Los dirigentes chinos acusan a Mao de traicionar "su propio pensamiento"
Mao Zedong est¨¢ siendo acusado por los actuales dirigentes chinos de haber traicionado, en tres ocasiones, su propio pensamiento. Gracias a los comentarios de personalidades extranjeras que se han entrevistado recientemente con importantes dirigentes chinos se ha podido saber cu¨¢les eran los reproches formulados contra el difunto presidente.
Estas acusaciones surgen, se?alan los observadores, cuando los sucesores del ?gran timonel? se disponen a juzgar a su viuda, Jiang Ging, y acaban de elaborar un documento que hace el balance de m¨¢s de treinta a?os de r¨¦gimen comunista en China.Seg¨²n indicaciones convergentes recogidas en Pek¨ªn, Mao se ha desviado del ?pensamiento de Mao Zedong? durante el ?gran salto adelante?, en 1958; con motivo del inicio de la ?revoluci¨®n cultural?, en 1966, y, por ¨²ltimo, en 1976, cuando los disturbios en Pek¨ªn originaron la revocaci¨®n de Deng Xiaoping.
Durante los ¨²ltimos meses varios dirigentes chinos de alto rango subrayaron que Mao hab¨ªa cometido ?errores?, pero que el ?pensamiento de Mao Zedong?, versi¨®n china del marxismo, segu¨ªa siendo el fundamento te¨®rico del r¨¦gimen.
El ?gran salto adelante?, intento incoherente de desarrollo econ¨®mico acelerado, y la ?revoluci¨®n cultural? son ahora abiertamente calificados de ?cat¨¢strofes nacionales?.
Sin embargo, durante el proceso de ?la banda de los cuatro?, que se iniciar¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas, resultar¨¢ muy dif¨ªcil no da?ar la memoria del fundador de China Popular, al tiempo que se intentar¨¢ demostrar que Mao es parcialmente responsable de los excesos cometidos en su nombre por los mao¨ªstas.
Descontento burocr¨¢tico
La herencia de Mao no puede ser totalmente desechada, a pesar del pragmatismo de Deng y de sus colaboradores, opinan los observadores.La ?desmaoizaci¨®n? suscita constantes muestras de oposici¨®n por parte de algunos c¨ªrculos pol¨ªticos y entre los oficiales del Ej¨¦rcito. Incluso la Prensa oficial se hace eco de las manifestaciones de descontento de la burocracia, aunque, en definitiva, acabe critic¨¢ndolas. Incluso un n¨²mero apreciable de oficiales de alto rango permanecen fieles a la tradici¨®n y a los m¨¦todos de la ?guerra popular? que permitieron a Mao hacerse con el poder en 1949.
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