La sorpresa literaria de Cristina Fern¨¢ndez
El libro Mi hermana Elba, el primero con que la periodista y profesora barcelonesa Cristina Fern¨¢ndez Cubas intenta la narraci¨®n, ha causado una gran sorpresa en los medios literarios espa?oles. Mi hermana Elba toma el t¨ªtulo de vino de los cuatro relatos que constituyen el libro publicado por la editorial Tusquets, y que es, tal vez, el que vertebra ernocionalmente este tomo marcado por la voluntad de estar en los l¨ªmites, de tocar esas zonas ambiguas donde las cosas son y no son al mismo tiempo, y donde el misterio, inseparable de una realidad vacilante, no puede dejar de darse.
?Yo reivindico el cuento, aunque en este pa¨ªs tenga tan poca tradici¨®n?, dice Cristina Fern¨¢ndez Cubas. ?Aunque no descarto la novela, no creo que el cuento sea un paso previo ni esas cosas que se dicen. Adem¨¢s?, sigue, ?me fascina que en tan corto espacio se pueda contar una historia?. Hablando de este libro en concreto, dice: ?Como son cuatro cuentos, son cuatro historias distintas. Si t¨² dices que est¨¢n relacionadas, y seguramente lo est¨¢n, pero... Bueno, en la primera me interes¨® la idea de dos mujeres distintas f¨ªsicamente, que se encuentran en un lugar lejano, aislado y sin espejos. En La ventana del jard¨ªn utilic¨¦ la estructura del relato de terror, ya sabes, un personaje que llega a un lugar alejado y empiezan a ocurrir cosas extra?as o terror¨ªficas, cosas que aterran al personaje. Aqu¨ª, la familia visitada no hace nada raro, pero en cambio dicen cosas raras. Se da, creo, el terror por el lenguaje. Por su parte, Mi hermana Elba es el cuento m¨¢s querido, en el que hay m¨¢s rasgos autobiogr¨¢ficos, en el que me esforc¨¦ por dejar m¨¢s fantasmas. Se cuenta el paso de la ni?ez a la adolescencia, que es siempre cruel, pero en las ni?as m¨¢s. Yo nunca he tenido una hermana Elba, pero s¨ª que est¨¢ la fascinaci¨®n y el terror del colegio, el tedio, la magia, los deseos de crecer... Y el efecto real del crecimiento, del abandono de la infancia?.
"Literatura femenina"
?En este cuento?, sigue Cristina Fern¨¢ndez Cubas, ?dej¨¦ casi sin querer, o sin poder evitarlo, mucha afectividad y mucha emoci¨®n. Me qued¨¦ cansada por la tensi¨®n: el siguiente, El provocador de im¨¢genes, es el cuento en que m¨¢s me he divertido, en el que me permit¨ª viajar toda Europa sobre el papel... en fin. Es un cuento et¨ªlico, en el que hay dos hombres de alguna manera muy femeninos, y una mujer que aparece, y es lo m¨¢s masculino de todo, la mala al fin?.Como es irremediable, aparece la posibilidad de una literatura femenina, vista de manera muy esc¨¦ptica por Cristina Fern¨¢ndez Cubas. Se apunta la posibilidad de que en la literatura escrita por mujeres exista algo com¨²n, dificil de definir, y que no tiene nada que ver con lo que habitualmente se considera ?g¨¦nero fernenino?, sino que podr¨ªa ser m¨¢s bien lo contrario: cierta sutileza para nombrar los l¨ªmites, cierta extra?a fuerza, seguramente fr¨ªa, para enfrentarse con los misterios. ?Tengo la suerte?, dice Cristina, ?de no tener que leer novedades, y eso se nota mucho cuando ya no se trabaja en una secci¨®n cultural de una publicaci¨®n. Quiere decir, por otra parte, que los fen¨®rnenos del d¨ªa hace una temporada que no los sigo absolutamente de cerca... Ahora bien, yo distinguir¨ªa entre literatura feminista -la que viene de Beauvoir y Virginia Woolf, por decir dos figuras que para m¨ª son muy importantes-, que ya se conoce gracias a que los editores vieron un buen negocio, y la literatura de mujeres. Me extra?a que casi nadie hable en este sentido del Doctor Frankestein, de Mary Shelley... Ah¨ª podr¨ªa haber alguna pista. Y de Carson Mc Cullers, esa espl¨¦ndida novelista que estoy leyendo ahora, y que, efectivamente, como me hab¨ªa dicho alg¨²n amigo, ante mi desconocimiento, tiene mucho que ver m¨¢s con mi mundo que conmigo. No s¨¦ si sordidez es una palabra que se puedaaplicar a la literatura, y a la literatura de mujeres. Es que todav¨ªa se sabe poco sobre nosotras. Quiz¨¢, que somos en el fondo m¨¢s libres, y esto tal vez, en alg¨²n a?o, de frutos inesperados?.
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