El asesinato de Francisco P¨¦rez, un probable "ajuste de cuentas" entre empresas rivales
El asesinato a tiros de Francisco P¨¦rez L¨®pez, un hombre de 41 a?os, reclamado por la justicia, en las oficinas de una empresa dedicada a la distribuci¨®n de m¨¢quinas tragaperras para casinos, aparec¨ªa ayer, en medios policiales, como un casi seguro ?ajuste de cuentas? entre distintas ramas de las organizaciones que se disputan los beneficios de esas actividades.
Seg¨²n pudo saber EL PAIS, el se?or P¨¦rez L¨®pez no era copropietario de Bally, la multinacional en cuyas oficinas fue asesinado, como se dijo en un principio. Trabajaba para otra empresa dedicada a la misma actividad, pero de mucha menor entidad, Progevesa, con domicilio social en Valencia, ciudad donde viv¨ªa habitualmente la v¨ªctima.Los tres desconocidos que entraron en las oficinas de Bally, el martes por la tarde, para asesinar a Francisco P¨¦rez deb¨ªan tener un plan perfectamente trazado con anterioridad, ya que los viajes de su v¨ªctima a Madrid eran espor¨¢dicos y, sobre todo, irregulares, por lo que no era posible calcular en qu¨¦ momento estar¨ªa en la capital.
Sin embargo, P¨¦rez L¨®pez hab¨ªa pedido, hace unos d¨ªas, permiso al director gerente de Bally para poder utilizar su oficina durante el martes, al igual que hab¨ªa hecho en anteriores desplazamientos. El permiso para que utilizara las oficinas en cuesti¨®n fue otorgado inmediatamente, toda vez que el abogado del asesinado lo era tambi¨¦n de uno de los socios de Bally. Seg¨²n parece, el citado abogado era el s¨²bdito belga que se encontraba con ¨¦l en el momento en que llegaron los asesinos, que abri¨® la puerta a ¨¦stos y que fue atado y amordazado mientras ser comet¨ªa el asesinato.
Los tres desconocidos, al abandonar la oficina asaltada, se llevaron consigo el malet¨ªn de su v¨ªctima y el del gerente de la firma. Aunque este dato no indica que fuera el robo el m¨®vil del asesinato, s¨ª podr¨ªa hacer aparecer la posible importancia de los documentos que el asesinado llevara en el malet¨ªn, y que los asesinos, al no saber cu¨¢l era cada cual, decidieran coger los dos.
Con todo, el hecho de que Francisco P¨¦rez estuviera reclamado por cuatro sumarios judiciales, abiertos por otros tantos presuntos delitos de estafa, complica, en alguna medida, el estudio de los m¨®viles del asesinato, ya que tambi¨¦n podr¨ªa tratarse de una venganza de alg¨²n posible estafado por alguna actividad anterior de la v¨ªctima, sin relaci¨®n directa con el mundo de las m¨¢quinas tragaperras.
Sin embargo, lo turbulento que resulta ese mundillo hace decrecer las posibilidades de que el ajuste de cuentas haya sido por motivo distinto. Una persona relacionada con los casinos espa?oles aseguraba ayer a EL PAIS que ?el de las tragaperras de los casinos es un mundo de luchas constantes y no siempre de guante blanco?.
Rencillas subterr¨¢neas
Cuando, al principio de ser autorizado el juego en Espa?a, las m¨¢quinas tragaperras no fueron previstas en la reglamentaci¨®n correspondiente, las luchas subterr¨¢neas para conseguir no ya su legalizaci¨®n, sino la aceptaci¨®n oficial de una determinada marca, en detrimento de otras, fueron especialmente virulentas.Despu¨¦s, el Estado, a trav¨¦s del INI, convirti¨® en monopol¨ªstica la actividad de distribuci¨®n de ese tipo de m¨¢quinas, de tal forma que ENOSA y Entursa son las ¨²nicas autorizadas para ello. Las empresas multinacionales enfocan todos sus esfuerzos, pues, a conseguir la homologaci¨®n de sus respectivos modelos -de los cientos que existen en el mundo- y a conseguir vend¨¦rselos al propio INI, para que ¨¦ste, a su vez, atendiendo los pedidos de los casinos, los distribuya.
Pero en todo ese proceso comercial intervienen m¨¦todos que no son los que habitualmente emplean empresarios normales. El director gerente de Bally, que hab¨ªan salido de la oficina en el momento de cometerse el asesinato, declaraba ayer a EL PAIS su intenci¨®n de dejar el negocio de las m¨¢quinas tragaperras: ?A pesar de lo mucho que he trabajado para conseguir que se autorizaran las m¨¢quinas en los casinos espa?oles y de lo mucho que me ha costado introducir la marca Bally en Espa?a, yo esto lo dejo ahora mismo. Con un susto como este ya he tenido bastante?.
El presidente de Bally, Benito Mart¨ªn, residente en M¨¢laga, no quiso ponerse al tel¨¦fono cuando EL PAIS intent¨® entrar en contacto con ¨¦l.
La oficina del paseo de la Castellana donde fue cometido el asesinato, permanec¨ªa ayer cerrada a cal y canto.
El Federal Bureau of Investigation americano (FBI) realiz¨®, hace ya alg¨²n tiempo, un informe acerca de la actividad de Bally en Estados Unidos. Una copia de ese informe, seg¨²n averigu¨® ayer EL PAIS, est¨¢ actualmente en poder de funcionarios de la Embajada norteamericana en Madrid, por los matices presuntamente delictivos que pudiera haber con respecto a la delegaci¨®n espa?ola de la firma.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.