La reina Isabel de Inglaterra apoya en Bruselas la ampliaci¨®n de la CEE
La reina Isabel de Inglaterra se congratul¨®, ayer en Bruselas, en una visita oficial a la sede de la CEE, del deseo de Espa?a, Portugal y Grecia de adherirse a la Comunidad Econ¨®mica Europea. ?Recibiremos a estos pa¨ªses?, dijo, ?sabiendo que esto contribuir¨¢ a reforzar la democracia y la estabilidad en nuestro continente. Grecia?, a?adi¨®, ?entrar¨¢ en la Comunidad el pr¨®ximo 1 de enero y esperamos la feliz conclusi¨®n de las negociaciones en curso con Espa?a y Portugal?.El Gobierno brit¨¢nico de Margaret Thatcher, que atraviesa una crisis de confianza, incluso en el propio Partido Conservador, quiere atenuar su imagen de ?miembro d¨ªscolo? de la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE) y recuperar el cr¨¦dito de sus socios continentales. Dentro de esta amplia operaci¨®n de acercamiento a Europa -en evidente contraste con la reciente elecci¨®n del anticomunitario Michael Foot como l¨ªder de los laboristas- hay que encuadrar la ?hist¨®rica? visita oficial que la reina de Inglaterra, Isabel II, realiz¨® ayer a las instituciones comunitarias.
Isabel II lleg¨® a Bruselas el pasado domingo, invitada por Balduino y Fabiola, con ocasi¨®n del 150 aniversario de la creaci¨®n del Estado belga. Pero su presencia en Bruselas tiene un alcance mucho m¨¢s pol¨ªtico que protocolario. Su programa de trabajo deja bien a las claras el objetivo que persigue la primera ministra Thatcher con este viaje real: una profesi¨®n de fe europeista y una cerrada defensa de la Organizaci¨®n para el Tratado. del Atl¨¢ntico Norte (OTAN) y del liderazgo militar norteamericano.
Ayer, la reina, que vest¨ªa un traje escarlata, que hac¨ªa honor a su tradicional elecci¨®n como una de las mujeres de peor gusto del mundo, se reuni¨® con los trece comisarios de la CEE y pronunci¨® un discurso rabiosamente ?proeurope¨ªsta?. ?La CEE ha conseguido crear una amistad duradera entre aquellos que durante mucho tiempo se hab¨ªan considerado enemigos?, dijo; ?la puesta en com¨²n de las tradiciones y la experiencia de nueve naciones distintas ha dado una mayor autoridad a sus pol¨ªticas, que no hubieran podido esperar individualmente. Esto es un beneficio no s¨®lo para la Comunidad, sino para todo el mundo?.
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