La guerrilla salvadore?a rechaza la amnist¨ªa y el calendario electoral anunciado por la Junta
La junta c¨ªvico-militar salvadore?a anunci¨® ayer una doble convocatoria electoral en los pr¨®ximos tres anos: para una asamblea constituyente, en 1982, y para la presidencia de la Rep¨²blica, en 1983. El representante del sector m¨¢s duro del Ej¨¦rcito, el coronel Jaime Abdul Guti¨¦rrez, dijo tambi¨¦n que el Gobierno pondr¨¢ en marcha un plan de amnist¨ªa.Aun antes de precisar el alcance y el calendario de estas medidas de gracia, es poco probable que el plan del Gobierno tenga ¨¦xito, ya que la direcci¨®n unificada de la guerrilla se ha apresurado a rechazar la oferta de la Junta, que, en cualquier caso, exige un alto el fuego.
Coincidiendo con el primer aniversario de su llegada al poder, la Junta pretende a toda costa presentarse como un instrumento v¨¢lido para normalizar la vida pol¨ªtica. Mientras la radio y la televisi¨®n difund¨ªan los discursos de los miembros de la Junta, anunci¨¢ndo dos procesos electorales como si nada anormal ocurriese en el pa¨ªs, diecinueve personas eran asesinadas a balazos en distintos lugares.
El coronel Jai me Abdul Guti¨¦rrez culpaba de esta virtual guerra civil al socialismo internacional, que, a su juicio, est¨¢ interesado en mantener el clima de violencia para lograr sus objetivos. No obstante, se?al¨® que las elecciones se desarrollar¨¢n con plena libertad, y que si los comicios favorecen a las fuerzas de izquierda, la Junta les entregar¨¢ el poder.
Uno de los representantes del Partido Dem¨®crata Cristiano en la Junta, Napole¨®n Duarte, aseguraba asimismo que se respetar¨¢ ?la integridad f¨ªsica y moral? de cuantos se acojan a la amnist¨ªa. La promesa carece, sin embargo, de validez, en un pa¨ªs en el que los grupos de extrema derecha, que en la mayor¨ªa de los casos son una simple continuaci¨®n de las fuerzas militares, siembran todos los d¨ªas de cad¨¢veres las cunetas de las carreteras, hasta llegar a ese promedio de treinta muertos diarios en lo que va de a?o.
En unas declaraciones efectuadas tambi¨¦n ayer, el coronel Adolfo Majano, que representa en la Junta al sector m¨¢s liberal del Ej¨¦rcito, se mostraba disconforme con la convocatoria de elecciones antes de que sea pacificado el pa¨ªs. En su l¨ªnea de negociar una salida pol¨ªtica con la oposici¨®n, Majano insisti¨® en que es preciso dialogar con el Frente Democr¨¢tico Revolucionario (FDR), organizaci¨®n pol¨ªtica que agrupa pr¨¢cticamente a todos los partidos opositores, y reconoci¨® que, en este momento, la Junta carece de un esquema para poder ofrecer al FDR.
Majano admiti¨® tambi¨¦n que la crisis surgida en septiembre en el seno de las fuerzas armadas sigue en pie, y que las divisiones no han sido superadas, hecho ¨¦ste que salta a la vista, tras las antag¨®nicas posiciones mantenidas por los miembros militares de la Junta, con ocasi¨®n de este primer aniversario.
El rechazo de la amnist¨ªa por parte de la guerrilla coincide con una reactivaci¨®n de la lucha armada. Dos poblaciones pr¨®ximas a la capital, Soyapango y Ciudad Delgado, fueron escenario ayer de levantamientos populares y enfrentamientos con el Ej¨¦rcito, que se ve obligado a utilizar aviones y artiller¨ªa pesada, como si se tratase de una guerra convencional. M¨¢s de 5.000 soldados participan en una operaci¨®n antiguerriller¨ªa que, desde hace varios d¨ªas, se desarrolla en el centro del pa¨ªs y que tiene cercados a unos 4.000 campesinos, que tratan de huir a toda costa del escenario de los bombardeos.
La creaci¨®n de una direcci¨®n ¨²nica para los numerosos grupos guerrilleros que operan en el pa¨ªs parece haber dado tambi¨¦n nuevas perspectivas a la oposici¨®n. El Frente Farabundo Mart¨ª de Liberaci¨®n Nacional (FMNL), que ha sustituido a la anterior Direcci¨®n Revolucionaria Unificada (DRU), re¨²ne a todos los grupos armados salvadore?os, con la ¨²nica excepci¨®n de las Fuerzas Armadas de la Resistencia (FARN). El FMNL sigue as¨ª los pasos de la revoluci¨®n nicarag¨¹ense, que s¨®lo pudo dar el asalto final una vez que los distintos grupos sandinistas aceptaron una direcci¨®n ¨²nica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.