Ocasi¨®n ¨²nica

Hay una tendencia casi enfermiza a hacer del Real Madrid la primera noticia de cada d¨ªa. El Atl¨¦tico, que lleva una campa?a inmejorable, a pesar de ese animador natural que es su presidente, no acaba de ocupar los espacios preferentes de los medios de comunicaci¨®n. Siempre sucede algo en el Madrid capaz de difuminar al Atl¨¦tico. El Atl¨¦tico por tradici¨®n, ¨²nicamente acapara la atenci¨®n en los momentos desgraciados.En las temporadas de mayor ¨¦xito rojiblanco han copado siempre m¨¢s titulares las derrotas madridistas. El bailoteo de Cunningham, por ejemplo, ha ocupado tanto espacio como el deseo que debe tener Rubio de marcarle un par de goles a Garc¨ªa Rem¨®n Es el triste sino del Atl¨¦tico. El domingo, casi con absoluta seguridad, establecer¨¢ un r¨¦cord de recaudaci¨®n, pero se teme que el lleno no se produzca. Y no es s¨®lo el problema de los precios el que incide sobre el tema. Sobre el Manzanares debe pesar alguna maldici¨®n b¨ªblica.

El partido contra el Madrid tiene m¨¢s trascendencia de lo que habitualmente suelen tener esta clase de partidos en la primera vuelta de la Liga. El Atl¨¦tico espera los dos puntos para quedarse con un ¨²nico adversario: el Barcelona. El Madrid quiere ganar este encuentro porque con la derrota quedar¨ªa descolgado definitivamente. Una victoria madridista animar¨ªa el campeonato. Las combinaciones en ese supuesto podr¨ªan ser m¨²ltiples y el calvario para el Atl¨¦tico estar¨ªa asegurado. Todos ir¨ªan a por ¨¦l.