Seguridad Social signifique un ahorro para los cotizantes, dado que el aumento del tipo de cotizaci¨®n por desempleo compensar¨¢ m¨¢s que sobradamente lo que deje de pagarse por esta cantidad. Estas dudas, la forma en que se instrumente la inversi¨®n p¨²blica y la manera de compatibilizar un aumento de los sueldos de los funcionarios del 12% con un incremento de la masa monetaria del sector p¨²blico en torno a 120% son algunos de los temas que tendr¨¢n que ser explicados por el Gobierno al Parlamento en el debate sobre la aprobaci¨®n de los Presupuestos Generales del Estado y de la Seguridad Social.