El fiscal solicit¨® un total de 309 a?os de prisi¨®n para los seis implicados en el caso Scala
Hoy proseguir¨¢ ante la Sala Tercera de la Audiencia de Barcelona el juicio contra seis miembros de la Confederaci¨®n Nacional del Trabajo (CNT) acusados del incendio de la sala de fiestas Scala, de Barcelona. El hecho tuvo efecto el 15 de enero de, 1978 y cost¨® la vida a cuatro trabajadores que se encontraban en el interior del local. Ayer, la primera sesi¨®n del juicio dur¨® cerca de cuatro horas. Fueron le¨ªdas las conclusiones provisionales del ministerio fiscal y de las defensas, interrogados los acusados y declar¨® el primero de los testigos de la defensa. Paralelamente, grupos anarcosindicalistas originaron diversas alteraciones del orden, no lejos del Palacio de Justicia, alrededor del cual se hab¨ªan tomado medidas de seguridad sin precedentes.
Los acusados son seis, para quienes se requieren penas de prisi¨®n que totalizan 309 a?os. Cuatro son varones y se encuentran encarcelados desde su detenci¨®n, al d¨ªa siguiente del incendio. Dos son chicas, compa?eras de dos detenidos y se encuentran en libertad provisional.El acusado m¨¢s relevante es Jos¨¦ Cuevas Casado, mec¨¢nico, de veintinueve a?os de edad, a quien se piden penas de prisi¨®n por un total de ochenta a?os. Junto a ¨¦l aparecen como acusados Francisco Javier Caladas Gasc¨®n, de veintitr¨¦s a?os, para quien se requiere la misma pena. Tambi¨¦n ochenta a?os son los solicitados para Arturo Palma Segura, de veinti¨²n a?os, ayudante electricista. A Luis Mu?oz Garc¨ªa, de veinte a?os, el fiscal le requiere penas que alcanzan los 39 a?os. Para Mar¨ªa Rosa L¨®pez Jim¨¦nez, dependienta, de veintitr¨¦s a?os, compa?era de Cuevas, la petici¨®n fiscal es de diecinueve a?os. A Mar¨ªa Pilar Alvarez Alvarez, maquinista de confecci¨®n, de veintid¨®s a?os, se le requieren once a?os de prisi¨®n.
El gran ausente del juicio es el procesado en rebeld¨ªa Joaqu¨ªn Gamb¨ªn Hern¨¢ndez, de cincuenta a?os, sobre quien la defensa afirm¨® repetidamente en la sesi¨®n de ayer que podr¨ªa tratarse de un delincuente com¨²n que habr¨ªa actuado como provocador. ?La figura de Gamb¨ªn?, afirma un escrito de la defensa, ?se sit¨²a muy cerca de, o al servicio de la polic¨ªa?. El nombre de este procesado en rebeld¨ªa -que seg¨²n los abogados defensores vive tranquilamente en Murcia- fue citado en la sesi¨®n de ayer nada menos que 88 veces, seg¨²n pudo contabilizar este diario.
La ausencia de Gamb¨ªn
Con la ausencia de Gamb¨ªn siempre existir¨¢ la posibilidad de formular preguntas de dif¨ªcil respuesta respecto al juicio en curso. Otro gran punto de duda consiste en las manifestaciones coincidentes de los acusados respecto a los presuntos malos tratos o torturas de que podr¨ªan haber sido objeto. Sobre ellos recaen acusaciones muy graves. Un punto clave consiste en el hecho de que en todos los casos, menos en uno, sus declaraciones ante la polic¨ªa fueron ratificadas ante el juez de instrucci¨®n. La defensa y los acusados afirmaron que lo hicieron por haber sido amenazados por la polic¨ªa, por temer su excarcelaci¨®n y por tener escasa conciencia de hallarse ante un juez. Se da el caso de que dos de los acusados introdujeron ante el juez modificaciones en sus declaraciones policiales, pero en cambio se ratificaron en su participaci¨®n en el incendio de la Scala. Ello constituye un aut¨¦ntico punto d¨¦bil de la defensa y permite intuir unas fuertes posibilidades de que los acusados sean condenados.
