El fin de un modelo
El golpe de estado que derroc¨® el pasado fin de semana al presidente Luis-Cabral, hermano y heredero pol¨ªtico de Am¨ªlcar Cabral, parece ir dirigido a cerrar la v¨ªa guineana al socialismo, calificada por algunos de afrocomunista en cuanto a lo que ten¨ªa de no dogm¨¢tica, pragm¨¢tica, gradualista en lo interior y firme no alineaci¨®n en lo exterior. El modelo guineano, marcado tan profundamente por Am¨ªlcar Cabral, dar¨¢ paso posiblemente a una pol¨ªtica interna de signo autoritario, similar a la de Angola, al tiempo que el pa¨ªs abandonar¨¢ su no alineaci¨®n, proclamando su pertenencia al bloque socialista de naciones, como ya lo han hecho las ex colonias portuguesas de Angola y Mozambique. La Uni¨®n Sovi¨¦tica puede haber sido algo m¨¢s que un simple espectador en la crisis de Bissau.La peculiaridad de la ?v¨ªa guineana? se origina hace ya veinticinco a?os, cuando, al fundar el Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC), Am¨ªlcar Cabral se niega a adoptar la etiqueta de ?marxista-leninista?, pese a las continuas presiones exteriores. Basado inicialmente en la peque?a burgues¨ªa guineana y caboverdiana, el PAIGC se atrae pronto al exiguo proletariado y emprende seguidamente la conquista del campesinado en busca de la creaci¨®n de una ?conciencia nacional? que sirva de base para derrotar a los portugueses, primero, y para construir un socialismo sui generis, despu¨¦s.
Una vez lograda la independencia, y bajo la batuta de Luis Cabral, el partido emprende una pol¨ªtica que si bien era radical en lo educativo, llevando a cabo una profunda revoluci¨®n cultural, era moderada en lo pol¨ªtico y econ¨®mico. La reforma agraria se llev¨® a cabo sin expropiaciones forzosas; a la burgues¨ªa se le fue integrando paulatinamente en el esfuerzo nacional y se respet¨® la independencia de Cabo Verde, donde merced a una estructura social m¨¢s proclive al conservadurismo, no se pod¨ªan imponer a¨²n algunas de las conquistas sociales del territorio continental.
En la pol¨ªtica exterior, junto a un paulatino enfriamiento en las relaciones con los pa¨ªses socialistas, que al parecer no perdonaron la posici¨®n de no alineamiento guineana, se produjo en los ¨²ltimos seis a?os un creciente acercamiento a Occidente. Francia, por ejemplo, se ha volcado en ayudas de todo tipo.
El nuevo hombre Fuerte, Joao Bernardo Vieira, representa al sector m¨¢s radical del PAIGC, que no acept¨® su derrota en los recientes debates en torno al futuro constitucional del pa¨ªs. Miembro del partido desde hace veinte a?os, Vieira estudi¨® en la Academia Militar de Nanking, y ha sido visitante asiduo de Mosc¨² y otras capitales de la Europa del Este. Siempre cabecilla de los guerrilleros, luego convertidos en Ej¨¦rcito regular, Vieira ya hab¨ªa protagonizado una crisis hace un par de a?os, cuando muri¨® en accidente de tr¨¢fico el primer ministro Francisco Mendes. El puesto del fallecido qued¨® vacante durante tres meses, hasta que el Ej¨¦rcito impuso su candidato por encima de la opini¨®n del partido. En aquel momento se logr¨® evitar la ruptura del partido, pero los acontecimientos del pasado fin de semana pueden significar incluso la desaparici¨®n del PAIGC, y con ¨¦l se esfumar¨¢n las ¨²ltimas esperanzas de unificaci¨®n de los Estados de Guinea-Bissau y Cabo Verde.
La crisis puede producir otra consecuencia: la llegada de la guerra fr¨ªa a esta parte de Africa. Pues a la ya se?alada inclinaci¨®n de Guinea hacia el bloque socialista, habr¨¢ que sumar una inclinaci¨®n a la derecha de las autoridades caboverdianas, no sujetas ya a un partido socializante que limitaba grandemente su vinculaci¨®n a Occidente. La situaci¨®n estrat¨¦gica del archipi¨¦lago le convierte en presa codiciada por la OTAN.
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