Cinco a?os de reinado

Hoy, en silencio, cumple cinco a?os de reinado el Rey de Espa?a, don Juan Carlos I. (...)Con justicia para la instituci¨®n, y sin cicater¨ªas para nadie, bien puede decirse cuando se ve el lado oscuro de estos cinco a?os -crisis econ¨®mica, alicorto juego de los partidos pol¨ªticos, permanente desaf¨ªo terrorista- que el peso cierto y la responsabilidad concreta de ello se habr¨¢n de explicar m¨¢s por circunstancias que desbordan la pura capacidad y recta intenci¨®n de los Gobiernos de la Corona que por los errores y desorientaciones en que han podido incurrir. De todos modos, preciso es tambi¨¦n se?alar que las dificultades inherentes a la operaci¨®n pol¨ªtica sustanciada en estos cinco a?os han sido y lo est¨¢n siendo todav¨ªa de un porte y dimensi¨®n en absoluto convencionales. Espa?a ha tenido que hacer la transici¨®n dentro de un mundo en transici¨®n, crisis y cambio.

Duro, s¨ª, es el precio que se est¨¢ pagando por la restauraci¨®n de la libertad querida por el Rey y deseada por los espa?oles. Pero m¨¢s duro habr¨ªa sido -y sin balance claramente favorable a la postre- si, en lugar de disponer de ese supremo patrimonio institu cional que la Corona representa, los espa?oles nos hubi¨¦ramos visto constre?idos a salir de un sistema de poder personal agotado biol¨®gicamente por el camino de otros personalismos en pugna. A la muerte de Franco, Espa?a necesitaba de una categor¨ªa de raz¨®n hist¨®rica pol¨ªticamente exenta, axiol¨®gicamente acorazada, frente a los acosos de los intereses parciales y de las pretensiones excluyentes de media Espa?a contra la otra media. El Rey, dig¨¢moslo con lealtad a todo lo esencial que representa, ha sabido en estos cinco a?os preservar la naturaleza superior de? espacio hist¨®rico y de la funci¨®n pol¨ªtica que le corresponde. No ha sido don Juan Carlos, como impropiamente se ha dicho, motor del cambio. El Rey ha sido el cambio mismo.(...)

22 de noviembre