El Barcelona de H.H. ya piensa en el t¨ªtulo
El Barcelona construy¨® su triunfo sobre dos paredes de Schuster y un empuj¨®n de Quini a Benito. Hizo un pobre partido ante el Madrid, que en el primer tiempo jug¨® bien, pero al que, como casi siempre, le falt¨® profundidad en el ataque. El soberbio gol de Schuster y varias decisiones acomodaticias del ¨¢rbitro Garcia Carri¨®n fueron todo lo que dej¨® tras de s¨ª este encuentro, H. H. plante¨® un partido cauteloso, con s¨®lo dos delanteros, Simonsen y Quini, y el defensa Estella, con el n¨²mero 11, metido en la media. El Madrid, por contra, atac¨® con tres hombres en punta, y durante todo el primer tiempo daba la impresi¨®n de que el partido se jugaba en el campo de los blancos. Camacho sujetaVa bien a Schu¨ªster, y el Madrid ten¨ªa casi siempre el bal¨®n, porque el Barcelona se queda en nada si el alem¨¢n no manda en el juego. El Madrid tocaba una y otra vez en la media, progresaba con lentitud, pero con seguridad, y el temor trepaba por las gradas cuando al cuarto de hora justo de juego Schuster consigue, con un regate, despegarse de Camacho y, en dos paredes sucesivas con Land¨¢buro y Quini, se planta ante Garc¨ªa Remon, con Camacho pegado a sus talones, y marca. El j¨²bilo estall¨® en las gradas y el Madrid pareci¨® perder algo de su aplomo.Pero hab¨ªan pasado siete minutos del primer gol cuando un disparo de Juanito desde fuera del ¨¢rea se cuela entre las manos de Artola (el Barcelona hace tiempo que concede a sus rivales la ventaja del portero) y vale el empate. Y otra vez el Madrid se hace due?o del partido. Pero, como tantas otras veces, se aprecia en el juego madridista una enorme falta de profundidad. El Madrid tocaba y sobaba el bal¨®n, pero arriba nadie iba por uvas. Juanito y Cunningham hab¨ªan salido en malas condiciones (el primero, con fuertes molestias de est¨®mago, y el segundo, con un pie seriamente da?ado) y apenas ofrecieron jugadas de peligro. En la media, Garc¨ªa Hern¨¢ndez jug¨® con sacrificio, pero sin acierto, y nunca pudo mtter su disparo; de Del Bosque ya se sabe que no es hombre de llegada al ¨¢rea, y Angel tiene m¨¢s condiciones para defender que para atacar. De la media, Camacho, que hace ya tiempo que ha recuperado el nivel de sus mejores d¨ªas, fue el que m¨¢s aport¨® al ataque, porque le sobraban fuerzas tras cumplir en su trabajo sobre Schuster.
Cambiaron las cosas en la segunda mitad, porque el Barcelona sali¨® con m¨¢s coraje y porque al r¨¢pido cambio de Land¨¢buru, que hab¨ªa estado muy flojo, por Carrasco respondi¨® Boskov colocando a Camacho como lateral y pasando a. Del Bosque al marcaje de Schuster. Al quitar a Camacho de la media, el Madrid perdi¨® fuerza en esa l¨ªnea y el Barcelona se creci¨® y comenz¨® a apretar sobre el ¨¢rea del Madrid. No hizo grandes cosas, porque Schuster ve¨ªa el partido con demasiada tranquilidad, pero su presi¨®n fue lo suficiente como para que llegara el gol, previa falta de Quini y un minuto despu¨¦s de que los madridistas reclamaran un gol fantasma en la otra puerta.
Por delante en el marcador, el Barcelona se volvi¨® otra vez prudente y el partido entr¨® en fase de inter¨¦s, con ataques del Madrid y contraataques m¨¢s o menos claros de los barcelonistas. Stielike le hizo a S¨¢nchez un penalti que el ¨¢rbitro no concedi¨® y, de vuelta de esa jugada, un sensacional regate de Cunningham a Olmo y Ramos, sin tocar el bal¨®n, finaliz¨® con centro que Juanito fall¨® en la boca del gol. Poco despu¨¦s, ¨¦ste dejaba el puesto a Pineda y, al final, Garc¨ªa Hern¨¢ndez se march¨® para que entrara Isidro, pero el Madrid no consigui¨® el empate. La falta de llegada, de profundidad, le cost¨® una nueva derrota. El Barcelona sali¨® mejor librado de lo que merec¨ªa, pero sobre estos dos nuevos puntos construye ya sus m¨¢ximas ilusiones.
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