El Gobierno se divierte
SON CADA vez m¨¢s insistentes los rumores, y m¨¢s dignas de cr¨¦dito las fuentes que los propagan, acerca de un nuevo tr¨¢fico de ¨¢reas de competencias, secretar¨ªas de Estado y direcciones generales entre los departamentos ministeriales, que servir¨¢ seguramente de pretexto para otra lista m¨¢s de ceses y nombramientos.Se dice as¨ª que el Ministerio de Econom¨ªa y Comercio, quiz¨¢ por aquello de hacerse perdonar su reci¨¦n adquirida grandeza, va a traspasar a los ministerios verticales de Industria y de Agricultura las competencias sobre comercio interior. Agricultura, que puede recibir adem¨¢s la Subsecretar¨ªa de Pesca, convertida en una patata caliente por los apresamientos en los caladeros africanos y cant¨¢bricos, quedar¨ªa convertida en el abogado defensor o en el padrino del sector alimentario. Dicho sea de paso, las notables subidas de precios de los productos alimenticios durante julio y agosto constituyen un precedente lo suficientemente negativo como para que los consumidores comiencen a abrocharse los cinturones si el rumor se confirma. En esta misma l¨ªnea de premiar las pulsiones gremialistas, el Ministerio de Industria podr¨ªa concentrar en verticalidad todo el aparato de precios industriales, desde el fabricante al consumidor, tal vez como caramelo de compensaci¨®n ante la eventual p¨¦rdida del INI. Finalmente, el Ministerio de Econom¨ªa y Comercio podr¨ªa ceder la Secretar¨ªa de Estado para Turismo al Ministerio de Transportes y Comunicaciones, e incluso permitir el retorno de la Direcci¨®n General de Pol¨ªtica Financiera al Ministerio de Hacienda.
Este posible reajuste merece ser criticado, todav¨ªa m¨¢s que por su contenido concreto, por lo que representa como s¨ªntoma de la voluntad gubernamental de dar gato por liebre en el tema prioritario de la reforma de la Administraci¨®n p¨²blica. Tras la moderada decepci¨®n que ha supuesto la presentaci¨®n de los Presupuestos, y en v¨ªsperas del tan cacareado ataque frontal por el Gobierno a los males del aparato estatal, no puede producir sino irritaci¨®n la puesta en escena de una comedia de boulevard cuya ¨²nica originalidad es que los tri¨¢ngulos ministeriales ocupan en la trama el lugar de los tri¨¢ngulos amorosos. La reforma de la Administraci¨®n no puede ser confundida con este trasiego de secretar¨ªas, direcciones generales y entes aut¨®nomos de un sector a otro del organigrama estatal.
Poco van a ganar en racionalidad, eficiencia y abaratamiento los servicios p¨²blicos con esas medidas. El amable rigod¨®n parece destinado a disfrazar la incapacidad o la falta de deseo del Gobierno para emprender de una buena vez la tarea, siempre anunciada y nunca cumplida, de sanear, modernizar y agilizar el aparato del Estado, ese pesado elefante que descansa a la fuerza sobre el cuerpo social y que te impide desarrollar sus potencialidades. Los se?ores ministros seguramente se divertir¨¢n con estos canjes de cromos y ese trasiego de funcionarios. Pero los ciudadanos, cuyos bolsillos han quedado notablemente aligerados tras el pago de los impuestos, no pueden sino aburrirse al contemplar ese juego. ?Continuar¨¢ siendo la reforma administrativa un mito semejante al de los cultos cargueros de las islas del Pac¨ªfico, esperado y adorado por unos contribuyentes que, sin embargo, jam¨¢s llegar¨¢n a contemplarla y a quienes se da a cambio una simulaci¨®n como la ahora rurnoreada?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.