Nueve bajas voluntarias en la escolta policial de la Casa Real
El cese del comisario Mirasierra jefe de escolta del presidente del Gobierno, Adolfo Su¨¢rez, y nueve bajas voluntarias de otros tantos funcionarios y funcionarias de polic¨ªa del servicio de escolta de la Casa Real han puesto en entredicho en los ¨²ltimos d¨ªas los criterios sobre la interrelaci¨®n de las Fuerzas de Seguridad del Estado, los servicios de escolta a personalidades y la relaci¨®n oficial entre polic¨ªas y militares.En el ¨²ltimo n¨²mero de la revista t¨¦cnico-profesional Polic¨ªa Espa?ola se publica una encuesta practicada entre miembros del Cuerpo Superior de Polic¨ªa en la que se aborda el tema de la escolta. El resultado de la encuesta es negativo a dar servicio de escolta por parte de la polic¨ªa a personalidades, aunque se hacen excepciones, y entre ellas a la Casa Real.
El servicio de escolta de la Casa Real, dentro de esta gama de funciones, ha sido tradicionalmente un puesto muy solicitado, por raz¨®n de prestigio.
Sin embargo, en las dos ¨²ltimas semanas, se han producido nueve bajas voluntarias y una f¨®rzosa, ?lo cual es algo ins¨®lito?, se?alan fuentes policiales.
Estas bajas, al parecer, guardan relaci¨®n con un acusado malestar entre los miembros de la Comisar¨ªa Especial de Seguridad de la Casa Real, en n¨²mero aproximado de sesenta, que se remonta a alg¨²n tiempo atr¨¢s y cuyo malestar se ha agudizado con el reciente cese del jefe de escolta del presidente del Gobierno.
El comisario Cecilio Mirasierra, desde hace varios a?os jefe de escolta del presidente Su¨¢rez, estuvo hace unos meses a punto de dejar voluntariamente su cargo por razones profesionales, pero se mantuvo en el mismo a fin de que no se produjera una desconexi¨®n en el servicio, dado que se hab¨ªa producido un relevo en la jefatura militar de este servicio de seguridad.
Hace un mes aproximadamente, y seg¨²n fuentes policiales, como consecuencia de discrepancias en el enfoque del servicio de seguridad entre el comisario Mirasierra y el nuevo jefe militar, coronel de Infanter¨ªa del Estado Mayor Fernando L¨®pez de Castro, el comisario Mirasierra fue cesado y trasla dado a la Comisar¨ªa General de Documentaci¨®n.
Tal incidente ha servido para re mover criterios sobre el sistema de direcci¨®n de los servicios de seguridad, en particular de las escoltas
personalidades, y la interrelaci¨®n de.funciones y competencias entre militares y polic¨ªa.
En estas circunstancias, y desde el regreso de vacaciones del Rey, a mediados de septiembre, se han desencadenado nueve bajas voluntarias en el servicio especial de seguridad de la Casa Real. Las tres ¨²ltimas ayer, otras dos el d¨ªa anterior y las restantes en el transcurso de las ¨²ltimas semanas.
Al parecer, la crisis de la Comisar¨ªa Especial de Seguridad de la Casa Real se origina en varios puntos. Por un lado, la desconexi¨®n policial con el mando militar. Por otro, anomal¨ªas en la cobertura de vacantes y otros pormenores laborales. Y, en tercer lugar, dificultades para ?aprovechar de forma ¨²til las largas jornadas de servicio?.
La Jefatura de la Casa Civil de la Casa Real la ostenta el marqu¨¦s de Mond¨¦jar. El jefe directo de la seguridad es el coronel Blanco, del Arma de Ingenieros. Adjunto a ¨¦l trabaja el comandante Ferreiro, de la Guardia Civil. Paralelamente, existe la Comisar¨ªa Especial de Seguridad de la Casa Real, que mantiene dependencias en el palacio de Oriente y en el palacio de la Zarzuela.
La comisar¨ªa est¨¢ a las ¨®rdenes del comisario jefe Sanz Gomara. Se mantiene vacante el cargo de segundo jefe, que debe ser cubierto por un comisario y que, actualmente, y desde tiempos del anterior comisario, se?or Ayuga, la cubre en funciones el subcomisario Agueda.
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