Benny L¨¦vy: "Sartre fue siempre un moralista"
El colaborador del fil¨®sofo intervino en un homenaje al pensador franc¨¦s
?Jean-Paul Sartre fundamentalmente era un moralista desde los tiempos de la resistencia, cuando no se planteaba la oposici¨®n entre individuo y colectividad, hasta el final de su obra. Este fundamento moral que buscaba no era un retorno al moralismo, sino el sentido de su b¨²squeda?, declar¨® ayer Benny L¨¦vy, profesor de la Universidad de Par¨ªs VII, ex secretario de Sartre, poco antes de pronunciar una conferencia sobre Sartre y el problema de la democracia, como homenaje del instituto franc¨¦s al fil¨®sofo y pensador fallecido al pasado mes de abril.
Benny L¨¦vy, jud¨ªo franc¨®fono, de 35 a?os, natural de El Cairo, se refugi¨® en Francia en 1956. Realiz¨® estudios en la Escuela Normal Superior de Par¨ªs. Particip¨® en el movimiento de mayo de 1968, con la creaci¨®n de la Gauche Prol¨ºtarienne, de tendencia mao¨ªsta. Su primer encuentro personal con Jean-Paul Sartre se realiza dos a?os m¨¢s tarde, a trav¨¦s de la publicaci¨®n La causa del pueblo, y a partir de 1974 se convierte en su secretario y colaborador. La larga entrevista con Sartre, publicada pocas semanas antes de morir en Le Nouvel Observateur (reproducida en EL PAIS), fue, seg¨²n explic¨® ayer, ?una parte de lecturas y discusiones encarnizadas con Sartre durante seis a?os?. En 1976 form¨® parte del comit¨¦ de redacci¨®n de la revista Temps Modernes y m¨¢s tarde form¨® parte del proyecto de fundaci¨®n del peri¨®dico Liberation.Las relaciones con Sartre no se adaptan al esquema de maestro y disc¨ªpulo. Benny L¨¦vy coment¨® ayer que durante su adolescencia no fue sartriano; la admiraci¨®n por la filosof¨ªa y per Sartre comenz¨® cuando ten¨ªa diecis¨¦is a?os. Once a?os m¨¢s tarde comenz¨® a trabajar con el fil¨®sofo, y durante ese tiempo ?hab¨ªan ocurrido muchas cosas en la acci¨®n pol¨ªtica y en la contestaci¨®n permanente?. ?Sartre deseaba una relaci¨®n de igual a igual. Era la confrontaci¨®n de un fil¨®sofo con principios profundamente instalados y una persona que s¨®lo se hab¨ªa dedicado a la acci¨®n pol¨ªtica concreta y a la revoluci¨®n, en el sentido m¨¢s noble.
No eran dos fil¨®sofos que se enfrentaban, sino una filosof¨ªa y una demanda de filosof¨ªa que ten¨ªan un terreno com¨²n de entendimiento?.
El profesor L¨¦vy opina que, tras la muerte de Sartre, las distintas im¨¢genes del fil¨®sofo, desde su per¨ªodo existencialista, que desprecia lo humano, hasta sus discursos a los obreros en plena calle, se decantar¨¢n en un interrogante al que permaneci¨® fiel durante toda su vida, y es la pregunta de ?qu¨¦ es el hombre?, interrogaci¨®n que engloba la filosof¨ªa y la pol¨ªtica. Niega, por otra parte, que Sartre utilizara la novela y el teatro como veh¨ªculos de sus concepciones filos¨®ficas. ?En A puerta cerrada no quer¨ªa demostrar nada; al espectador que le impresiona puede acceder a El ser y la nada. Como experiencia personal de lector, en Los secuestrados de Altona, obra teatral, pudo decir cosas que filos¨®ficamente le era imposible?.
?En Francia hay sabios, cient¨ªficos, pero todav¨ªa no hay intelectuales'?, dice Benny L¨¦vy. ?Sartre llamaba intelectual propiamente dicho a la persona que, a partir de las contradicciones de su propia praxis, intenta encontrarse con lo universal y no est¨¢ maniatado por nadie. Sartre vivi¨® con fuerza la crisis del intelectual que opina fuera de su propio campo. En los a?os sesenta distingu¨ªa entre el intelectual cl¨¢sico y el que pose¨ªa un estatuto popular. El propio Sartre reconoc¨ªa que era un intelectual cl¨¢sico y esperaba que nosotros dar¨ªamos un paso importante hacia el tipo de intelectual con dimensi¨®n popular. No hay intelectuales; existen algunos signos, pero todos son ambiguos, como si tuvieran el lastre de la anterior diferencia. Un ejemplo de signo ambiguo son los "nuevos fil¨®sofos", como s¨ªntoma de demanda de resurrecci¨®n de un intelectual. Ten¨ªamos previsto realizar una cuarta entrevista en torno a estos problemas. Sartre dec¨ªa que hab¨ªa que hacer una sociedad de pensadores?.
Babelia
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