?Para qu¨¦ sirven las agregadur¨ªas culturales?
Del Cuerpo Diplom¨¢tico, y en especial de las agregadur¨ªas culturales, ten¨ªamos un claro concepto, que era, y debe ser, potenciar y desarrollar las relaciones en cada ¨¢rea y, en el caso a que hago referencia, especialmente en lo cultural.Como miembro que soy de la junta gestora de la Casa de Am¨¦rica en Granada, me he (dirigido a todas las embajadas latinoamericanas acreditadas en Madrid, y concretamente a los agregados culturales, exceptuando el de Bolivia, solicit¨¢ndoles cualquier tipo de colaboraci¨®n para la Casa de Am¨¦rica en nuestra capital, haciendo hincapi¨¦ en que era nuestro prop¨®sito llevar a cabo un programa, titulado ?Uno m¨¢s uno, dos?, que habr¨ªa de consistir en regalar a los participantes libros de autores latinoamericanos. Pues bien, la llamada de la Casa de Am¨¦rica a las embajadas de Madrid ha tenido escaso eco, por no decir que ninguno. S¨®lo la de M¨¦xico, se?alando que estudiar¨ªan la forma de colaborar; la de Colombia, que en su momento enviar¨ªa algunos libros, y la de Brasil, que ha remitido seis libritos, es el balance de esta gesti¨®n. Las dem¨¢s, ninguna se ha dignado siquiera a acusar recibo a nuestra carta certificada. ?C¨®mo se puede explicar tal falta de cortes¨ªa hacia una entidad que responde a ?Casa de Am¨¦rica?? ?O es que ahora las embajadas s¨®lo responden a cuestiones de tipo pol¨ªtico?
Se sigue teniendo el concepto y la idea de que las agregadur¨ªas culturales, como las militares y econ¨®micas, tendr¨ªan una funci¨®n concreta y espec¨ªfica. Se sigue creyendo que las relaciones con Latinoam¨¦rica deben cimentarse en el ¨¢mbito cultural, en un intercambio y conocimiento cada vez m¨¢s s¨®lido y fecundo, y por ello, el mejor veh¨ªculo para robustecer dichos v¨ªnculos habr¨ªan de ser -en el mundo diplom¨¢tico- las agregadur¨ªas culturales. Pero, al parecer, no funcionan. Aqu¨ª est¨¢ el caso, desesperanzador, de la Casa de Am¨¦rica en Granada.
En la carta, dirigida a los diplom¨¢ticos latinoamericanos, se les hac¨ªa alusi¨®n al deber moral que deb¨ªan tener para con una entidad cultural que responde a lo americano y que adem¨¢s no recibe ayuda oficial de ning¨²n estamento. Pero ?que si quieres arroz, Catalina! Y se tiene que llegar a la conclusi¨®n de que el mundo hispanohablante sufre una aton¨ªa -abulia-, que Ganivet consideraba como enfermedad, o una inversi¨®n de valores. No es correcto que no se d¨¦ respuesta a una carta, y menos, de unos se?ores agregados culturales. Esto no es s¨ªntoma de cultura. Ni mucho menos./
(Casa de Am¨¦rica).
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