Lo vendedores ambulantes, disconformes con la adjudicaci¨®n de puestos hecha por el Ayuntamiento
La decisi¨®n municipal de permitir el funcionamiento de 325 puestos de venta callejera y de catorce mercadillos en los que se instalar¨¢n m¨¢s de setecientos vendedores uno o dos d¨ªas por semana, ha sido mal acogida por muchos de los vendedores que se dedican a esta actividad en la v¨ªa p¨²blica.
En su opini¨®n, los principales problemas se van a producir por no tener en cuenta, en algunos distritos, la profesionalidad del petic¨ªonario, por el n¨²mero exiguo de puestos autorizados en calles como Goya o Princesa y por el intento de algunos presidentes de junta de trasladar la venta callejera a puntos donde es casi imposible lograr la rentabilidad del puesto.Las juntas municipales de los dieciocho distritos madrile?os han determinado ya, casi en su totalidad, los cupos de vendedores callejeros que ser¨¢n permitidos en cada zona, los lugares exactos donde se desarrollar¨¢ esta actividad y las tareas de control que deber¨¢n ser realizadas para hacer cumplir la ordenanza municipal. sobre la venta de productos en la calle.
Decisi¨®n de las Juntas
Las amplias facultades dadas en esta ordenanza para la concesi¨®n de licencias han permitido actuar a los presidentes de lasjuntas municipales de acuerdo a los baremos por ellos establecidos a las disposiciones de la ordenanza del Ayuntamiento.De esta forma, por ejemplo, la junta del distrito de Salamanca decidi¨® que la selecci¨®n de vendedores, hasta un m¨¢ximo de treinta, fuera realizada por las asistentes sociales ?en base a una ponderaci¨®n de las necesidades de los peticionarios y con la mayor objetividad posible?, seg¨²n inform¨® Javier Angelina, presidente de la Junta.
Esta selecci¨®n, sin embargo, ha motivado las protestas de la Coordinadora de Vendedores Ambulantes, ya que sus representantes dicen que s¨®lo se ha tenido en cuenta a la hora de hacer la,selecci¨®n el n¨²mero de hijos del peticionario, su posible mutilaci¨®n f¨ªsica y su vecindad en la zona. ?Es injustificada esta acusaci¨®n. Efectivamente, se tuvo en cuenta si los solicitantes eran vecinos o no del distrito, porque ¨¦ste no se limita a las calles de Vel¨¢zquez o de Serrano, sino que tambi¨¦n es parte de ¨¦l la Fuente del Berro o la Guindalera, donde hay gente que vende?, manifest¨® Javier Angelina.
Esta diferencia de criterios entre un presidente de junta y la coordinadora ha sido la prigiera que se ha producido y, seg¨²n parece, no ser¨¢ la ¨²ltima.
Los vendedores que ya disfrutaron de un permiso provisional para vender creen que se deber¨ªa tener en cuenta esta situaci¨®n a la hora de hacer la selecci¨®n. Asimismo, protestan por la ubicaci¨®n de los puestos en algunos distritos o por el escaso n¨²mero de ¨¦stos permitido en las principales calles, ya que, por ejemplo, s¨®lo habr¨¢ doce puestos en la calle de Fuencarral, diez entre San Bernardo y Princesa, o veinte en la confluencia de las calles de Goya, Alcal¨¢, Narv¨¢ez y Conde de Pe?alver.
Venta perif¨¦rica
En el distrito de Arganzuela, la junta municipal decidi¨® que se podr¨ªan instalar hasta doscientos puestos en el paseo de Yeser¨ªas. ?El elevado n¨²mero de puestos permitidos se debe a que el paseo no es de mucho tr¨¢nsito, por lo que unos pocos vendedores no har¨ªan negocio. De esta forma, la gente se sentir¨¢ atra¨ªda y no se perjudicar¨¢ al comercio de la zona, ya que en esa calle no hay pequenos comerciantes?, manifest¨® Benito Mart¨ªn, presidente de la junta municipal.Sin embargo, esta postura de intentar satisfacer a todo el mundo puede fracasar. Por el momento, no ha habido ni una sola solicitud para vender en el citado paseo.
La raz¨®n de esta falta de inter¨¦s por puntos como ¨¦ste obedece a que, seg¨²n los vendedores ambulantes, ser¨ªa necesario esperar mucho tiempo para que estos nuevos mercadillos fueran populares y, entre tanto, los vendedores se ver¨ªan afectados econ¨®micamente por la escasez de compradores.
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