Las reservas mundiales de cereales representan tan s¨®lo el 14% del consumo
Al t¨¦rmino de la campa?a agr¨ªcola 1980-1981, las reservas mundiales de cereales habr¨¢n descendido a una cifra estimada del 14% del consumo mundial, lo que supone tan s¨®lo un 1%, que durante la ¨²ltima gran crisis de 1973-1974, seg¨²n acaba de hacer p¨²blico en Roma el director general de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO), Edouard Saouma, durante el 78? per¨ªodo de sesiones de la organizaci¨®n. En este sentido, inst¨® a que la reserva alimentaria internacional de emergencia se sit¨²e sobre una base m¨¢s segura, si es necesario, mediante el establecimiento de un convenio jur¨ªdico vinculante.
A ra¨ªz de las malas cosechas de 1979, la producci¨®n mundial de alimentos aument¨® apenas un 1%, mientras la poblaci¨®n creci¨® casi un 4%. Las cifras de crecimiento demogr¨¢fico preocupan especialmente a los t¨¦cnicos de la FAO, puesto que hacia finales de siglo la poblaci¨®n mundial ser¨¢ de 6.000 millones de personas (hoy ronda los 4.500), y para entonces habr¨ªa que producir casi el 50% m¨¢s de alimentos.Sin embargo, la coyuntura agraria internacional proporciona a diario noticias poco alentadoras de cara a la soluci¨®n de esta crisis de hambre que se puede cernir sobre el mundo.
El mal tiempo reinante durante el pasado verano y la consecuente tard¨ªa cosecha podr¨ªan disminuir este a?o la producci¨®n de cereal en la Uni¨®n Sovi¨¦tica hasta 190 millones de toneladas (el a?o pasado recogieron 235), lo que supone una ca¨ªda del 20%. Igualmente sucede con las cosechas de cereales secundarios en Estados Unidos o en Australia y Argentina. La situaci¨®n se ve a¨²n m¨¢s negra con la sequ¨ªa registrada en los pa¨ªses del Africa subsahariana. Este a?o, tan s¨®lo se recoge un soplo de esperanza en el considerable aumento de la producci¨®n asi¨¢tica de arroz y la cosecha r¨¦cord de cereales primarios recogida en Estados Unidos. De este modo, ha sido posible que la producci¨®n cerealista mundial, seg¨²n los ¨²ltimos pron¨®sticos de la FAO, ascienda en 1980 a 1.418 millones de toneladas, s¨®lo seis menos que la mala cosecha de 1979.
Los precios de exportaci¨®n del trigo volvieron a aumentar en octubre, como consecuencia de la gran demanda que origina toda mala perspectiva. La producci¨®n de carne no ha aumentado durante los ¨²ltimos meses y se calcula que, en todo el a?o, podr¨ªa hacerlo s¨®lo en un 1%. Y, por ejemplo, los precios internacionales del az¨²car no parecen tampoco detener su mete¨®rica y ascendente carrera, ante la considerable demanda de importaci¨®n que ha generado el conflicto de Oriente Pr¨®ximo y el d¨¦ficit que para la cosecha 1980-1981 apuntan todas las estimaciones. El precio del az¨²car en los mercados internacionales pr¨¢cticamente se ha quintuplicado en poco m¨¢s de un a?o.
Y las tarifas de fletes, cuyas subidas se acrecientan directamente con el incremento de precios de los crudos, suponen hoy dos veces y media m¨¢s que hace cinco a?os.
Los t¨¦cnicos de la FAO aseguran, ante esta situaci¨®n, que s¨®lo si los agricultores pueden sembrar al m¨¢ximo, si el estado del tiempo y las cosechas son buenas y si se pueden salvar los obst¨¢culos de fletes y transportes (disponiendo del financiamiento necesario), podr¨¢ evitarse una crisis alimentaria mundial de grandes proporciones.
Las necesidades de importaci¨®n de cereales de los pa¨ªses m¨¢s gravemente afectados por la situaci¨®n han aumentado en casi un 19%, llegando a veinti¨²n millones de toneladas en 1979-1980, seg¨²n estimaciones de la FAO. La ayuda alimentaria mundial tampoco corresponde a estas crecientes necesidades, y se teme que la cota m¨ªnima de diez millones sea alcanzada.
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