Dos tr¨¢gicas historias infantiles reavivan la pol¨¦mica del aborto en Italia

Mientras en Italia no se ha apagado a¨²n el eco de dolor producido por los ni?os muertos en Ortuella, todo el pa¨ªs fue sacudido ayer por la historia de una ni?a de tres a?os, atrozmente torturada por sus padres despu¨¦s de haber intentado venderla, y la de un ni?o reci¨¦n nacido que una joven de veinte a?os encontr¨® ayer en la calle, dentro de una bolsa de pl¨¢stico, desangrado, porque su madre le hab¨ªa abandonado, sin atarle el cord¨®n umbilical.

Dos historias paralelas, en dos pueblecitos de la provincia de N¨¢poles, que han sacudido especialmente la opini¨®n p¨²blica, porque precisamente en estos momentos est¨¢ en candelero una dura pol¨¦mica sobre el problema del aborto entre el mundo laico-socialista y el Vaticano y los obispos italianos, que apoyan indirectamente dos referendos abrogativos de la ley del Parlamento, organizados por los grupos cat¨®licos conservadores, que consideran un ?crimen? cualquier tipo de aborto y en cualquier circunstancia.En el lugar donde ha sido encontrado, tirado por el suelo, el reci¨¦n nacido ya muerto, se despleg¨® ayer una verdadera procesi¨®n de gente indignada y conmovida. De su madre no se tiene ninguna pista, pero se supone que se trata de una de las cl¨¢sicas tristes historias de ?imposibilidad de abortar?.

La ni?a torturada

La historia de la ni?a torturada ocupa tambi¨¦n las primeras p¨¢ginas de los diarios. Se llama Angela, tiene tres a?os y es hija natural de una joven de veintitr¨¦s a?os y de un parado que est¨¢ en la c¨¢rcel por robo. Quisieron venderla a trav¨¦s de una prostituta a una familia rica sin hijos; pero al final se arrepintieron porque era una ni?a poco recomendable.Al no conseguir vender a la ni?a empezaron las torturas, con todos los ingredientes de brutalidad, miseria, odio y aberraci¨®n. Durante m¨¢s de un a?o los vecinos del peque?o puebIo de Acerra o¨ªan d¨ªa y noche los gritos de la peque?a, pero nadie se atrev¨ªa a llamar a la polic¨ªa.

Pero, al final, los gritos de la ni?a eran tan insoportables, que alguien telefone¨® an¨®nimamente a los carabinieri, que entraron y descubrieron una escena escalofriante: la madre y el padrastro hac¨ªan el amor ante la ni?a, amarrada a la cama con una gruesa cadena de un metro de larga, llena de heridas por todas partes y llorando a gritos. S¨®lo despu¨¦s de varias horas, cuando la polic¨ªa femenina la lav¨®, visti¨® y la llen¨® de juguetes y caramelos, logr¨® esbozar una sonrisa.

Ahora, Angela y sus dos hermanastros descansan en un orfanato, y sus padres, en la c¨¢rcel; mientras, en el Senado, contin¨²a la pol¨¦mica sobre el aborto entre laicos y cat¨®licos. Los diarios comentan estos dos casos y afirman que nadie opina que el aborto sea una fiesta, pero a?aden que ante casos como estos no se puede olvidar que tambi¨¦n puede ser un crimen hacer nacer una ni?a para despu¨¦s venderla.