El descubrimiento de los hibridomas, un importante avance en la investigaci¨®n sobre el c¨¢ncer
La capacidad del cuerpo humano para defenderse contra las agresiones externas, e incluso contra ciertas agresiones internas, como el propio c¨¢ncer, conforma el sistema inmunol¨®gico de cada individuo. Lamentablemente, no siempre producimos anticuerpos para combatir dichas agresiones. El descubrimiento de ciertas c¨¦lulas especiales creadas en un laboratorio, los hibridomas, que podr¨ªan proporcionar anticuerpos en calidad y cantidad programables a voluntad, puede aportar ventajas enormes en el tratamiento de enfermedades infecciosas y cancer¨ªgenas, am¨¦n de aplicaciones anal¨ªticas y cl¨ªnicas de todo tipo.
La primera vez que se cre¨® un hibidroma fue en 1975. Su descubridor, un m¨¦dico argentino que trabajaba en el Medical Research Council's; Laboratory of Molecular Biology, de Cambridge, fue C¨¦sar Milstein, auxiliado por su colega Georges K?hler. Un hibridoma es la uni¨®n de dos c¨¦lulas: un linfocito enfermo y un linfocito sano. Recordemos que los linfocitos son los gl¨®bulos; blancos que producen anticuerpos, es decir, que en lugar de eliminar a los microbios literalmente comi¨¦ndoselos, como hacen otros gl¨®bulos blancos de la sangre, llamados, por esa raz¨®n, fagocitos, los eliminan neutraliz¨¢ndolos a base de anticuerpos, tambi¨¦n llamados inmunoglobulinas o gammaglobulinas.Pues bien, el hibridoma consta de un linfocito canceroso llamado c¨¦lula tumoral, unido a otro linfocito normal. La c¨¦lula enferma tiene la propiedad, fatal para el paciente, de reproducirse a toda velocidad, invadiendo la m¨¦dula ¨®sea productora de sangre y desplazando a todos los dem¨¢s linfocitos, con lo que el enfermo se queda sin defensas. La uni¨®n de uno de estos linfocitos ?salvajes? con otro sano que produce aquel anticuerpo que se desee obtener da, lugar a una c¨¦lula, el hibridoma, que posee las caracter¨ªsticas de los dos linfocitos que la originaron: rapidez en su crecimiento y producci¨®n del anticuerpo deseado. Tales hibridomas resultan ser, de esa forma, aut¨¦nticas m¨¢quinas de producir anticuerpos espec¨ªficos en cantidades enormes.
Lo que Milstein consigui¨® hace a?os con ratones ha sido ahora conseguido con c¨¦lulas humanas. El descubrimiento es de excepcional importancia. En efecto, los hibridomas de los ratones, con los que en estos momentos se est¨¢ experimentando en todo el mundo, dan anticuerpos que no son aplicables a los hombres, por lo que tales investigaciones ten¨ªan, desde luego, una gran utilidad cient¨ªfica y anal¨ªtica, pero ninguna aplicaci¨®n cl¨ªnica. La tremenda importancia de haber conseguido in vitro hibridomas productores de anticuerpos humanos radica precisamente en que ahora puede ser ya posible obtener anticuerpos espec¨ªficos contra las enfermedades infecciosas y contra las enfermedades celulares (entre ellas, el c¨¢ncer), en la cantidad que se quiera y adem¨¢s a precios bastante bajos, debido a la gran capacidad de reproducci¨®n de los hibridomas.
Incluso se podr¨¢ dar el caso parad¨®jico de utilizar hibridomas contra el propio c¨¢ncer de los linfocitos, siendo as¨ª que el hibridoma est¨¢ formado precisamente a partir de una c¨¦lula cancerosa.
En un plazo probablemente no superior a cinco a?os es posible que podamos disponer ya de anticuerpos contra un sinf¨ªn de enfermedades, incluidas muchas formas de c¨¢ncer. En el caso de grandes tumores, desde luego el tratamiento con anticuerpos de ese mismo c¨¢ncer no ser¨¢ posible y habr¨¢ que realizar la extirpaci¨®n quir¨²rgica, pero las c¨¦lulas restantes que podr¨ªan originar nuevos tumores (met¨¢stasis) ser¨ªan destruidas por los anticuerpos.
Probablemente, muchas formas de c¨¢ncer se producen precisamente porque el anticuerpo espec¨ªfico contra la c¨¦lula cancerosa en cuesti¨®n no funciona en la sangre; si esto es as¨ª, y se detecta este fallo en el sistema inmunol¨®gico, es posible remediarlo mediante la inoculaci¨®n del anticuerpo ausente, producido exteriormente mediante un hibridoma que podr¨ªa incluso ser ?fabricado? a partir de las propias c¨¦lulas enfermas.
Como procedimiento para fabricar anticuerpos contra pr¨¢cticamente cualquier agente agresor del organismo, la t¨¦cnica de obtenci¨®n de los hibridomas parece realmente revolucionaria.
De todas formas, y aunque el optimismo parece justificado, muchas enfermedades se deben a disfunciones del organismo, sin agente externo agresor, y contra ellas nada podr¨¢n los anticuerpos fabricados por los hibridomas. Por otra parte, incluso enfermedades infecciosas o cancerosas contra las que s¨ª cabe un tratamiento cl¨ªnico a base de anticuerpos, pueden no llegar a ser curadas; en efecto, si la destrucci¨®n del agente agresor es tard¨ªa, pueden haberse producido ya da?os irreversibles en el organismo. El agente que caus¨® la enfermedad ser¨ªa destruido, pero quiz¨¢ demasiado tarde.
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