Tres de los acusados reconocieron haber fabricado, a instancias, de Gamb¨ªn, los c¨®cteles molotov que posteriormente podr¨ªan haber servido para incendiar la sala de fiestas. Reconocieron que los llevaron a la manifestaci¨®n convocada en la ma?ana misma del d¨ªa de autos -15 de enero de 1978- por CNT en contra de los pactos de la Moncloa. Dijeron que su fin era usarlos para ?defenderse de la polic¨ªa antidisturbios (que no lleg¨® a actuar) y de las bandas fascistas (que tampoco lo hicieron)?. La defensa argumenta que fue despu¨¦s de la manifestaci¨®n cuando Gamb¨ªn se fue con los c¨®cteles y que horas m¨¢s tarde ¨¦ste desapareci¨® para siempre, despu¨¦s de que, junto con algunos de los acusados, tuviese conocimiento por televisi¨®n del luctuoso balance del incendio.
Consideraci¨®n espec¨ªfica merece el caso del acusado Luis Mu?oz -que ten¨ªa s¨®lo diecisiete a?os en 1978-, quien no se ratific¨® ante el juez, de sus declaraciones policiales ni tampoco particip¨® en la fabricaci¨®n de los c¨®cteles molotov. Hace dos semanas, el fiscal actuante ayer hab¨ªa solicitado infructuosamente de la sala que este acusado fuese puesto en libertad provisional.
Respecto a las intervenciones del fiscal, destac¨® ayer la brevedad de su interrogatorio de las dos muchachas (un minuto y medio en cada caso). Ello permite intuir la posibilidad de que el fiscal rebaje su petici¨®n penal respecto a ambas, cuya implicaci¨®n en los hechos qued¨® muy soslayada en todos los interrogatorios que llev¨® a cabo ayer el fiscal.
Hace dos semanas se dio la sorprendente circunstancia de que la sala tercera solicit¨® infructuosamente la sustituci¨®n del fiscal Alejandro del Toro, actuante ayer. Este fiscal, de convicciones liberales y profesor universitario desde hace muchos a?os, ha tenido en los pocos d¨ªas en que el caso est¨¢ en sus manos una actitud muy beligerante respecto a los graves interrogantes que se ciernen sobre el papel de Joaqu¨ªn Gamb¨ªn. En concreto, solicit¨® una serie de comprobaciones que fueron muy bien acogidas por la defensa, pero que por el momento no han arrojado mayor luz sobre el actual paradero del procesado en rebeld¨ªa, Gamb¨ªn.
La ¨²nica testigo que declar¨® ayer fue Mar¨ªa Teresa Cebr¨¦s Olivares, de veinte a?os, quien permaneci¨® dos a?os en la c¨¢rcel implicada en el caso, hasta que el propio ministerio fiscal solicit¨® el libre sobreseimiento de todos los cargos. La testigo manifest¨®, como tambi¨¦n hab¨ªan hecho los acusados, que hab¨ªa sido torturada durante muchas horas en las dependencias policiales, y que por miedo se hab¨ªa ratificado ante el juez en sus declaraciones hechas a la polic¨ªa anteriormente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Amenazas
- Joaqu¨ªn Gambin "el Grillo"
- Caso Scala
- Anarquismo
- Sabotaje
- AP Barcelona
- Magistratura
- Discotecas
- Fiscales
- Organismos judiciales
- Orden p¨²blico
- Abandono familiar
- Extrema izquierda
- CNT
- Barcelona
- Sindicatos
- Ocio nocturno
- Audiencias provinciales
- Atentados mortales
- Seguridad ciudadana
- Salas fiestas
- Cargas policiales
- Incendios
- Acci¨®n policial
- Sindicalismo