El Madrid posibilit¨® la revancha de Televisi¨®n
El p¨²blico, con el referendo del pasado mi¨¦rcoles en Chamart¨ªn, ha dicho la ¨²ltima palabra en el contencioso clubes de f¨²tbol-Radio Televisi¨®n Espa?ola. Los encuentros televisados en directo no son un buen negocio. Europa occidental los puso en cuarentena hace a?os. El Madrid, con su entente con Prado del Rey, contribuy¨® a que la caja tonta, una vez m¨¢s, ofreciera una de sus visiones centralistas sobre un problema en el que hab¨ªa tres entidades perif¨¦ricas afectadas. El Madrid le sirvi¨® en bandeja al poder la posibilidad de definir buenos y malos. Ahora el Madrid llora su arrepentimiento. Pero los malos de la pel¨ªcula no han tenido reparaci¨®n moral.
Ya he explicado, en alguna ocasi¨®n, mi parecer respecto al conflicto Federaci¨®n-clubes-Televisi¨®n Espa?ola. Las c¨¢maras deben llevar a todos los rincones del pa¨ªs aquellos encuentros de especial importancia y, por supuesto, todos los de la selecci¨®n nacional. Pero la experiencia demuestra que, mientras desde Prado del Rey sean incapaces de hurtar al sector en el que se celebra el encuentro las im¨¢genes del mismo, el negocio ser¨¢ ruinoso. Este sistema se sigue en otros lugares y con ¨¦l se armonizan los intereses de las partes.El Real Madrid le puso en bandeja a la tele la posibilidad de tomarse una revancha con respecto al conflicto que desde hace m¨¢s de un a?o tiene con el f¨²tbol. Antes del partido con el Honved, una Televisi¨®n Espa?ola del viejo estilo anunci¨® que, gracias a los buenos era posible ofrecer a los aficionados un encuentro tan interesante. Gracias a los malos -Barcelona, Valencia y Real Sociedad-, no podr¨ªa hacer lo mismo con el partido de vuelta.
Desde Madrid suele desconocerse la realidad regional. Qui¨¦rase o no, una cantidad no despreciable de socios, abonados y seguidores de Valencia, Barcelona y Real Sociedad, residen en los pueblos. Con tres cuartos de hora entre el partido de televisi¨®n desde Budapest -si se hubiera producido- y el de Atocha, muchos posibles espectadores de Elbar o Vera de Bidosoa hubieran tenido que renunciar. El partido servido en casa es goloso y, familiarmente, puede traer conflictos estar dos horas ante la pantalla y luego querer ir al campo.
Barcelona, Real Sociedad y Valencia estaban en su derecho de no autorizar la transmisi¨®n del encuentro de Budapest. El Real Madr¨ªd tambi¨¦n hubiera hecho lo mismo, casi con toda seguridad. Y despu¨¦s de la experiencia del mi¨¦rcoles, la negativa ser¨ªa rotunda. Luis de Carlos quiso televisi¨®n y ahora se ha arrepentido. El presidente del Madrid est¨¢ que se tira de los pelos. Ya no cree en los estadios frigor¨ªficos. Ha ca¨ªdo en la cuenta de que no puede haber espect¨¢culo con las gradas vac¨ªas, o con mu?ecos hinchables, como ya se hace en Estados Unidos, en alguna ocasi¨®n, para dar- colorido.
El domingo llegaron a Chamart¨ªn miles de navarros. Con televisi¨®n a las ocho hubiera sido imposible tal euforia en el desplazamiento. El a?o pasado llegaron a Chamart¨ªn 6.000 catalanes y en este ha vuelto la moda de las excursiones en autocar. En Legan¨¦s hay una pe?a que incluso paga el bocadillo para seguir al equipo. En los campos de Tercera y regional vuelven a verse los grupos de seguidores, visitantes que aprovechan el domingo para la excursi¨®n y el partido.
El a?o pasado, los clubes de Primera Divisi¨®n, todos excepto el Burgos, que descendi¨®, tuvieron recaudaciones superiores a las de la campa?a anterior, en que s¨ª hubo televisi¨®n. La Primera recaud¨® la temporada pasada 250 millones de pesetas m¨¢s que, la anterior. El super¨¢vit del Madrid fue de veintis¨¦is. El del Atl¨¦tico, pese a su mala campa?a, de doce. La Real recaud¨® 38 millones m¨¢s porque tuvo una buena campa?a, podr¨¢ arg¨¹irse, pero el Salamanca ingres¨® veintis¨¦is.
El tema de la televisi¨®n hay que replante¨¢rselo. Clubes y Federaci¨®n hicieron mal en romper unilateralmente las relaciones, pero los resultados comienzan a darles m¨¢s parte de raz¨®n de la que les conced¨ªamos algunos.
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