El ur¨®logo espa?ol Puigvert celebra en Buenos Aires sus cuarenta a?os de acad¨¦mico argentino
Hace cuarenta a?os que el c¨¦lebre ur¨®logo Antonio Puigvert fue nombrado acad¨¦mico correspondiente de la Academia Argentina de Medicina. Por aquel entonces era nombrado tambi¨¦n doctor honoris causa por la Universidad de Buenos Aires. Amigo personal del general Franco, parlamentario en Catalu?a de Esquerra Republicana por L¨¦rida, esta celebridad mundial que dirige la Fundaci¨®n Puigvert pas¨® por Buenos Aires para celebrar un aniversario con el que ¨¦l califica como el pa¨ªs hermano.
?Soy el acad¨¦mico espa?ol m¨¢s antiguo de Argentina?, dice el ilustre ur¨®logo espa?ol, que confiesa haberse emocionado cuando dos se?oras le reconocieron en la plaza San Mart¨ªn, en un homenaje al general que le dio su nombre. El doctor Puigvert, ahora, habla de la laboriosidad y el tes¨®n de los espa?oles en Argentina. ?Contin¨²an la labor de los fundadores. Y lo hacen con empe?o ejemplar. Es curioso como se han integrado, no ya los de la primera generaci¨®n, sino los de la segunda y tercera. Claro que se han integrado as¨ª, en una buena medida, por la generosidad con que se les recibi¨® en estas tierras que de por s¨ª son generosas?.
Exilados
Preguntado si realmente ha reconquistado Am¨¦rica, dice: ?En cierto modo, s¨ª, pero.... ver¨¢. Le voy a contar una cosa muy interesante. A mi regreso del primer viaje que yo hice a Argentina, me llam¨® a Madrid Mart¨ªn Artajo, que entonces era ministro de Asuntos Exteriores. Le coment¨¦ que Espa?a ten¨ªa, en plena guerra mundial -le estoy hablando del a?o 1944-, la reconquista de Am¨¦rica en sus manos, pero una reconquista que no pod¨ªa hacerse con soldados y con armas, sino con libros y con intelectuales. Am¨¦rica la han reconquistado intelectualmente los exilados, que queriendo o sin querer, realizaron una gran labor en pro del prestigio de la cultura hisp¨¢nica que los Gobiernos, ni los de antes ni los de ahora, no han aprovechado. Ah¨ª tiene usted, por ejemplo, a S¨¢nchez Albornoz, y dentro de lo m¨ªo, de la medicina, a Saye y su labor en tisiolog¨ªa?.Puigvert luce con juvenil elegancia su eterna corbata de lazo que hace juego con el pr¨ªncipe de Gales gris. Fuma un habano delgado metido dentro de una corta cachimba, como un palo mesana en un barco de Liliput. Invita a caf¨¦ negro. Inevitablemente, hablamos de Espa?a.
?Veo bien el proceso pol¨ªtico espa?ol, pero un poco lento, ?qu¨¦ quiere usted que le diga? Falta cierta energ¨ªa, adem¨¢s, para resolver de una vez por todas los dos problemas b¨¢sicos: orden p¨²blico y trabajo. Si el pueblo no trabaja, no puede evolucionar. Le¨ªa en el viaje un art¨ªculo de Abc sobre la proliferaci¨®n de cargos p¨²blicos. que yo creo que el pa¨ªs no va a poder sostener, y me preguntaba si tendremos que trabajar para una burocracia pol¨ªtica?.
?Hay que trabajar?, a?ade, ?hay que producir bien y barato con el esfuerzo de todos. Ese esfuerzo implica un sacrificio, qu¨¦ duda cabe. Un sacrificio a cargo de los productores y a cargo tambi¨¦n de los empresarios. Si los dos no se sacri ican, el primero en cuanto al esfuerzo y el segundo en el orden econ¨®mico, dif¨ªcilmente podremos salir adelante. El problema del desempleo es preocupante. Lo mismo que el de la descapitalizaci¨®n. Hay actualmente, por ejemplo, u?a cantidad considerable de industriales que est¨¢n vini¨¦ndose aqu¨ª con su capital y esto, evidentemente, nos descapitaliza?.
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