Batalla campal contra el divorcio

Antes de ser siquiera debatido en el Congreso de los Diputados, el divorcio se ha cobrado sus primeras v¨ªctimas: los tres heridos ayer en la facultad de Biol¨®gicas, de Madrid, al irrumpir un grupo ultra en una conferencia sobre el divorcio.Hay, pues, en marcha una batalla del divorcio. Es una confrontaci¨®n en toda regla, en la que no se esgrimen s¨®lo argumentos dial¨¦cticos, sino c¨®cteles molotov y, si llega el caso, otros instrumentos m¨¢s contundentes.

No deja de ser sorprendente que un tema legislativo de esta ¨ªndole levante tanta polvareda. Cuando se trata de leyes de obligado y general complimiento, como las tributarias o las penales, no se arma todo este barullo. Y eso que tales leyes obligan a todos los ciudadanos.

En cambio, un proyecto de ley que no obliga a nadie a divorciarse, sino que permite -y muy limitativamente, por cierto- que se acojan a ese derecho los ciudadanos que lo estimen oportuno, provoca la. reacci¨®n m¨¢s airada de aquellos otros que jam¨¢s han de utilizar los supuestos contemplados en el proyecto de ley.

No es ¨¦sta, sin embargo, la reflexi¨®n m¨¢s preocupante sobre lo sucedido en la Facultad de Biol¨®gicas madrile?a. El que haya temas controvertidos en nuestra sociedad es leg¨ªtimo. El que se produzca la pol¨¦mica ideol¨®gica resulta ejemplatmente democr¨¢tico. Pero el que se rompa la crisma al contrario es, pura y siniplemente, una salvajada. (...)

22 de noviembre