La ciencia espa?ola del siglo XVIII, investigada por Antonio Rum¨¦u de Armas
Publicada una monograf¨ªa sobre Agust¨ªn de Betancourt
Antonio Rum¨¦u de Armas, miembro de la Real Academia de la Historia, catedr¨¢tico de la Universidad Complutense y director del Instituto Jer¨®nimo Zurita, acaba de presentar en Madrid su obra titulada Ciencia y tecnolog¨ªa en la Espa?a Ilustrada.
Editado por el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, en colaboraci¨®n con Ediciones Turner, este libro encierra, bajo su rudo aspecto de materia reservada para especialistas, un apasionante relato sobre la aportaci¨®n de la Ilustraci¨®n espa?ola a la ciencia y a la tecnolog¨ªa.El autor de este ensayo recuerda la dram¨¢tica situaci¨®n de Espa?a, a mediados del siglo XVIII, en el campo cient¨ªfico: ?Se impon¨ªa actuar de manera contundente y r¨¢pida para salir del atasco, intentando remontar el ¨¢spero camino. Esta fue la importante tarea que acometieron los hombres de la Ilustraci¨®n bajo el alto patrocinio del rey Carlos III y sus ministros m¨¢s conspicuos?.
Para el logro de tan dif¨ªcil objetivo se oper¨® en un triple frente: ?El primer paso, dentro del plan previsto, fue contratar en el extranjero un n¨²mero importante de cient¨ªficos, encargados de propagar por Espa?a los nuevos conocimientos y t¨¦cnicas. La siguiente etapa,se significa por el env¨ªo de pensionados espa?oles al extranjero por cuenta del Estado. El momento culminante es el tercero, cuando el rey Carlos y sus ministros se afanaron por consolidar, revitaliz¨¢ndolas, instituciones cient¨ªficas surgidas en reinados anteriores o se desvivieron por crear ex novo organismos encargados de implantar las nuevas disciplinas y ense?anzas?.
Inventor polifac¨¦tico
En este vasto plan de renovaci¨®n cultural sobresale la figura de Agust¨ªn de Betancourt, ?inventor de los m¨¢s variados y extra?os aparatos y m¨¢quinas. Adquiri¨® una aut¨¦ntica celebridad con sus ingenios. En primer lugar reinvent¨® la m¨¢quina de vapor. En segundo t¨¦rmino perfeccion¨® el tel¨¦grafo ¨®ptico. Este, ¨²ltimo artificio le permiti¨® implantar la primera l¨ªnea telegr¨¢fica de Espa?a (Madrid-C¨¢diz), que ser¨ªa, a su vez, la segunda de Europa?.Tan curioso personaje fue admitido en la Orden de Santiago y fue designado intendente de provincia, consejero de Hacienda e intendente del Ej¨¦rcito. Tras una larga estancia en Par¨ªs, el inventor Betancourt establece su segunda y definitiva estancia en Rusia. Una carta dirigida al conde de Floridablanca sirve de testimonio para conocer sus quehaceres en el imperio moscovita: ?Hall¨¢ndome cargado de familia, debiendo, como buen padre, procurarle su subsistencia..., me vine aqu¨ª, donde este emperador me ha acogido del modo m¨¢s honor¨ªfico y lisonjero que pod¨ªa esperar. Los asuntos que quiere encargarme S. M. los trato directamente con ¨¦l; como a su mesa con frecuencia y cada vez que quiere. Me ha dado el grado de general mayor; me paga una magn¨ªfica casa y me da 20.000 rublos anuales, y, sobre todo, le merezco la mayor confianza?.
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