La torre de la Giralda, sometida a obras de restauraci¨®n

Los viajeros que llegan estos d¨ªas a Sevilla quedan sorprendidos al divisar a su torre universal, la Giralda, cubierta en la parte superior por una especie de bufanda oto?al. Ya en el centro hist¨®rico de la ciudad puede comprobarse que la supuesta prenda de abrigo no es sino el andamiaje protector de las obras de restauraci¨®n emprendidas en el monumento m¨¢s representativo de Sevilla.

El arquitecto que dirige las obras Alfonso Jim¨¦nez, se?al¨® a EL PAIS que desde su punto de vista, puramente te¨®rico, la restauraci¨®n no ofrece graves problemas. La imagen del edificio est¨¢ institucionalizada de manera clara, se le conoce art¨ªstica e hist¨®ricamente muy bien y los materiales son asequibles, sin que haga falta, ni siquiera recurrir a fuentes documentales para realizarla.?Las soluciones son f¨¢ciles; lo dif¨ªcil es llevarlas a la pr¨¢ctica?, declar¨® Jim¨¦nez, ?ya que la altura y el aislamiento del edificio, la escasa superficie disponible, sus alrededores siempre llenos de turistas y en uno de los lugares de mayor tr¨¢fico de Sevilla, dificultan extraordinariamente y encarecen soluciones que son en s¨ª sencillas y seguras?. Lo concurrido de la torre y sus alrededores es, sobre todo, especialmente problem¨¢tico, pues implica medios auxiliares y precauciones muy por encima de lo normal.

No obstante, el tema que m¨¢s preocupa al restaurador es el uso del propio edificio. A lo largo de ocho siglos, la Giralda ha albergado multitud de funciones p¨²blicas (lugar para la llamada a la oraci¨®n, atalaya, vivienda, granero, gallardete), de las que hoy carece. Actualmente s¨®lo sirve como campanario, que, adem¨¢s, es accionado a distancia, lo que significa que falta vigilancia. Las consecuencias son suciedad y descuido, acentuados en los cuerpos superiores de la torre, que son precisamente los m¨¢s expuestos a las inclemencias del tiempo.

Reformas anteriores

Tambi¨¦n en su aspecto actual muestra la Giralda los efectos de la p¨¦rdida de sus funciones, ya que su apariencia tradicional, con detalles pintorescos, irregularidades, pinturas y yeser¨ªas, fue normalizada a finales del siglo pasado, en aras de la pureza estil¨ªstica. En cuanto a las caracter¨ªsticas f¨ªsicas del trabajo, se trata de un proceso muy artesanal, de ritmo lento, y que s¨®lo permite la labor de unos pocos operarios altamente especializados. ?Prefiero que nos llegue poco dinero, pero de manera constante, que mucho de una sola vez y nada m¨¢s?, explic¨® Alfonso Jim¨¦nez acerca de los presupuestos de estas obras.La Giralda es la culminaci¨®n de la mezquita mayor de Sevilla, cuya construcci¨®n se inici¨® en 1172 bajo el dominio almohade. La obra fue levantada por deseo del califa Abu Yaqub Yusuf. A mediados del siglo XIII fue adaptada por los cristianos al nuevo culto. El rostro actual de la Giralda proviene de las obras efectuadas en ella en 1558.