El romanticismo europeo tuvo sus or¨ªgenes en la lucha contra la opresi¨®n y la soledad
Termin¨® en Madrid un simposio internacional sobre el tema
?El romanticismo ha muerto? La d¨¦cada de los sesenta fue, seg¨²n todos los indicios, un renacimiento de la modernidad. La de los ochenta -austeridad retro, derechizaci¨®n, pelo corto, desconfianza y escepticismo, delegaci¨®n de la actividad c¨ªvica y un largo etc¨¦tera m¨¢s- parece su negaci¨®n. Estos d¨ªas, para hablar del romanticismo entendido como un momento estricto en la producci¨®n vital y literaria, que naci¨® a finales del siglo XVIII y se estudi¨® hasta la mitad del pasado siglo, un grupo de especialistas de todo el mundo se ha reunido en Madrid, en el Instituto Goerres de Estudios Germ¨¢nicos del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas.
Las ponencias del simposio sobre Or¨ªgenes del romanticismo en Europa, que termin¨® ayer, se refirieron a la ciencia de lo literario. ?El romanticismo?, dijo, por ejemplo, el profesor Pichois, de la Sorbona parisiense, ?est¨¢ ligado a la soledad o a la opresi¨®n?. Hablando de lo tard¨ªo del movimiento en Francia, afirm¨® que ?fue necesario que los escritores m¨¢s dotados se sintieran al margen de la sociedad?. Dijo despu¨¦s a qui¨¦nes y por qu¨¦ considera rom¨¢nticos: ? Baudelaire, reducido a la minor¨ªa legal, Nerval, considerado loco; V¨ªctor Hugo, en el exilio. Fue necesario que esto ocurriera?, dice, ?para que a partir de 1840 estallase el romanticismo franc¨¦s. Porque? dice, ?antes Francia era un pa¨ªs naci¨®nalmente feliz?.Reivindicando la necesidad vital de estos estudios, el profesor Juretschke, catedr¨¢tico de la Complutense de Madrid y director del Instituto Goerres, en el discurso de clausura advirti¨® que ?la ¨¦poca moderna parece querer huir de la historia en la creencia de poder construir mejor el ma?ana?. Algunos conceptos y nombres dados a momentos concretos de la historia, como ¨¦ste de romanticismo, ocurre que son le¨ªdos desde cada ¨¦poca de manera distinta, seg¨²n las necesidades del momento, seg¨²n ?un presente problem¨¢tico?. En funci¨®n de este presente justifica el director del Instituto el doble concepto de romanticismo conservador o progresista o, si se prefiere, reaccionario o revolucionario.
En Espa?a fue importante la innuencia de Byron y Scott. De ello habl¨® concretamente el profesor espa?ol Esteban Pujals. El tema fue minuciosamente discutido. Respecto a lord Byron, dijo que fue para la tradici¨®n rom¨¢ntica espa?ola la gran figura, el gran mito, aunque fuera tard¨ªo. Respecto a sir Walter Scott, que durante mucho tiempo fue le¨ªdo como uno de los grandes del romanticismo, en la actualidad se duda que fuera rom¨¢ntico, aparte de haber perdido el puesto de gran novelista en que se le hab¨ªa considerado. El profesor Juretschke salv¨® ?el valor testimonial de Scott desde un punto de vista sociol¨®gico y pol¨ªtico?.
Seg¨²n el profesor Jos¨¦ Luis Varela, ?no vale circunscribir el romanticismo a una de sus versiones, ya que la liberal y la tradicionalista?, o lo que es lo mismo, la progresista y la conservadora, ?se dan en Espa?a, lo mismo que en otras partes de Europa y ambas son genuinas manifestaciones de un mismo movimiento?. Se refiere a la pol¨¦mica que abriera Alcal¨¢ Galiano en el pr¨®logo al Moro exp¨®sito, del duque de Rivas, y a los escritos de B?hl de Faber. Despu¨¦s, el profesor Varela desmitific¨® la identificaci¨®n del romanticismo con el supuesto esp¨ªritu espa?ol, y la negaci¨®n defendida por toda una escuela cr¨ªtica de la existencia de un pensamiento racionalista y cr¨ªtico espa?ol, ?aunque imbuido de ideas liberales?. Para terminar, dijo: ?Larra propugna ya en 1836 el relativismo del gusto y un eclecticismo que le hace exclamar: "No reconocemos una escuela exclusivamente buena, porque no hay ninguna absolutamente mala"?.
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