Discrepancias entre Lara y Benet sobre la claridad en literatura

Juan Benet, el finalista del Premio Planeta, fallado anteayer y ganado por el uruguayo Antonio Larreta, fue, en la madrugada de la decisi¨®n final del jurado, el centro de atenci¨®n de los periodistas reunidos en Barcelona, mientras en Madrid el autor de Volaverunt calmaba los nervios tomando whisky.Lo m¨¢s interesante de la reuni¨®n de los periodistas con Juan Benet fueron las discrepancias que ante ellos mostr¨® el autor de El aire de un crimen, la novela finalista, con el editor Jos¨¦ Manuel Lara.

El editor y financiero del premio que lleva el nombre de la editorial Planeta sostuvo, en la conferencia de Prensa, que el m¨¦rito principal de la obra de Benet era que por fin se entend¨ªa una novela del creador de Regi¨®n como mundo literario.

En esa tesis de lector abundaron otros asistentes a la conferencia. Benet, que aparec¨ªa con muy buen humor, dio una respuesta categ¨®rica ante ese alivio de Lara y de otros: ?Esta novela no se entiende ni mejor ni peor que otras m¨ªas. Todas las novelas se entienden si se leen con atenci¨®n?.

Lara, por otro lado, se mostraba satisfecho de contribuir a calmar el llanto secular de los escritores espa?oles sumidos en la pobreza. Benet no estuvo tampoco de acuerdo con la creencia del editor: ?El acudi¨® al premio?, dijo Benet, ?aceptando un reto personal, sin que ni el dinero ni la fama sirvieran de se?uelo ?.

Hubo a¨²n m¨¢s insistencia sobre la ausencia de claridad en la obra general de Benet, para desesperaci¨®n de ¨¦ste, que tuvo que conceder que a ¨¦l no le gusta aclarar, ?ni siquiera en mi trabajo profesional como ingeniero?. La ingenier¨ªa, por otra parte, es para Benet imposible de disociar de su dedicaci¨®n literaria. El estudio del trazado del puerto de Pajares, en el que trabaj¨®, podr¨ªa resultar equivalente a su labor como autor de La inspiraci¨®n y el estilo, libro que escribi¨® mientras estuvo en Pajares, precisamente.

A pesar de las controversias animadas que mantuvo con Benet en el curso de una noche muy civilizada, al editor Lara le cab¨ªa una importante satisfacci¨®n: por fin, tanto los asistentes a la cena como los propios autores creen en la afirmaci¨®n del editor de que este a?o, por lo menos ¨¦l, no sab¨ªa qui¨¦n se iba a llevar los ocho millones de su premio de novela.